A Nueva Chicago le costó más enfrentar a Atlético de Rafaela que a cualquier otro equipo. Lo reconoció la figura y goleador del "Torito" de Mataderos, Ariel Nahuelpán, cuando finalizó el partido del último viernes, cuando el equipo de Juan Amador Sánchez lo venció por 3 a 2, después de estar dos goles abajo en el marcador. Y aceptó que es un déficit del equipo la falta de gol cada vez que se generan las situaciones para hacerlo.
En el Monumental, en el lugar de los hechos, ante Atlético de Rafaela, llegó la hora señalada. Atlético es un equipo que complica a todos. Y en ese contexto, Nueva Chicago es un plantel con espíritu de ataque. Claro que atacar sin claridad no sirve. Nueva Chicago se repitió con centros y más centros y nunca nadie se dio cuenta de que la defensa de Atlético es muy fuerte arriba. Además, este Chicago no es protagonista porque sigue sufriendo la quita de puntos y esa mochila pesada lo tiene a maltraer. Si a eso le sumamos las expulsiones de Barbosa y Méndez, la cuestión se complica aún más.
El "Torito" fue superior a Rafaela cuando logró vencer a su rival pero habrá que reconocer que eso le duró poco. En la parte final, las falencias del equipo de la dupla Mario Marcelo-Jorge Pérez fueron más evidentes. Porque se le achicaron los espacios y porque, encerrado Nahuelpán y controlados Zermattén y Martinuccio, sus armas más importantes, jamás pudo salir en la corta.
Chicago está lejos de su verdadero equipo y no muestra lo que sí reconoce su historia. Y ante Rafaela, eso se notó más que nunca.
Para Unión es una gran oportunidad para vencerlo y sólo del "Tate" depende saber aprovecharla.




