El polifuncional volante Fernando Merlo es jugador de Colón, está a préstamo en San Martín (al igual que Bravo, Alloco y Malandra) y una de las cláusulas en el contrato afirma que, si alguno de estos jugadores enfrenta a Colón, San Martín debería pagar 100.000 pesos por cada uno. El técnico Fernando Quiroz le contó ayer al presidente Jorge Miadosqui que necesita a Merlo para el partido del sábado y Miadosqui le dio el visto bueno. Muchos se preguntan lo mismo: ¿va a poner los 100.000 pesos San Martín?
Miadosqui tiene buenas relaciones con la dirigencia sabalera y su respuesta fue que esperará para más adelante una carta desde Santa Fe. En otras palabras, están negociando la cifra y/o la forma de pago sobre la base de la buena onda que hay entre los dirigentes.
"Mi sueño ideal es jugar con él, pero esto de tenerlo enfrente no deja de ser muy lindo", reconoció Omar, que es zaguero central en Colón. Y en declaraciones al Diario de Cuyo, el volante en San Juan afirmó que es una sensación extraña porque, para empezar, va a medirse por primera vez contra Colón, equipo con el que debutó en Primera, pero esta "yapa" de tenerlo al hermano menor como rival es más fuerte todavía. Ayer por la tarde hablaron entre ellos y cada uno contó lo que le pasó, por lo que empezaron a palpitar el duelo. "No hubo apuestas, ni nada. Seguramente, después intercambiaremos las camisetas", adelantaron los hermanos Merlo.
Además de los hermanos, este partido será un gran sacudón para toda la familia. El papá Omar vive todavía en el pueblo santafesino donde nació esta familia: Santa Clara de Buena Vista, ubicado a 70 kilómetros al oeste de la capital. Irá el sábado a la cancha y así lo está viviendo: "Ya estoy demasiado nervioso, que pase cualquier cosa (risas). No me importa el resultado; si juegan, que a los dos les salga un buen partido".
Omar hijo tiene 21 años y es el más chico. Fernando, con 24, es el del medio, y Andrés, el mayor, con 25 y estudiante de Ciencias Económicas. Los tres tienen por segundo nombre Jesús, nacieron futbolísticamente en Santa Clara (Andrés juega hoy en la Primera), un club del pueblo, y por decisión de la mamá es que el benjamín ligó el mismo nombre que el padre.




