Barbara Borowicz da vida al "Harlekin" de Stockhausen
La clarinetista polaca se presentará en la sala Marechal a las 20.30, para estrenar la obra emblemática del destacado compositor alemán: danza y música se cruzan en esta puesta exigente en la interpretación y que en esta versión cuenta con iluminación del también percusionista Bartosz Sałdan. El Litoral dialogó con ambos artistas para adentrarse en ese mundo, y otras experiencias artísticas.
“Es para un clarinetista solo en el escenario; y dura como 45 o 50 minutos. Todo se toca de memoria, el clarinetista viste un traje especial, hay luces especiales; así que todo está perfectamente preparado: es como música escénica”, cuenta Barbara. Foto: Gentileza de la artista
La clarinetista polaca Barbara Borowicz se presentará hoy jueves en la sala Marechal del Teatro Municipal 1° de Mayo (San Martín 2020) desde las 20.30, para estrenar la obra “Harlekin”, del compositor alemán Karlheinz Stockhausen: danza y música se cruzan en esta puesta exigente en la interpretación, que en esta versión cuenta con iluminación de Bartosz Sałdan (percusionista y habitual compañero de dúo de la solista). La entrada es libre y gratuita, con capacidad limitada.
El miércoles a la tarde, a las 18, en la Escuela Provincial de Música, ella dio una masterclass de clarinete, y una pequeña charla acerca de la obra que va a tocar. Y él dio clases de percusión en el Instituto Superior de Música.
La entrada para disfrutar del concierto es libre y gratuita. La función es posible gracias al apoyo del Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de la República de Polonia, la Municipalidad de Santa Fe, la Escuela de Música N° 9.901 que depende del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe, y el Instituto Superior de Música (FHUC-ISM) de la Universidad Nacional del Litoral.
Este concierto es auspiciado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de Polonia; En el marco de esta gira, Borowicz dio el miércoles a las 18 una clase magistral sobre la obra de Stockhausen en una actividad organizada por Omar Lacuadra y Mariano Laurino, en la Escuela de Música de la provincia. Por su parte, Sałdan brindó a la misma hora una masterclass junto a Pablo Bagilet en la sede del ISM, en Ciudad Universitaria.
Para conocer más sobre “Harlekin”, su compositor, y el trabajo regular de la solista y su compañero de aventuras, El Litoral conversó con ambos artistas.
Idea en movimiento
-Venís para interpretar “Harlekin”, de Karlheinz Stockhausen. ¿Cómo fue tu encuentro con la obra, y cómo decidiste interpretarla de manera integral?
Borowicz: -Me gusta la música contemporánea, y durante mis estudios toqué mucho repertorio para clarinete solo, música de cámara, del siglo XX y XXI. Y para mi examen de maestría preparé la primera pieza de Karlheinz Stockhausen: fue “In Freundschaft” (“En amistad”), para clarinete solo. Quería tocar esta pieza como quería el compositor: por eso me puse en contacto con la Stockhausen-Stiftung für Musik, en Kürten (Alemania). Recibí respuesta de Suzanne Stephens: es una gran clarinetista, y todas las piezas escritas por Karlheinz Stockhausen están dedicadas a ella; por eso es la mejor persona para aprender sobre la interpretación de la música de Stockhausen.
Me invitó a ir a Alemania, y me prometió enseñarme cómo debía tocar “In Freundschaft”. Así que fui allí y trabajé con Suzanne, y justo antes de regresar a Polonia ella me dio la partitura de la pieza “Harlekin” y me dijo que pensaba que yo podría interpretarla bien. Ese fue mi primer encuentro: abrí la partitura y dije: “Dios mío, es tan difícil: hay muchas notas, pero también muchos comentarios del compositor”. Justo antes de ver la partitura, hay grandes comentarios sobre cómo se debe interpretar esta pieza, el vestuario y muchas otras cosas sobre cómo debe verse el escenario.
Fue realmente interesante, pero luego cerré la partitura y la guardé en mi estantería. Unas semanas más tarde dije: “OK, intentaré hacerlo de nuevo”; abrí la partitura y dije: “OK, intentaré hacerlo”. Era mi objetivo y, junto con esto, se me ocurrió la idea de hacerlo junto con mi trabajo de doctorado.
