50 años del Intec: "El instituto está en el origen del ecosistema científico y tecnológico de Santa Fe"
"La convicción está intacta", remarca Berli, a pesar del contexto de incertidumbre que vive el sector científico a nivel país. Y con ella, también la historia de un instituto pionero en trasformar a Santa Fe en una de las capitales del conocimiento en el país.
El edificio del Intec en el predio del Conicet sobre la ruta 168. Crédito: Gentileza Conicet
A 50 años de la fundación del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec), Claudio Berli, su actual director, repasó con orgullo la historia de crecimiento desde 1975, el impacto en la ciudad y los desafíos de uno de los centros científicos más importantes de Santa Fe de doble dependencia entre el Conicet y la UNL.
En diálogo con El Litoral, remarcó el rol pionero del Intec en el entramado de ciencia, tecnología y empresas de base tecnológica en la ciudad de Santa Fe, y no dejó de mencionar el riesgo que enfrenta el sistema científico argentino frente a la actual coyuntura nacional.
-¿Qué lugar ocupa el Intec en el desarrollo científico de la ciudad?
-El Intec fue el iniciador de todo un sistema de ciencia y tecnología en Santa Fe. Aunque el primer instituto del Conicet fue el Inali, que estaba en Santo Tomé, no había nada en el rubro de las ingenierías. El doctor Cassano fue un visionario: propuso, antes de 1975, un plan de creación de nueve institutos en distintas disciplinas, entre ellas ingeniería, física, matemática, biología y economía, en articulación con empresas de base tecnológica. En 1975 se firmó el convenio entre Conicet y la UNL, y nació el Intec,que es un instituto de doble dependencia. Comenzó desde cero, incluso con el terreno donde hoy estamos: eran 30 hectáreas de camalotes donadas por el municipio. Se refularon, se consolidaron, se construyó. Los edificios se inauguraron recién en 1998 o 1999, con fondos que se consiguieron del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Claudio Berli, actual director del Intec repasó los 50 años de trayectora del instituto. Crédito: Gentileza Conicet
-¿Cómo se articula el instituto hoy con las empresas del Parque Tecnológico?
-Hoy coexisten allí cinco institutos y más de 30 empresas de base tecnológica. Es un ecosistema en el que el conocimiento generado por los institutos nutre a las empresas, que no fabrican productos tradicionales, sino innovaciones con alto valor agregado. En muchos casos, se trata de productos muy pequeños, incluso de miligramos, pero con un valor inmenso. El Intec es el origen de todo esto. De él se derivaron otros institutos, y un año más tarde, en el '76, se forma el Ceride, que tuvo un gran impacto en la sociedad santafesina y que hoy es la Unidad Administrativa Territorial.
La idea original fue del doctor Cassano. Ya en los años '80 él defendía públicamente la creación de un parque científico-tecnológico en Santa Fe. Finalmente se constituyó en 2001-2002 como una Sapem (Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria), con un fuerte impulso del doctor Julio Luna, también investigador del Intec y ex secretario de Ciencia y Técnica de la Nación. Hoy el Parque alberga a 30 empresas, pero pasan muchas más porque el objetivo es incubarlas y que luego sigan creciendo por fuera.
Germen de científicos e instituciones
-¿En el Intec se produce conocimiento básico o aplicado, o ambos?
-El objetivo principal siempre fue el desarrollo tecnológico para la industria. El primer trabajo del instituto fue desarrollar tecnología para una planta de agua pesada, en el marco del programa nuclear argentino. Pero también formamos recursos humanos de altísimo nivel: eso significa mínimo un doctorado, después un postdoctorado y luego viene la carrera de investigador científico. La investigación que se hace en el Intec va desde lo básico a lo aplicado, y eso nutre el desarrollo tecnológico. Es una tríada: desarrollo, investigación y formación.
-¿Qué logros deja medio siglo de historia?
-En 50 años, en el Intec se defendieron 264 tesis doctorales. Eso significa 264 doctores, la mayoría de los cuales viven en Santa Fe. El Intec está en la ciudad y es parte de un ecosistema más amplio: Santa Fe es la ciudad con mayor cantidad de investigadores por habitante del país. Es un sistema muy denso, con tres universidades y muchos institutos del Conicet. Hay una gran riqueza intelectual.
En 50 años, en el Intec se defendieron 264 tesis doctorales. Crédito: Gentileza Conicet
-¿Cuántas personas trabajan hoy en el Intec?
-Unas 150. Pero vale aclarar que el instituto fue el semillero de otros cuatro: el Ingar en 1980, el ImalL, el Cimec, y el más reciente, el IFIS Litoral en 2013. Cada uno nació a partir de grupos formados en el Intec, lo que también implicó que muchas personas migraran hacia esas nuevas unidades. Se fueron hasta 40 personas por cada uno de esos institutos creados.
Hoy el Intec cuenta con las siguientes líneas de investigación: Alimentos y Biotecnología, Catálisis y Fisicoquímica, Ingeniería Ambiental, Ingeniería Industrial, Ingeniería Química, Química, Polímeros y Materiales. Actualmente, se ejecutan unos 70 proyectos de investigación, los cuales pertenecen a dos o más de estas áreas, dado el carácter interdisciplinario de los mismos.
Contexto complejo, convicción intacta
-¿Cómo está hoy el Intec considerando el complejo contexto nacional actual?
-Como instituto estamos bien, pero el contexto es muy complejo. El Conicet no ha sufrido directamente recortes, pero sí una parálisis. Eso genera mucha incertidumbre. Estos 50 años nos encuentran con la convicción intacta, porque sabemos que transformar el conocimiento en bienestar es el camino del desarrollo. Hemos atravesado muchas crisis: recuerdo cuando el ministro Cavallo nos mandó a los científicos a lavar los platos. Pero siempre nos mantuvimos. Esta no es una buena etapa, pero seguimos con la misma convicción: de que esto es lo necesario para la región y para el país. El mundo desarrollado es el que convierte todo su conocimiento en bienestar, lo vuelca a mejorar la economía, a hacer próspero el país.
Santa Fe es la ciudad con mayor cantidad de investigadores por habitante del país. Crédito: Gentileza Conicet
-¿Están sufriendo la fuga de cerebros que se denuncia en el sistema científico?
-Sí, especialmente entre los más jóvenes. Al igual que las universidades, estamos perdiendo recursos humanos valiosos. En ingeniería, que tiene mucha demanda, los sueldos del Conicet son bajos y muchos jóvenes se van. Ya estamos perdiendo capacidad operativa, y si esto no se revierte pronto, en 5 o 10 años será crítico. Formar un científico lleva 15 o 20 años. Podemos tener los mejores instrumentos, los mejores edificios, pero sin personas formadas, no se puede hacer ciencia. Entonces, cuando alguien se va, no lo podés reponer de un día para otro.
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