Si Unión fuese un equipo compacto y sólido defensivamente, se entendería. Pero no lo es. Y si Unión tuviese un "5" implacable para recuperar la pelota, también. Pero no lo tiene. Juegue Carabajal, Serrizuela o Sartor (hoy suplente), siempre ha quedado la impresión de que al equipo le estaría faltando eficacia a la hora de presionar y recuperar la pelota.
Ayer, Trullet armó una línea de cuatro para defender y le pidió a Flores y Rosales que les dieran una mano a Serrizuela y al "Coqui" Torres, que es otro volante más ofensivo que defensivo. Corrieron, se esforzaron, pero deben cumplir un mandato de sacrificio para el que no están del todo preparados.
Es cierto que en el fútbol de hoy es necesario colaborar y nadie se puede quedar quieto a la hora de recuperar la pelota. Pero también es cierto que un equipo que tiene tres de los cuatro volantes con características ofensivas corre el riesgo de perder equilibrio cuando esos volantes no encuentran la pelota. Y eso pasó ayer en el segundo tiempo.




