"Bloody Tango": pasión en movimiento con Noelia Marzol, Lourdes Sánchez y Jonathan Lazarte
La obra, protagonizada por tres figuras icónicas de la escena argentina -acompañados por Ana Devin y destacado elenco-, combina el lenguaje del tango con una narrativa cargada de emociones intensas. En diálogo con El Litoral, Marzol repasó el camino creativo que los llevó a este presente de éxito.
Marzol, Lazarte, la directora María Laura Cattalini y Sánchez: un equipo creativo y dedicado. Foto: Gentileza producción
El domingo 15 de junio a las 20.30, el Teatro Luz y Fuerza abrirá sus puertas para recibir uno de los shows más esperados de la temporada. Con entradas ya a la venta, “Bloody Tango” promete una noche inolvidable de sensualidad, drama y virtuosismo escénico.
La cita es el domingo 15 de junio a las 20.30 en el Teatro Luz y Fuerza (Junín 2957); las entradas ya están disponibles a través de Ticketway.
Con una propuesta estética tan audaz como atrapante, “Bloody Tango” aterriza en Santa Fe como parte de su exitosa gira nacional. La obra, protagonizada por tres figuras icónicas de la escena argentina -Noelia Marzol, Lourdes Sánchez y Jonathan Lazarte-, combina el lenguaje del tango con una narrativa cargada de emociones intensas, en una puesta que ha conquistado al público de todo el país.
La historia se desarrolla en el enigmático Hotel Bloody, donde cada habitación se transforma en un universo paralelo dominado por la sensualidad, la oscuridad y las tentaciones. Allí, distintos personajes se ven atrapados en experiencias pasionales y estremecedoras, donde lo real y lo ilusorio se confunden en un juego de seducción del que nadie sale ileso.
De todo esto habló Noelia Marzol, protagonista e impulsora de la puesta, con El Litoral.
Potencia visual
-“Bloody Tango” se presenta como una experiencia sensorial profunda. ¿Cómo definirías la esencia del espectáculo?
-Lo que queremos hacer es renovar un poco lo que es el tango tradicional, pero sin perder justamente la esencia. Porque creemos que el tango es una danza hermosa que nos representa un montón como argentinos; ya de por sí es una danza súper sensual por cómo se baila, porque la técnica es enlazar un cuerpo con el otro.
Pero queríamos renovar un poco para que no sea un espectáculo melancólico ni triste, ni que te haga acordar esto de “Ay, ¿un espectáculo de tango? Mira, no me gusta el tango porque me da ‘depre’, pero te voy a ir a ver”. Entonces hicimos un show que es recontra acrobático, muy sensual, coreográficamente de alto impacto; y realmente la gente se va extasiada, más que melancólica.
-¿Cómo fue el proceso de montar un espectáculo tan complejo?
-Sí, aparte lo hicimos de cero. En realidad hay un montón de áreas que se fueron conjugando, así que fue un trabajo bastante arduo en cada área darle la vuelta de tuerca a lo que venimos viendo respecto de lo que es el tango. Pero bueno, teníamos que mantener, como te decía antes, esto de la sensualidad, la elegancia, las sutilezas.
Fue en cada área hacer una investigación y ver de qué manera poder llevar a cabo un espectáculo como el que queríamos. Y después también coordinar: porque hay un tema de paleta de colores donde tiene que tienen que conjugarse el vestuario con la escenografía, con las coreografías, con las pantallas. Hicimos unas pantallas nuevas espectaculares, unas imágenes increíbles.
Fue un arduo trabajo de muchísima gente muy talentosa que fui llamando sin tanta esperanza de que aceptaran: encaré como a los mejores y dije: “Bueno, yo les presento el proyecto y vemos qué pasa”. Y todos se recontra coparon, les encantó la idea de que sea una producción nuestra, un proyecto de gente joven que tenga ganas de laburar.
Equipo creativo
-¿Quiénes estuvieron a cargo de vestuario y escenografía?