Junté esas dos cosas y comencé con la pieza, pero también tenía mucha curiosidad sobre el trasfondo: cuál fue la idea del compositor, porque Arlequín es uno de los personajes de la Commedia dell’Arte. Tenía mucha curiosidad sobre esto también, así que comencé mi investigación con la Commedia dell’Arte, leí mucho sobre ello; y observé hasta qué punto el “Harlekin” de Stockhausen está relacionado con la Commedia dell’Arte.
-Con el personaje tradicional.
Borowicz: -Sí. Mi investigación fue realmente enorme, y finalmente descubrí que hay muchas similitudes, pero también muchas diferencias. Así las diferencias hacen de este “Harlekin” un personaje propio de Stockhausen. En primer lugar, Arlequín en la Commedia dell'Arte fue interpretado por hombres; el “Harlekin” fue interpretado por Suzanne Stephens, pero no es Arlequina. En la Commedia dell’Arte había también un Arlequín femenino, Arlequina. Pero Stockhausen no quiso hacerlo: así que es el “Harlekin”; creo que es porque el traje de Arlequina era como un vestido, y la pieza no se puede interpretar con vestido (risas). Stockhausen quería quedarse con un “Harlekin” femenino.
También es interesante que la primera idea de Stockhausen fue escribir la pieza para Antony Pay, un clarinetista británico. Pero finalmente la pieza fue escrita para Suzanne Stephens.
Borowicz y Sałdan, de visita en El Litoral, contando sobre las particularidades de esta obra, y sobre su trabajo como dúo de clarinete y percusión. Foto: El Litoral
Puesta integral
-¿Cuáles son los atractivos de la obra, y cuáles son los desafíos?
Borowicz: -Creo que esta pieza es realmente especial; en primer lugar, porque es para un clarinetista solo en el escenario; y dura como 45 o 50 minutos. Todo se toca de memoria, el clarinetista viste un traje especial, hay luces especiales; así que todo está perfectamente preparado: es como música escénica. Es casi una obra de teatro, pero Stockhausen no quiso utilizar el nombre “obra de teatro”: prefiere el nombre de “música escénica”. Eso era muy importante para él, porque su idea era que la música es lo primero, la posición principal, y todos los movimientos, todo lo demás, es secundario.
¿Qué es desafiante? Creo que el hecho de que la pieza se toca de memoria, y es muy exigente, porque el intérprete necesita moverse todo el tiempo; entonces la condición física es verdaderamente importante. Pero, de acuerdo al personaje de Arlequín, hay muchos momentos divertidos que gustan a la gente. Es como actuar en el escenario; creo que esta pieza, por más que sea contemporánea, es realmente interesante para el público. A veces, durante mis actuaciones, noto que a la gente le gusta, porque se ríen. Es lo mejor que puedo tener cuando estoy en el escenario.
-¿Hiciste alguna preparación teatral?
Borowicz: -Sí, claro, porque creo que sin ella es casi imposible hacerlo. Recibí algunas lecciones especiales de actuación, pero mis profesores eran actores especializados en Commedia dell’Arte, porque es un tipo de actuación específica, no es una actuación normal. Entonces me dijeron cómo debía moverme, qué es realmente característico de Arlequín, qué posiciones y todo.
Porque en la partitura están escritas muchas cosas: por ejemplo, está escrito que debo hacer una espiral: “Haz una espiral”; pero no escribió cómo debería hacerlo exactamente. Entonces, ¿debería hacerlo en posición recta, o debería hacerlo en una postura más baja o algo así? Además, esto es parte de esta pieza y cada intérprete puede hacer algo propio, y es realmente hermoso.
-Cada uno de los siete movimientos muestra una de las personalidades del Arlequín. ¿Cómo se muestra eso en la obra?
Borowicz: -Al principio, el Arlequín es como un mensajero de sueños, como un soñador. Entonces cuando estoy en el escenario, abro un poquito los ojos y quería dormir, porque sueño todo el tiempo y...
Sałdan: -Espirales.
