Gojira: el metal que sacudió la apertura de los Juegos Olímpicos
La agrupación de los hermanos Joe y Mario Duplantier compartió actuación con la mezzosoprano Marina Viotti en el Museo de Orsay. Allí interpretaron la canción “Ah! Ça Ira!”, con la imagen decapitada de María Antonieta multiplicada en las ventanas. Fue un espaldarazo global para un proyecto artístico que se propone transmitir un mensaje medioambiental y espiritual.
Joe Duplantier tocando y cantando sobre una estrecha plataforma, en una de las ventanas del Museo. Foto: Captura de pantalla
La histórica inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, celebrada el viernes 26 de julio a orillas del Sena, dejó una marca imborrable en la memoria colectiva gracias a la espectacular presentación de la banda francesa de metal, Gojira. Este grupo se convirtió en el primer conjunto de metal en actuar en la apertura de los Juegos Olímpicos, y lo hizo de una manera que fusionó la historia francesa con un show musical de alto impacto.
La actuación de Gojira comenzó de manera impresionante cuando los miembros de la banda emergieron desde los muros del Museo de Orsay para interpretar la canción “Ah! Ça Ira!”, en una escena que evocaba a “Los Miserables” de Victor Hugo y la Revolución Francesa. Cada ventana del emblemático edificio albergaba a varias mujeres interpretando a María Antonieta, haciendo alusión a su histórica decapitación el 14 de octubre de 1793.
La puesta en escena no se quedó solo en la teatralidad, sino que incluyó efectos pirotécnicos y serpentinas que culminaron en una dramática simulación del museo ardiendo en llamas (algunos vieron el baño de sangre revolucionario en la cintas rojas). La intensidad del death metal y metal progresivo de Gojira se vio potenciada por la colaboración con la cantante de ópera Marina Viotti (trayendo la “Habanera” de la ópera “Carmen”, compuesta por Georges Bizet; conocida también como “El amor es un pájaro rebelde”, por su primer verso), creando una fusión de géneros que simbolizó el espíritu inclusivo y diverso de la ceremonia.
La presentación de Gojira en la inauguración de los Juegos Olímpicos no solo fue un hito para la banda, sino también para el género del metal. La actuación no solo demostró la capacidad del metal para trascender fronteras y llegar a audiencias masivas, sino que también subrayó la importancia de la inclusión y la diversidad en eventos de alcance global.
Metal sensible
Gojira, una banda francesa que fusiona death metal, metal progresivo y groove metal, ha dejado una huella indeleble en la escena musical global desde su formación en 1996 en Bayona, Francia. Inicialmente conocida como Godzilla, la banda adoptó el nombre Gojira en el año 2000 debido a problemas de copyright (curiosamente, Gojira es la pronunciación original japonesa del nombre del lagarto cinematográfico, traducido por los estadounidenses como Godzilla). Este cambio no frenó su ascenso; al contrario, solidificó su identidad y ayudó a posicionarlos como la banda de metal francesa más influyente del siglo XXI.
Los hermanos Joe y Mario Duplantier, vocalista/guitarrista y baterista respectivamente, formaron la banda cuando Joe tenía 19 años y Mario solo 14. La alineación original se completó con Christian Andreu en la guitarra y Alexandre Cornillon en el bajo, quien fue reemplazado en 1998 por Jean-Michel Labadie. Desde entonces, Gojira ha lanzado siete álbumes de estudio y tres CD/DVD en vivo, con letras que abordan temas como el medio ambiente, la ecología, el espacio y la espiritualidad.
Los comienzos
La banda empezó como Godzilla, un nombre inspirado por la inmensa fuerza del monstruo de la película de 1954. En sus primeros años, lanzaron algunos EP y demos que mostraban un death metal sin concesiones. Su álbum debut, “Terra Incognita” (2001), marcó el inicio de su evolución hacia un sonido más progresivo. Este álbum recibió elogios por su frescura y complejidad, y sentó las bases de un estilo que combinaría brutalidad y melodía en sus trabajos posteriores.
En 2003, Gojira lanzó “The Link”, un álbum que consolidó su reconocimiento internacional. Le siguió “From Mars to Sirius” en 2005, un álbum conceptual que abordó temas ecológicos y que fue aclamado por su profundidad y cohesión. Gojira comenzó a abrir para bandas de renombre como Children of Bodom y Lamb of God, ampliando su base de seguidores y cimentando su reputación en la escena del metal.
Madurez
“The Way of All Flesh” (2008) exploró temas de vida y muerte, y mostró una mayor influencia del metal estadounidense. El álbum fue grabado en Francia y Los Ángeles, y contó con la participación de Randy Blythe de Lamb of God. En paralelo, Gojira trabajó en el EP “Sea Shepherd”, un proyecto benéfico para la organización homónima. Problemas técnicos con discos rígidos impidieron su lanzamiento, con excepción de la canción “Of Blood and Salt”.
En 2012, Gojira firmó con Roadrunner Records y lanzó “L’Enfant Sauvage”, un álbum que exploró nuevos territorios musicales y consolidó su estatus en la escena global. Giras con bandas como Lamb of God y Devin Townsend Project, así como la publicación del DVD “The Flesh Alive”, mantuvieron a Gojira en el centro de atención.
El álbum “Magma” (2016) reflejó el dolor personal de los hermanos Duplantier tras la pérdida de su madre. Con un sonido más melódico y accesible, el álbum recibió críticas favorables y expandió aún más su audiencia. En 2021, Gojira lanzó “Fortitude”, un álbum que continuó su exploración de temas sociales y ambientales, y que reafirmó su posición como líderes innovadores en el metal moderno.
Reconocimiento
Gojira ha inspirado a una nueva generación de músicos con su sonido poderoso y emotivo. Su compromiso con causas ambientales y su capacidad para evolucionar musicalmente han cimentado su legado. Con cada álbum, la banda no solo desafía los límites del metal, sino que también invita a sus seguidores a reflexionar sobre el mundo que nos rodea.
En resumen, Gojira es mucho más que una banda de metal; es una fuerza creativa que ha dejado una marca indeleble en la música y la conciencia social. Con su combinación única de brutalidad y belleza, Gojira sigue redefiniendo lo que significa ser una banda de metal en el siglo XXI.
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