Nacido en Buenos hace 67 años, Carlos Chernov es psiquiatra y psicoanalista, pero sobre todo conocido por su faceta de escritor, que lo llevó a desarrollar libros trascendentes como "El amante imperfecto" y "El desalmado", "Amo" y "Anatomía humana". Justamente esta última, publicada hace 27 años, lo introdujo cómo un referente de la ciencia ficción argentina: es que en esa obra construye un mundo apocalíptico (rasgo frecuente dentro de una de las vertientes más fértiles del género) en el cual se extinguen casi todos los hombres y las mujeres deben mantener la subsistencia de la especie humana.
Chernov ha reflexionado mucho acerca de la ciencia ficción. De hecho, hace pocas semanas compartió con Luisa Valenzuela una charla virtual bajo el título "¿Se puede seguir hablando de ciencia ficción?", en el marco de la Feria de Editores 2020. Allí abordaron problemáticas como la relación entre libertad y responsabilidad en el vínculo con la palabra, la posibilidad de concentrarse en la escritura y la forma de habitar la cotidianidad en la pandemia.
¿Está linda la tapa, no? Publicado por Carlos Chernov en Viernes, 8 de mayo de 2020
Multimedios El Litoral convocó a Chernov para abordar, desde su residencia en México, su punto de vista respecto a la reconfiguración que podría tener la ciencia ficción a partir de la coyuntura que atraviesa la Humanidad con el advenimiento del Covid19. "La ciencia ficción contiene muchos subgéneros. Supongo que a causa de la pandemia se les prestará más atención a las distopías y a los fines de mundo. Una distopía es un mundo imaginario indeseable. A veces no mucho peor que el nuestro, excepto que no nos damos cuenta porque estamos dentro de él. Es un relato con intenciones morales, un espejo donde mirarnos: 'Si seguimos por este camino nos vamos a enfrentar a esos horrores', explicó en primer lugar.
Aclaró, de todas formas, que aunque suelen partir de condiciones actuales, "muchas distopías suponen un cambio tan radical en las reglas del mundo anterior que implican un fin de mundo y la construcción de uno nuevo". Ejemplos de esto son, para Chernov, "1984", de Orwell, "Nosotros", de Zamiatin, "Un mundo feliz", de Huxley, "Fahrenheit 451", de Bradbury, "La naranja mecánica", de Burgess e incluso "Los viajes de Gulliver", de Swift y "El proceso", de Kafka, otros mundos distópicos.
"En cambio -sostuvo luego- existen fines de mundo que no son seguidos de nuevas organizaciones políticas Simplemente la vida continúa en otras condiciones más o menos postapocalípticas". Esto se puede observar en "La carretera", de Cormac McCarthy, "La tierra permanece", de Stewart, "La sequía" y "El mundo sumergido", de Ballard, que en 1962 anticipa el cambio climático. "También hay fines de mundo que incluyen peligros derivados, por ejemplo, "Soy leyenda", de Matheson, y todas las películas de zombies, o "El día de los trífidos", de Wyndham", remarcó.
Al estar la ciencia ficción ante las puertas de un posible cambio en sus temáticas predilectas, desde este medio se consultó al autor respecto a los momentos de la historia de la Humanidad que tuvieron tal impacto que modificaron el curso del género. Chernov consideró que "la ciencia-ficción es, obviamente, un género que surge del auge de la ciencia, derivado de las ideas del Iluminismo. La ciencia despertó grandes pasiones. Dos cultores de la primera época fueron Julio Verne y H.G. Wells. Dice Borges que, irritado porque Wells se alejaba de los rigores de la ciencia hacia destinos más fantásticos, Verne lo acusaba de que inventaba".
"La ciencia ficción está un paso delante de la ciencia en la imaginación (el submarino Nautilus, propulsado por una energía inagotable, después se construyó. Las radios portátiles que el capitán Kirk usaba en 'Star Trek' son nuestros celulares). O es su seguidora y divulgadora, por ejemplo, la ciencia ficción derivada de los viajes por el espacio, las telecomunicaciones, la informática. Todos los avances de las ciencias produjeron relatos de ciencia ficción", aclaró.
Ceguera, genética y pestes
La agenda del mundo entero se mueve, hoy, por la pandemia. Lo cual representa una situación inédita. Sin embargo, en otros tiempos, hubo pestes más acotadas que también, en tanto vivencias colectivas, luego tuvieron un correlato en la literatura. Sobre este punto, Chernov señaló que, pese a todo, no hay muchos autores que han desandado temáticas como las que hoy impone la pandemia. "Me acuerdo de 'La peste escarlata', de London, no del todo lograda a mi gusto y 'Ensayo sobre la ceguera', de Saramago. Fuera de la ciencia ficción y Camus escribió 'La peste', Daniel Defoe, 'Diario del año de la peste'".
Aclaró, sin embargo, que en su relación con la salud, la ciencia ficción tomó otros tópicos como la genética y la clonación, que se observan en "Nunca me abandones", de Ishiguro o la película "Gattaca". "Hay algunas que vaticinan la pérdida de la fecundidad como en 'El cuento de la criada', de Atwood o la película 'Hijos de los hombres' de Cuarón.
La escritura y los contextos
Respecto a cómo influyó el contexto de la pandemia en su labor de escritor, en temáticas o formatos de trabajo, destacó que no los hubo, al menos en forma consciente. "Creo que la escritura surge de pulsiones mentales, empezando por el propio acto de escribir como una especie de intento de fijación de la realidad interna y externa y como un instrumento para pensar. Entre ambas realidades parece formarse un área de intersección donde se produce la escritura", aseguró.
Actualmente, está escribiendo una novela de "fin de mundo" que empezó en 2012 a partir de la masacre que hubo en un cine en USA donde estrenaban una película de Batman. -¿Escribiría sobre la pandemia?, preguntó este medio. "No me saldría escribir sobre la 'realidad', creo que eso da más para crónicas como la de Defoe que mencioné antes. Además, la pandemia tiene que ver con las condiciones actuales del mundo: codicia capitalista insaciable, incendio de los bosques, acorralamiento de los animales salvajes, su encuentro con los humanos y producción de nuevos virus", cerró.