Borowicz: -Y bailo en espirales. Y luego hay un segundo movimiento, y hay como un constructor. Ahí es como si el tema principal de Arlequín finalmente llegara, y es como si cambiara todo el tiempo. Hay una dinámica, la música cambia como una dinámica registrada, todavía alrededor de las mismas notas, pero tocadas de diferentes maneras: por eso es un constructor.
Luego está el siguiente movimiento: en este Stockhausen escribió la fórmula: es el tema principal del Arlequín, por eso es la parte más importante. Y la música es lírica y realmente hermosa. Luego hay otro cambio, y el Arlequín es muy divertido, porque es como un comodín: así que hay mucho juego allí, también hay muchos chistes. El Arlequín intenta tocar las notas más altas, y al principio no le es posible, está bastante enojado, y trata de demostrarlo en el escenario: “Oh, algo anda mal”. Y luego es como un baile, así que hay una parte divertida. Y finalmente el Arlequín quiere despedirse del público.
Creo que cada uno puede encontrar algo propio. Y los cambios realmente se ven. La iluminación es muy importante, porque sin ella el “Harlekin” no es la misma pieza, porque todo debe estar oscuro. Actúo todo el tiempo con Bartosz, porque Suzanne Stephens también le enseñó cómo hacerlo. Por eso es muy importante, y siempre hago el “Harlekin” con él. Es importante que alguien que sólo hace la luz siga exactamente la interpretación y conozca la pieza.
Sałdan: -De memoria.
Borowicz: -Porque a veces yo no sé si voy a derecha o izquierda, pero él sí (risas).
Sałdan: -Siempre lo sé (risas).
-Es un desafío para vos porque tenés una mente musical, pero tenés que usarla para controlar las luces. Es como una percusión luminosa.
Sałdan: -Sí, pero es más fácil, porque soy músico; recuerdo muy bien la música. También los percusionistas utilizamos mucho movimiento en el escenario. Disponemos de piezas teatrales para percusión. Y por eso me resultó más fácil seguir a Barbara en el escenario. También fue de gran ayuda la conexión y las lecciones con Suzanne Stephens, quien me dijo exactamente cómo trabajar con la luz: dónde puedo moverla más libremente, dónde hacerla más pequeña o cómo cambiarla durante la actuación, para mostrar a Barbara en el mejor entorno posible.
Si tenés algo raro que hacer en una orquesta, o algo así, simplemente dáselo a los percusionistas (risas). Entonces la luz no es tan extraña en absoluto. Está bastante bien.
La clarinetista recibió entrenamiento de actores especializados en Commedia dell’Arte, para encontrar los movimientos propios del Arlequín. Foto: Gentileza de la artista
Distinción
-En 2015 recibiste un premio de interpretación por tu actuación en los Conciertos y Cursos de Stockhausen en Kürten. ¿Fue por tu interpretación de esta composición?
Borowicz: -Fue por “In Freundschaft”, la otra composición; porque estuve en Kürten y participé en los Conciertos y Cursos de ese verano. Así que volví a trabajar con Suzanne y toda la comunidad de la Fundación Stockhausen quiso otorgarme este premio porque les gustó mucho mi interpretación; y también me dijeron: “Cuando conozcas a alguien que quiera saber cómo se debe tocar esta pieza, por favor enséñale”. Dije: “Está bien, puedo hacerlo”.
Sałdan: -Te dieron permiso para enseñar a otros.
Borowicz: -Sí, y es muy importante, porque son muy dulces.
-Sos como una sensei de Stockhausen.
-Si, exacto. Y para mí, eso es muy importante. Si el compositor quería tener algo como esto, nosotros, como intérpretes, deberíamos hacerlo.
Sałdan: -Stockhausen era un tipo que quería controlar cada parte.
Borowicz: -Sí, él controlaba todo. Por eso ahora hay una Fundación Stockhausen, y ellos se encargan de estas cosas.
De Polonia al mundo
-Normalmente tocás compositores de diferentes épocas, desde clásicos como Mozart hasta contemporáneos como Krzysztof Penderecki (fallecido en 2020). ¿Cómo eliges tu repertorio?
