Dos testigos vinculados a las víctimas del triple crimen de General Rodríguez se suicidaron en extrañas circunstancias tras los homicidios, aunque uno de ellos llegó a aportar a la Justicia datos sobre el posible móvil de los asesinatos. El 25 de agosto, a sólo doce días del hallazgo de los cuerpos de los empresarios, Ariel Vilán (34) se arrojó desde el noveno piso de un departamento del barrio porteño de Boedo, donde vivían sus padres y en momentos en que estaba presente su hermano.
El otro testigo que presuntamente se suicidó es Emiliano Marcos (25), quien la madrugada del 15 de noviembre de 2009 le dijo a su mujer que se iba a comprar cigarrillos y terminó atropellado por un tren en las proximidades de la estación Villa del Parque. Según la grabación de la cámara de la cabina del maquinista, Marcos se recostó ‘en cruz‘ sobre uno de los rieles de las vías y el tren partió literalmente en dos el cuerpo del muchacho, aunque siempre generó dudas un momento de la filmación en el que parece que cuando el tren toca bocina, él levanta una mano.




