Son dos. Por un lado la falta de seguridad, que es un problema repetido en todos los barrios de la ciudad. No puede ser que los ciudadanos vivamos preocupados por esta situación, a la defensiva y encerrados detrás de las rejas.
Además, creo que es muy importante que la gente que vive en los sectores más humildes pueda procurarse el sustento propio y generar sus recursos, porque en esos barrios es donde se producen los mayores inconvenientes con la drogadicción y la delincuencia.