Borowicz: -¿Cómo hago eso? Es una pregunta bastante difícil (risas). En primer lugar, me encanta la música polaca: por eso siempre trato de encontrar algo interesante; Penderecki es uno de los compositores polacos más importantes y como él escribió algunas piezas para clarinete (por eso estoy muy feliz), también tuve el placer de tocar frente a él. Por ejemplo, miniaturas para clarinete y piano.
Sałdan: -Y le gustó.
Borowicz: -Sí: recuerdo que después de la función él simplemente vino y me dijo: “No sabía que había escrito una pieza tan buena” (risas). Entonces fue realmente genial.
-Eso fue un honor.
Borowicz: -Sí. Pero estoy realmente interesada en obras, no sólo del repertorio polaco, aunque mayormente del mismo, que nunca fueron tocadas, nunca interpretadas. Y recientemente encontré música del compositor polaco Witold Friemann: es uno de los compositores polacos olvidados del siglo XX. Publiqué todas las piezas para clarinete solo y clarinete y piano, porque todas estaban manuscritas en una biblioteca polaca. Entonces los tomé, fui al permiso; Recibí el permiso y los publiqué; y además grabé estas piezas para un CD (junto al pianista Marek Szlezer).
Y creo que es realmente hermoso y vale la pena promocionarlo, porque en el repertorio polaco, especialmente del siglo XX, no hay tantas sonatas para clarinete, hay muchas miniaturas, pero no formas más grandes. Y, por ejemplo, Friemann escribió tres sonatas para clarinete.
Sałdan: -Es mucho.
Borowicz: -Sí, son bastantes, y son de diferentes estilos: esto es muy importante, y también es importante que la música sea realmente agradable. No es como una verdadera música contemporánea...
Sałdan: -“Sonoristics” (risas).
Borowicz: -Pero es como muy agradable para el público, porque hay influencias de (Max) Reger, su profesor, y también un poco de (Johannes) Brahms. Pero, por ejemplo, la Segunda Sonata tiene algunos elementos no clásicos en la música; y lo que es más importante es que Witold Friemann utiliza mucho la música polaca y los bailes populares polacos. Puso todo en estas sonatas y algunas otras miniaturas, pero no es como “OK, aquí está la danza polaca” y un fragmento de ella, sino que está hermosamente ensamblado todo junto.
-Estás intentando difundir esta música polaca por todo el mundo, hacer que el público conozca a estos compositores.
Borowicz: -Sí. Me gusta hacerlo. Siento que, como intérprete polaca, me gustaría promover la música polaca, y especialmente porque hay muchas obras (y también compositores) que valen la pena; y a veces, como por ejemplo con Friemann, la gente no sabe nada de ellos. Por eso es que pongo otras cosas, como por ejemplo Penderecki o (Witold) Lutoslawski, conocidos por la audiencia; y luego intento meter algunos compositores no tan conocidos. Y luego, después de los conciertos, a veces la gente viene y me dice: “Oh, fue realmente interesante. No conocía al compositor antes”. Para mí es el mejor momento, así que valió la pena hacerlo.
A medida
-Algunos compositores han escrito especialmente para vos, como Marcel Chyrzynski, Ewa Fabianska-Jelinska y Michal Jakub Papara. ¿Cómo se siente ser destinataria e inspiración de una composición?
Borowicz: -Siempre estoy muy feliz de que al compositor le gustaría escribir algo para mí y puedo interpretarlo la primera vez. Y además y es como una aventura, porque antes no sé nada de la inspiración, y de cómo suena la pieza. Entonces, cuando recibo estas partituras, a veces el compositor me cuenta la historia, qué hay dentro, si hay algunas inspiraciones fuera de la música o no; y luego trato de tocar la partitura. Es una aventura realmente interesante, porque puedo hacer todo por mi cuenta; y luego hablamos con el compositor y trabajamos juntos para encontrar una buena forma de interpretación. Realmente me gusta hacerlo.
Sałdan: -Música viva.
Borowicz: -Sí, exacto.
-Orgánico.
Borowicz: -Sí.
-Además de tu carrera como solista, enseñás. ¿Qué satisfacción te da eso?
