No creo que el hincha de Colón, ése de paladar exquisito, que gusta del fútbol bien jugado, le exija a este equipo que juegue como el de los ’70 o el de Saralegui y Castillo que salió subcampeón. Es cierto que a este equipo le cuesta tener la pelota; también lo es que hay momentos del partido en los que la pierde muy rápido o no tiene suficiente claridad en el manejo. Es tan cierto como que este Colón es un equipo bravo, que no debe abandonar la senda por la que transita desde el arranque del Clausura.
Estimo que hay posibilidades de mejoría, pero no de cambios rotundos. Colón no va a lucirse, no va a jugar lindo, pero eso no exime a este equipo de poder hacerlo bien. Si levanta Rivarola, con Capurro otra vez adentro y el aporte que está haciendo Oyola por el carril izquierdo, Colón puede mejorar en ese volumen de juego que alguien más exigente reclama.
De todos modos, lo de Colón ha sido hasta ahora interesante, desde mi punto de vista. No es fácil jugar bien ante un equipo “mordedor” como el de Newell’s. Pero Colón lo superó en el segundo tiempo, terminó mejor en lo físico, ganando los rebotes o las segundas jugadas y hasta con el triunfo más cercano. Eso, ante un equipo como Newell’s y jugando en el Parque, no es poco.
Que Colón juega mucho al pelotazo es cierto. Pero el exitoso equipo de Piazza también lo hacía. Y atención, que Colón exagera con el pelotazo en partidos en los que jugar así no está mal. Por ejemplo, el segundo tiempo con Rosario Central, con un rival que se le venía encima y dejaba espacios abiertos en defensa.
Además, tenerlo al “Bichi” Fuertes así como está, entero, fuerte, aguantador, potente como si tuviese diez años menos de los 36 que marca su DNI, no deja de ser una invitación a tirarle la pelota. Si se hace repetitiva, pierde el factor sorpresa. Pero si Colón tuviese un par de “10” brillantes y exquisitos, también le tirarían la pelota a Fuertes. Al cabo, es una opción de ataque concreta y eficaz que no se puede descartar ni tampoco criticar, repito, siempre que no se haga reiterativa.
Si Oyola aporta algo de desequilibrio por izquierda, si Capurro y Rivarola se encuentran más con la pelota y, si Mohamed consigue mejorar el sector derecho, Colón también va a mejorar en el juego, pero no será un equipo exquisito. Por eso, el “Turco” habla tanto de la importancia de lo táctico y de la entrega. Al fin y al cabo, elementos que casi todos los equipos del fútbol argentino hoy enarbolan como grandes argumentos, salvo alguna excepción como pueden ser Lanús o el Boca de Riquelme, que cuentan con jugadores desequilibrantes y capaces de marcar “compases” de juego desde adentro de la cancha.
No es mala la propuesta de este Colón que ha mejorado en defensa y que crea situaciones de gol en mayor proporción que el rival. Lo que le falta lo puede encontrar aunque no en forma desmedida. Será un poco mejor de lo que es. Lo que tiene no es poco. Y el hincha se lo reconoce.




