Humor, emoción y reflexión: "URE: un provocador entrañable"

Transcurrida su primera temporada al estrenar en octubre pasado con gran recepción del público y la crítica, vuelve la obra unipersonal de Cristian Marchesi “URE: un provocador entrañable”, dirigido por Guillermo Calluso y Rody Bertol.

En esencia se trata de una obra que homenajea al director teatral argentino Alberto Ure, a partir de textos de su autoría llenos de ironía y lucidez. Aunque además abordar sobre quién fue y cuáles eran las ideas de Ure, promete ser una experiencia teatral distinta que toca lo existencial, cuestiones humanas que van más allá del homenajeado.

Una obra en la que se ven reflejadas “las relaciones de los hombres y mujeres con el teatro, con la cultura en general, en la que los espectadores encuentran humor y emoción”, explicó el director teatral Cristian Marchesi a este medio, quien en esta ocasión se puso en la piel de la actuación, como “un vehículo que transmite ese caudal cultural”.

Por momentos un manifiesto, por momentos una clase o una charla de café, y en definitiva un homenaje”, reza el convite que promete sorprender a los espectadores los sábados de marzo a las 21 en La Orilla Infinita (Colón 2148).

-Has trabajado casi toda la carrera teatral en el rol de director. ¿Cómo nació, y cómo armaron junto a Calluso y Bertol, esta idea de que vuelvas a escena como actor, para hacer este homenaje al director Alberto Ure?

-Si bien he trabajado mayoritariamente como director, como actor he participado de varias obras bajo la dirección de Rody. En este caso en particular, es una propuesta que él trajo sobre textos de Alberto Ure, ensayos, reportajes, y tuvo la idea de conformar con todo eso un espectáculo.

En primera instancia, no teníamos mucha claridad de cómo afrontar esta situación, pero Calluso, Rody y yo tenemos una admiración por Alberto Ure como figura del teatro local y gran pensador, un gran provocador. Y nos pareció sumamente interesante adentrarnos en sus propuestas teóricas, en su punto de vista de la cultura nacional y para nosotros fue toda una investigación, un aprendizaje, un compartir ideas y debatir, fue un proceso hermoso que derivó en que yo sea el actor y ellos los directores de este espectáculo que estamos muy orgullosos de llevar a cabo.

-¿Por qué surgió homenajear a Ure, y cómo seleccionaron los textos para plasmarlos en el guion de la obra?

-Los textos están extraídos de “Sacate la careta”, un libro que compila artículos de Ure y que ya conocíamos. Tuvimos oportunidad de conocerlo en persona, Rody tuvo una amistad con él. Es una figura muy importante para nosotros del cual ya hemos estrenado su única obra escrita que fue “La familia argentina” hace más de diez años. Fue un proceso muy lindo aquel, y hoy la posibilidad de enfrentarnos a estos textos, que no estaban pensados en términos escénicos pero que bueno, fuimos trabajándolos, seleccionándolos, recortándolos y armando un corpus que permitió este unipersonal que a la vez emociona, divierte y transmite ideas. Es para nosotros una alegría poder transmitir algo de ese espíritu al espectador y hacerlo vivir una experiencia teatral distinta.

-Es muy buena la crítica que se corrió tras el estreno y la primera temporada de la obra, a pesar de que quizás muchos no conocieron quién era el homenajeado. ¿Qué tiene esta propuesta que genera buena mirada de los rosarinos?

-Tuvimos la suerte de tener muy buenas críticas de todo el ambiente teatral, actores, directores, críticos, allegados, de espectadores corrientes que no tenían que ver con el teatro porque lo que estamos proponiendo excede lo teatral, me parece que toca lo existencial, toca cuestiones humanas que van más allá.

Aunque también tiene que ver con las curiosidades de actores, actrices, cómo es el oficio, pero excede lo específicamente teatral y les llega a los espectadores de distintas maneras. Por suerte se divierten, se ríen, se emocionan. Y yo me siento un vehículo que transmite ese caudal cultural. Estoy muy feliz de ocupar ese espacio y con la compañía tanto de Guille como de Rody.

Creo que genera una buena mirada en los rosarinos, como la generaría en cualquier otro lugar porque va más allá de una cuestión especifica. Es mucho más profundo y existencial lo que se pone en juego. Hablamos de la cultura, de las relaciones de los hombres y mujeres con el teatro, con la cultura en general, las emociones y con experiencias que algunos han tenido más cerca o más lejos, pero es algo que resulta cercano yo creo, aunque aparentemente muy distante. No hace falta conocerlo a Ure, lo van conociendo a través de sus propuestas a lo largo del espectáculo, que trasciende completamente lo teatral.