Borowicz: -Es como mi misión, porque me encanta trabajar con mis alumnos, con clarinetistas, con algunos pequeños alumnos, porque creo que en un futuro me gustaría ir a un concierto y escuchar música hermosa. Por eso creo que ahora es el momento en que puedo ayudar a los jóvenes a ser realmente grandes músicos en el futuro; y también tendré un placer en escucharlos (risas).
-Es una inversión para el futuro de la música.
Borowicz: -Sí exactamente.
-¿Qué objetivos tenés para el futuro de tu carrera?
Borowicz: -Por supuesto, me gustaría seguir con mis intereses en la música contemporánea. Estoy abierta a composiciones locas, como interpretaciones danzantes, movientes y estáticas (risas), y a encontrar nueva música polaca o vieja música polaca que ahora no conocemos. Así que todavía me gustaría encontrar algo nuevo para crear alguna interpretación.
Pero no tengo ninguna idea concreta sobre el repertorio: estoy viviendo y esperando una sorpresa en mi vida.
Combinados
-Tienen algunas obras en repertorio para clarinete y percusión. ¿Cómo es mezclar esos instrumentos? Es un dúo poco habitual.
Sałdan: -¿Cómo mezclar esas personalidades en el escenario? (risas).
-Eso no está en la partitura.
Sałdan: -Cooperamos a diario en prácticamente todos los sentidos. Así que es como tocar con cualquier otro instrumento: sólo tenés que escuchar, tenés que pensar cómo expresar tu sonido y cómo mezclarlo con los otros instrumentos, sin importar cuáles sean estos.
Borowicz: -Como clarinetista, puedo decir que es fácil, porque tomo mi bolso y simplemente puedo viajar por todo el mundo. Pero cuando sé que tocaré con Bartosz, siempre es complicado, porque le digo”: Oh, tengo una bonita obra para clarinete y marimba”. “¿En serio? ¿Te gustaría llevar la marimba con vos?”. “Ah, OK”.
Pero animamos a los compositores polacos a que escriban piezas para nosotros, sobre todo porque nos gusta utilizar instrumentos que podamos llevar con nosotros. Ahora tenemos un repertorio bastante interesante, con algunos instrumentos que podemos tener.
Sałdan: -Pequeña percusión.
Borowicz: -Pero sigue siendo muy interesante, porque si pensamos en percusión, a veces la gente piensa en vibráfono o marimba.
Sałdan: -En grandes instrumentos, o grandes tambores.
Borowicz: -Pero hay muchos instrumentos pequeños con sonidos realmente hermosos, y cuando utilizamos el clarinete, se crea una conexión realmente genial.
Sałdan: -Por ejemplo, diferentes tipos de panderos: árabes, indios, etc. O maracas llaneras de Venezuela. La conexión con el clarinete es asombrosa.
-Vas con los compositores y les decís: “Escribinos una pieza para clarinete y bongó”.
Sałdan: -Es muy difícil para los compositores, sobre todo porque no saben cómo ejecutar el sonido en esos instrumentos. Podés pensar que es sólo tocar esos tambores; pero las posibilidades sonoras, con diferentes tipos de movimiento, diferentes tipos de golpes, son bastante infinitas. Eso es una dificultad para los compositores, porque tienen que traducir su idea y yo tengo que mostrarles cómo se puede hacer, a mi manera personal, en este instrumento.
Borowicz: -Y cómo se escribe eso en una partitura.
Sałdan: -Oh, esa es una historia diferente.
-Es difícil, porque la mayoría de estos instrumentos populares no tienen una notación particular.
Sałdan: -Sí: por ejemplo, para los panderos no hay notación: hay que inventarla la mayor parte del tiempo.
Borowicz: -También es un desafío para los compositores.
Sałdan: -Sí, y luego, dentro de esas notaciones, uno, como intérprete, también puede hacer algunos ajustes en el proceso de interpretación.
-La obra no vive hasta que la tocás en el escenario.
Sałdan: -Sí, eso vale para todos los instrumentos. Aunque tal vez con la notación tradicional los compositores tengan más control sobre eso.
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