Fernanda Aguirre fue secuestrada el 25 de julio de 2004 cuando caminaba hacia su casa de San Benito, alrededor de las 16, en momentos en que jugaban un partido de fútbol Argentina y Brasil.
A pesar de que sus padres pagaron el rescate de 2.000 pesos exigido por los secuestradores, nunca volvió a aparecer.
Delegaciones de la policía entrerriana y sus propios padres la buscaron por toda la Argentina, países vecinos y hasta en Europa, sin ningún resultado positivo.




