Rodolfo Almirón, el ex jefe operativo de la Triple A que había sido extraditado desde España, murió en los últimos días en un hospital de Ezeiza, justo 24 horas después de que el proceso judicial en su contra por integrar una asociación ilícita quedara suspendido por sus problemas de salud.
Fuentes judiciales revelaron a DyN que Almirón, de 73 años, había sufrido en abril pasado un accidente cerebrovascular que lo obligó a permanecer internado primero en el Hospital de Ramos Mejía y más tarde en el centro asistencia municipal de Ezeiza.
Si bien para ese momento Almirón había sido beneficiado con arresto domiciliario, su hermana -que vivía con él- había explicado que no podía hacerse cargo de su cuidado y por eso el juzgado lo remitió primero al hospital penitenciario y luego al Hospital Municipal María Teresa Calcuta, de Ezeiza.
Allí, el juzgado envió una junta de médicos forenses que analizaron y determinaron que el imputado no estaba en condiciones de declarar o defenderse. Por eso que el pasado jueves el juez Norberto Oyarbide, que había pedido su extradición, firmó una resolución que suspendía el proceso judicial y apenas 24 horas después, a las 7 del viernes pasado, falleció, indicaron a DyN fuentes judiciales.
El 19 de marzo de 2008 Almirón volvió al país para rendir cuentas ante la Justicia extraditado de España, donde había vivido 33 años trabajando de custodio del presidente del derechista Partido Popular y, luego, de mozo en un restaurante de la Gran Vía madrileña; incluso allí llego a jubilarse.
Almirón nunca había llegado a declarar precisamente porque su defensa denunciaba el débil estado de salud del ex policía que trabajó a las órdenes de José López Rega.
La principal imputada es la ex presidenta María Estela de Perón, que vive en Madrid y consiguió que el Gobierno español rechazara en 2008 un pedido para su extradición. Ahora, el único detenido que queda en la causa es el ex policía Miguel Angel Rovira, en delicado estado de salud porque padece de un cáncer y por eso fue remitido a su casa con arresto domiciliario, indicaron a DyN fuentes judiciales.
Ya han fallecido los otros acusados: el otro jefe operativo y comisario Juan Ramón Morales, suegro de aquel, y Felipe Romeo, ex director de la revista ultranacionalista “El Caudillo”, que anticipaba los crímenes de la banda en su publicación.
La Triple A comenzó en 1973 mediante un atentado con bomba al entonces senador radical Hipólito Solari Irigoyen, que sufrió heridas en las piernas y salvó su vida de milagro. A partir de entonces ejecutó entre 800 y 1.000 atentados contra miembros de agrupaciones guerrilleras y de izquierda, además de amenazas a intelectuales, artistas y a otros sectores de la sociedad.
A mediados de 1975, en medio de protestas populares por el plan económico denominado “Rodrigazo”, el superministro José López Rega -jefe político de la Triple A- abandonó el Gobierno y fue enviado por la presidenta Perón a vivir España como embajador plenipotenciario, junto a Almirón. Todos se instalaron en la residencia “17 de Octubre” del barrio madrileño Puerta de Hierro, en la que Juan Domingo Perón había vivido exiliado hasta su regreso al país, en 1973.
En 1983 Almirón fue descubierto trabajando como custodio de un líder de derecha, candidato a la Xunta de Galicia, pero nada se supo de él hasta que se abrió la causa de la Triple A. Fue así como el diario madrileño “El Mundo” reencontró a Almirón ya jubilado viviendo en un departamento de Valencia, con su segunda esposa, la ex azafata Ana María Gil, y la justicia argentina reclamó su extradición.
A Almirón se le imputaban los asesinatos que la Triple A perpetró de 1974 a 1976, como el del bebé de seis meses Pablo Laguzzi -hijo de Raúl Laguzzi, entonces decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA)-; del diputado nacional Rodolfo Ortega Peña y del subjefe de la Policía bonaerense Julio Troxler.
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