Por Juliano Salierno
Un conocido personaje del mundo del hampa santafesino pasó 5 meses preso, acusado de un intento de homicidio este verano, en plena Recoleta santafesina. Un juez de Instrucción lo procesó por ese delito y a mediados de año un juez de Sentencia le concedió la libertad. Si bien es cierto que no existen nuevas denuncias en su contra, la determinación judicial puso en vilo a las autoridades de Seguridad de la provincia, que manifestaron por lo bajo su preocupación ante determinadas decisiones.
Se trata del tristemente célebre Victor Hugo Zabala, también apodado “Toco”, el barrabrava de Colón que pasó a la fama el 19 de febrero de 2006, cuando junto con su primo apuñaló a dos espectadores en la tribuna popular. El episodio violento fue reproducido por los diarios, radios y canales de televisión del país, que ese día miraban por TV el partido del equipo local frente a River Plate.
Luego de dos años prófugo de la Justicia el “Toco” fue detenido a bordo de un auto robado, junto a otros dos malvivientes -Abel “Quique” Leiva y Nicolás Róppulo-. Los tres escapaban por calle San Jerónimo, tras balear por la espalda a un hombre de 31 años con el que mantenían alguna diferencia.
La víctima se llama Oscar Alberto Bonino y recibió tres impactos de bala de un calibre 32, cuando iba por calle 25 de Mayo, entre Obispo Gelabert y bulevar Pellegrini. Fue en horas de la madrugada del domingo 10 de febrero de 2008, cuando la Recoleta se encontraba atestada de jóvenes que iban a bailar.
“Cumple rigurosamente”
El juez de Instrucción Séptima, Diego Andrés De la Torre, procesó a los detenidos por el delito de “tentativa de homicidio” -en grado de autores y partícipes- y la causa pasó a Sentencia. Allí cayó en manos del juzgado Nº 4, donde se desempeña el Dr. Mauricio Frois, que a pedido de la defensa le concedió la libertad el 11 de julio.
La abogada Sandra Arredondo le solicitó a Frois que liberara a sus clientes atento al artículo Nº 346 del Código Procesal Penal, que refiere a la “sustitución de la prisión preventiva”; y una vez cumplidas ciertas medidas el juez dio la orden.
Zabala está al cuidado de su suegra, que una vez por mes debe presentarse en el juzgado para rendir cuenta de la conducta del familiar a cargo. Asimismo el “Toco” debe presentarse cada dos meses y no puede ausentarse de su domicilio. En ese sentido, fuentes tribunalicias aseguraron que “existen pautas de conducta que se cumplen rigurosamente”.
De los otros dos imputados -Leiva y Róppulo- se supo que el juez revocó la libertad concedida al primero, mientras que el segundo sigue gozando de ese beneficio.
Aunque el caso todavía no está resuelto, el magistrado adoptó “una posición doctrinaria llamada garantismo, una de cuyas manifestaciones se expresa por la libertad de los imputados mientras se sustancia el proceso penal. Mantener al imputado privado de su libertad mientras se tramita el proceso significa hacerle cumplir la pena por anticipado, teniendo en cuenta que puede resultar absuelto”, explicó una fuente cercana a la causa.
Peligro de fuga
En desacuerdo con el otorgamiento de la libertad el fiscal Nº 4, Juan Pablo López Rosas, apeló la medida adoptada por Frois, ya que entiende que no están dadas las condiciones para la “sustitución de prisión”. Entre sus argumentos cuentan el peligro de fuga del imputado, puesto que la pena por el delito del que se lo acusa es suficiente aliciente para que el acusado desaparezca. Además, el estado de libertad del imputado podría hacer peligrar la prueba, presunción basada en experiencias anteriores en la que testigos de causa en las que Zabala era sospechoso cambiaban sus testimonios bajo presión.
La causa está en la Cámara de Apelación Penal y esta mañana pasó a la Sala III, integrada por los jueces Sebastián Creus, Julio César Rondina y Eloy Suárez. Estos camaristas serán los encargados de decidir si la libertad estuvo bien otorgada por el juez Frois o si Zabala y compañía representan un peligro para la sociedad tal que deberían volver a prisión hasta que se dicte sentencia.






