El power trío vuelve para mostrar su nuevo álbum, con Mayday y Desmadre como bandas invitadas. En diálogo con El Litoral, el histórico Andrés Giménez repasó el proceso creativo de esta nueva era, con la mística de siempre.
Giménez al centro, escoltado por Marcelo Castro y Cristian “Titi” Lapolla: una formación consolidada en la última década. Foto: Gentileza producción
A.N.I.M.A.L regresa a Santa Fe el domingo 6 de julio a las 20, presentando en vivo las canciones de su nuevo álbum “Legado”, junto a todos sus clásicos. Será en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572), con Mayday y Desmadre como bandas invitadas; las entradas están a la venta en boletería de Tribus y a través de Ticketway.
De esta nueva etapa creativa conversó El Litoral con el fundador Andrés Giménez (voz y guitarra), referente de la formación que se completa con Cristian “Titi” Lapolla (bajo y coros) y Marcelo Castro (batería).
Orgánicos
-Están presentando “Legado” en esta gira. ¿Qué significa este nuevo disco en este momento de tu carrera y de la historia de A.N.I.M.A.L?
-Es súper importante: es un nuevo disco, después de un tiempo de no sacar nada; y de canciones inéditas de A.N.I.M.A.L, que hacía mucho que no sacábamos. Felices de poder estar de nuevo mostrando material, y de poder seguir tocando, que es lo más lindo: poder seguir mostrando nuestra música, acompañados del público, que son súper fanáticos y nos vienen a ver.
-Decías que es un disco “100% vieja escuela”, sin demasiadas ediciones, en una época donde casi todo se retoca digitalmente. ¿Cómo fue buscar esa crudeza?
-Realmente no tiene nada de edición el disco: es súper tracción a sangre, análogo. Grabamos en vivo como trío, con todas cosas viejas, con “pre” (amplificadores) viejos. Lo único que utilizamos de nuevas generación fue capturar el sonido en ProTools; pero grabamos como si fuese una máquina de cinta; no lo utilizamos para corregir errores ni nada por el estilo.
De la composición hasta la idea de la grabación y del sonido, todo era volver al método de trabajo que teníamos con A.N.I.M.A.L en los 90. Entrar en el estudio, sacar sonido de todos los instrumentos, meternos y grabar todos juntos; y ver que fluya esa energía del momento, esa energía bonita que se genera cuando estás tocando en vivo.
Y dejar el error como parte de la creación de la canción también; porque muchas veces ese error es necesario para darnos cuenta de que somos seres humanos; en un momento donde todo está super digital, y donde todas las plataformas, las formas de escuchar, las formas de grabar, de corregir los errores... se puede hacer que una persona que canta mal, cante bien. Hoy en día es medio loco todo lo que sucede.
Queríamos ir en contra de todo eso. En contra de la digitalización, o de todo lo que pueda generar que A.N.I.M.A.L pierda su raíz.
-Si grabaron todos juntos, llegaron con las canciones bastante ensayadas.
-Sí: la idea fue esa desde el comienzo. Cuando empezamos a componer el disco les dije a los chicos eso: “Ensayemos mucho, aprendamos las canciones, toquémoslas, y una vez que suene en la sala de ensayo vamos y grabamos”. Eso es lo que hacíamos antes de que aparezca todo esto digital, que puede unificar todo; y funcionaba increíble. Entonces, ¿por qué no ahora, con más años, con más experiencia? Le dimos para adelante de esa forma, y creo que funcionó.
Realidades
-Las letras vuelven a poner sobre la mesa la realidad social y las reivindicaciones indigenistas que tenían desde el origen. ¿Qué historia o qué imágenes te impulsan hoy a seguir escribiendo, y a escribir estas canciones nuevas?
-Las mismas que me impulsaban hace 30 años atrás. Lamentablemente el mundo en el que vivimos en vez de cambiar, de evolucionar, involuciona. Es muy loco todo lo que sucede: escribimos “Fin de un mundo enfermo” en el año 92, 93; y hoy en día este disco podría estar totalmente dentro de lo que es la palabra que maneja el mundo. Uno se alimenta de lo que ve, de lo que está sucediendo; de la locura que el mundo genera todo el tiempo, de la falta de unión y de tolerancia; de todo lo que vemos habitualmente, todo lo que vivimos en este planeta Tierra.