-La escenografía es de Lula Rojo, una escenógrafa que acá en Buenos Aires es muy conocida: hace un montón de espectáculos, hace muchísimo tiempo. Y el vestuario lo hizo Mónica Sirio, una vestuarista que trabaja mucho en televisión; fue para ella un gran desafío. Yo la conocía a Mónica de cuando me vestía para los programas de televisión, y no había hecho antes teatro. Así que cuando le llevé la propuesta dijo: “Uy, esta es la mía, voy a tomar el guante a este desafío nuevo”. Todo el mundo halaga muchísimo el vestuario y lo hicimos con re pocos recursos; así que hizo un trabajo increíble.
-¿Y la coreografía?
-La coreografía y la dirección es de la “Catta”, María Laura Cattalini, que fue nuestra coach en “ShowMatch”: de esa cabecita salen cosas increíbles. También fue difícil bajarla a tierra; porque ella tiene tanta imaginación que era: “Che, quiero un dinosaurio en el escenario”. Y yo: “Gordi, pará porque hay un presupuesto, o podemos andar derrochando cosas”. Pero después por suerte al espectáculo le fue yendo bien (ya es la tercera temporada que estamos haciendo), así que de a poquito le fuimos cumpliendo todas esas locuras a la Catta; que en un principio, así de una, no podíamos.
-El show transcurre en el Hotel Bloody, donde cada habitación propone una historia distinta. ¿Cómo lo construyen desde lo escénico y coreográfico?
-Queríamos contar una historia también, para que no sean solo cuadros sucesivos de coreografía. Se nos ocurrió la idea del hotel; esto de que también la voz femenina principal sea una mujer, que generalmente en los espectáculos de tango siempre es un hombre la figura más potente, cantante. Así que la cantante es nuestra presentadora: es la dueña de este hotel, que puede estar en la imaginación; no sabemos todavía si es de ficción, es realidad; eso depende también del espectador lo que quiere interpretar.
Y, como el elenco es súper versátil (es gente que ha viajado por el mundo, campeones mundiales de tango) pensamos en la posibilidad de que también cada uno pueda componer desde la actoral un personaje diferente; que sea bien diferente el uno con el otro.
Entonces en ese hotel van entrando diferentes personajes, y dentro de las habitaciones. Fue también un poco la excusa para usar diferentes estilos de tango: algo que es más escénico, otro es más acrobático, hay tango más a piso; hay tangos tradicionales tipo “La cumparsita”, “Naranjo en flor”; y después hicimos versiones tipo “Toxic” de Britney Spears o “Paint it Black” de los Rolling Stones en versión tango.
Con las habitaciones podemos darnos el lujo de saltar de una cosa a la otra, igual siempre obviamente con una concordancia musical; porque también tenemos nuestro director musical (Ovidio Velázquez) que tiene el ojo afiladísimo y nos iba diciendo: “Bueno, esto se puede hacer, esto ya es un montón”. Así que nos fuimos poniendo de acuerdo.
El elenco completo: “Nos agradecen que llevemos el show entero: que no cortamos la compañía en la mitad”, dice Noelia. Foto: Gentileza producción
Darlo todo
-¿Cómo fue el trabajo con Lourdes, con Jonathan, y Ana Devin, que es la presentadora-cantante?
-Un lujo. Son todos amigos: los conocía a todos trabajando de antes. Lourdes me sorprendió más que nadie, porque ella labura una bocha: le encanta ensayar, y está súper comprometida con el proyecto.
Jony es mi compañero, hace como 10 años ya que bailamos juntos: el otro día sacamos la cuenta y no lo podíamos creer. Así que nos conocemos un montón. Y con la Catta fuimos el equipo ganador del “Bailando” cuando hicimos “ShowMatch” los tres juntos.
Así que me siento súper cómoda trabajando con ellos, con la libertad de decir lo que uno piensa, porque tenemos mucha confianza, lo cual también genera roces a veces (risas). Con Jony estamos: “Che, esto te salió mal a vos, o a mí”; y empezamos una discusión tipo matrimonial, es muy gracioso. Está buenísimo tener esa confianza con alguien.
