Por Dra. Silvia Marsili (*)
En la Argentina, existen unas 28.500 personas con insuficiencia renal crónica que deben realizar algún tratamiento para sustituir la función de sus riñones. Las opciones son la hemodiálisis, la diálisis peritoneal y el trasplante renal.
Los tratamientos de diálisis, tanto peritoneal como hemodiálisis, han evolucionado notablemente en los últimos años gracias a nuevas tecnologías, los avances en el conocimiento científico y el estricto control de parte de las autoridades sanitarias del cumplimiento de las leyes establecidas para estas prácticas. Esto garantiza su eficiencia para brindar una mejora en la calidad de vida y sobrevida de los pacientes.
La hemodiafiltración de alto volumen (u on line) es una técnica de sustitución de la función renal que se ha desarrollado en las últimas dos décadas, en Europa y Japón. En la actualidad, se efectúa en el 20% de los pacientes que en Europa requieren tratamiento sustitutivo. Esta tecnología ofrece mayor estabilidad hemodinámica durante el tratamiento, contribuye a mejorar la anemia e impacta significativamente en la morbimortalidad, de acuerdo a diversos estudios.
En Argentina, se comenzó a desarrollar en forma efectiva en el último año, con la incorporación progresiva de la tecnología necesaria para su realización. En la actualidad, se le aplica a 250 pacientes en todo el país. Si bien puede ser implementada en cualquier paciente, es especialmente útil en un grupo de ellos, a quienes inicialmente se intenta dirigir con el criterio de beneficiar a quién más lo necesita, teniendo en cuenta que la tecnología disponible es limitada y que el procedimiento implica un costo mayor que debe afrontar la seguridad social.
Es de esperar que, así como sucedió en otros países, la hemodiafiltración de alto volumen vaya creciendo paulatinamente en los próximos años.
(*) Nefróloga del hospital Iturraspe y miembro de la Unidad de Pretrasplante del Cudaio.