Es imposible no escribir sobre eso: de ahí salen canciones como “Puño criminal” o “Legado”; todas las canciones de este disco tienen algo que ver con lo que nos alimenta este mundo de porquería
-¿Sentís que el público más joven se sigue identificando con este mensaje de resistencia, de fraternidad? El público joven que le sigue ustedes, por lo menos.
-Creo que sí. Hay un público joven que adopta un estilo de vida que por ahí va más por el lado del momento; y va cambiando, tipo camaleón: hoy escucha esto, mañana escucha lo otro, pasado escucha lo otro. Y hay otro público joven que tiene una mentalidad de resistencia, de luchar por ideales, de buscar su camino, de saber que su palabra vale, que sus acciones valen.
Sé que eso existe porque lo veo en el público de A.N.I.M.A.L: no es que nos viene a ver solamente el viejo heavy metal, o el viejo hardcore, o el viejo punk que venía a vernos en los 90 y que tiene mi edad. Me pasó el otro día en el Vorterix: el 60% del público eran chicos de menos de 30 años; de 30 años a siete. Hay un público que resiste, que tiene sus convicciones y que las llevan a cabo.
Búsqueda sonora
-Trabajaste la producción con Osko Cariola, después el mastering lo hizo Brendan Duffey. ¿Cómo fue ese laburo de hacer sonar el disco desde la producción?
-Me encanta producir, me encanta me encanta involucrarme en el sonido, estar ahí metido. Eh, y laborar con Oscar (Osko) es un placer: porque es un hermano, y una persona que sabe mucho y tiene un oído también muy bueno, una apertura mental increíble. Entonces se hace todo más fácil: es como trabajar en familia.
Pero es dedicarse: me gustó siempre la producción y hurgar en lo sonoro, en lo compositivo. Y fue un placer también tener la confianza de los chicos, de Titi y de Marcelo; de que ellos me permiten hacerlo. Eso habla muy bien de ellos.
-También te ha gustado producir a otras bandas y artistas.
-Sí, hice producciones hasta de folclore: hice la producción de León (Gieco) en un momento, de Abel (Pintos), de Juan Fuentes, que es un cantante de folclore. Me encanta producir música, más allá del estilo.
-Recién hablabas del Vorterix, donde se presentó el disco. Antes habían estado en Rock al Parque en Colombia. Están haciendo ahora la gira nacional. ¿Qué se viene para A.N.I.M.A.L en lo que resta del año?
-Mañana (por el viernes 4) tocamos en Zárate, pasado en Córdoba, el domingo en Santa Fe. El otro fin de semana hacemos Jujuy, Tucumán y Salta. Volvemos y hacemos Centroamérica: Honduras, Guatemala, El Salvador y Costa Rica. Y después volvemos y hacemos el sur de Argentina: Neuquén, Río Gallegos. Entre medio de eso vamos a Ecuador y Chile. Y después sé que hay un montón de cosas, pero no me acuerdo más (risas).
En la pantalla
-Hicieron de este disco dos videos con Penumbrart. ¿Cómo es esa colaboración? ¿Hay alguno más en vista?
-Laburar con Penumbrart es un placer, porque es un amigo que nos conoce muy bien, al que queremos mucho. Hasta ahora hicimos dos videos. que son “Legado” y “Puño criminal”; acabamos de filmar un tercer video, que es de la canción lenta del disco (“Culpables no hay”). Ese va a ser el próximo, el próximo corte que vamos a sacar.
-¿No se sabe todavía cuándo, o sí pero mejor no decirlo?
-No, ya los secretos, en nosotros... No sé: en 20 días, un mes como mucho, saldrá el otro corte. Lo que pasa que el de “Puño criminal” salió hace poquito; entonces le damos un poquitito de espacio de uno a otro.
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