-Pero se supera: es la clave para poder seguir trabajando después de diez años.
Sí, obvio: a escena nunca jamás entramos enojados; porque ya veo que me deja tirada en un truco y se me rompe la cabeza, no me conviene (risas).
-Es un gran despliegue físico. ¿Cómo se hace para sostener ese nivel tan alto en tantas en tantas funciones?
-Es un tema. Con los nenes en casa, físicamente no puedo descansar nunca. Pero estamos súper entrenados, ensayamos muchas horas diarias también; con lo cual después no cuesta tanto la función (que es un montón, de una hora y media, dos) siendo que generalmente ensayamos de cuatro a cinco horas diarias.
Ya todos estamos muy habituados a trabajar físicamente. Yo particularmente ya estoy en una edad de jubilarme, te diría: tengo las rodillas rotas, tres hernias de disco, tengo bastante dolores. Pero siento que ya son los últimos años que voy a poder hacer locuras arriba del escenario, y los estoy aprovechando a full.
Tango a oscuras
-Una cosa que se comentó un montón fue lo de el apagón en calle de Corrientes y el hecho de que salieron a bailar a la calle. ¿Cómo surgió esa idea de decir: “Bueno, salimos, damos la cara”?
-Eso fue re espontáneo. Nadie nos decía nada, nadie nos brindaba información de Edesur, que creo que es la que provee al teatro: no nos decían si iba a volver la luz, si no iba a volver.
Entonces tuvimos que salir nosotros a dar la cara; y tenemos un feedback bastante cercano con el público: sabíamos que había gente que había venido de Montevideo, gente que venía de las provincias a vernos. Nos daba mucho calor suspender, y mucho más porque no era una cuestión que viniera de la compañía, no podíamos hacer nada para solucionarlo.
Así que cuando salimos a decirlo, medio que ahí el grupo (que también son unos pibes que se pusieron la camiseta full), no sé cómo surgió, pero terminamos cortando la calle Corrientes y haciendo ahí un show para los que habían venido; porque realmente sentíamos que hay gente que se prepara, que es una salida e invierte plata para venir a vernos, para pasar un lindo momento. y de repente llegás al teatro y es un bajón que no podés mirar la función que fuiste a ver, o que por ahí anhelabas. Fue una manera de retribuir ese compromiso.
Devoluciones
-“Bloody Tango” tuvo temporadas muy exitosas, están de gira nacional. ¿Cómo sienten la respuesta del público en cada ciudad que están yendo, y si hay algo que te haya sorprendido en algún lugar?
-Nos sorprende todo el tiempo “Bloody”, porque fue un proyecto que se generó tan de manera casera... Fue una merienda con Catta y Jony, soñábamos con tener un gran espectáculo, pero nunca pensamos que lo podíamos llegar a armar. Entonces cada vez que se abre el telón, y vemos que el teatro está lleno; o que vamos a las provincias y que a la gente le fascina; y que nos agradecen que llevemos el show entero: que no cortamos la compañía en la mitad, y vayamos con seis bailarines en lugar de 11.
Realmente es una inversión muy grande y es una apuesta; porque después si la gente no consume el espectáculo, nosotros igual... yo por lo menos, me tengo que hacer cargo de todo el equipo. Eso lo recontra valoran, y mucho más en el interior: hay algo que sucede que es hermoso.
-¿Qué cosas tenés en vista más allá de seguir con la gira de “Bloody Tango”?
-Estamos viendo de irnos afuera, un mes a España; pero lo estamos proyectando para el año que viene; y estamos tratando también de cerrar otras fechas afuera. Y en vacaciones de invierno, vamos a estar también con Pedro Alfonso, Marcela Kloosterboer, Pachu Peña, Vivi Saccone, Seba Almada: vamos a seguir haciendo “Un viaje en el tiempo” acá en el Broadway.
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