El próximo viernes 7 de noviembre, el Café Tokio Norte (Rivadavia 2973) abrirá sus puertas a una experiencia poco habitual para ese espacio: el desembarco de la obra “Las del gremio. Memorias oníricas de Salvadora Medina Onrubia, Alfonsina Storni y Emma Barrandéguy”, una creación del grupo santafesino Indómitas que desarma los límites del tiempo, la memoria y el deseo.
El ingreso será desde las 20, con barra abierta, y la función comenzará a las 21. Las entradas tienen un valor de $12.000 (general) y $10.000 (jubilados y estudiantes); las reservas pueden hacerse al 342 4077098.
Presentar una obra de estas características en este emblemático lugar de la ciudad, frente a la Plaza España, es casi una declaración de principios: llevar el teatro donde el teatro no suele estar, para que tres voces históricas -y a la vez sorprendentemente contemporáneas- irrumpan en la cotidianeidad del público.
Caminos paralelos
“Las del gremio” es un viaje de memorias, fotos, relatos, archivos históricos, historias oficiales, el camino de otras buscadoras que “como nosotras, necesitábamos revolver en el pasado, para poder contar también el presente que nos constituye. Nos hacemos eco de la vida de estas mujeres que como tantas otras han quedado en el olvido o han quedado en el camino de la historia”, afirman desde la dirección, a cargo de Rosario Lucero y Emiliano Nieva.
“El proyecto intenta evocar la presencia de tres mujeres controversiales. Creadoras, militantes, buscadoras implacables de libertad. Demasiado humanas para este mundo. Fueron espíritus libres, que lucharon por hacerse un lugar en una época diseñada exclusivamente por y para hombres. La experimentación, la transgresión de los límites establecidos, las maneras de vincularse, el goce y sus deseos. Todo esto hace que su legado nutra a quienes estamos llenos de hambre, en un presente pensado para les saciades”, agregan.
“Las del gremio” es una construcción poética y política que convoca las presencias de Salvadora Medina Onrubia, Alfonsina Storni y Emma Barrandéguy. A través de monólogos entrelazados, escenas oníricas y la poderosa fisicalidad de sus intérpretes, la obra propone un encuentro imposible entre estas tres mujeres que, aunque cruzaron caminos en distintos momentos, jamás coincidieron en la vida real.
Sobre el escenario -o mejor dicho, en la zona espectral que la puesta convoca-, se desdibujan las barreras del espacio-tiempo. Tal como se señaló en “Espíritus libres fuera del tiempo” (crítica publicada en estas páginas), este mundo teatral funciona como un éter arltiano, una suerte de antesala astral donde las figuras de los sueños pueden coexistir. Allí, en ese territorio suspendido, las protagonistas proyectan sus deseos, sus frustraciones, sus heridas y su pulsión de libertad.
Alfonsina, interpretada por Jennifer Vallejos, aparece primero: activa, silenciosa, como si supiera que es la más conocida pero también la más malinterpretada. La poeta que escapó de un padre violento, la joven que recorrió pueblos como artista ambulante, la maestra corondina que conquistó Buenos Aires con pluma feroz y presencia indomable.
Salvadora, en la piel de Melisa Malatesta, es pura llama: anarquista, militante, dramaturga de vanguardia y redactora audaz. Su paso por “Crítica”, su romance político y amoroso con Natalio Botana, su lucha por Simón Radowitzky y su dolor por el hijo perdido laten en escena con una intensidad que desborda.
Emma, encarnada por Mariana Mosset, es el eje del relato: la que nombra y es nombrada, la que conserva el manuscrito de “Habitaciones”, la que vive los amores prohibidos en las siestas ribereñas de Gualeguay y el frenesí porteño de la calle Corrientes. Su vida -tan larga como las otras dos no pudieron tener- es memoria encarnada y deseo insurrecto. Su sola existencia reescribe la historia desde los márgenes.
Preguntas
La obra imagina una conspiración posible: ¿qué hubiera pasado si estas tres mujeres hubieran podido encontrarse en su tiempo? ¿Qué incendios hubieran provocado juntas en una sociedad diseñada para callarlas?
En el entramado que propone la dirección de Lucero y Nieva, el espectáculo avanza entre monólogos, gestos, estallidos verbales y escenas de síntesis que prefiguran ese encuentro final. La puesta no reconstruye simplemente una biografía: construye un acto de presencia, un modo de traer al hoy las palabras y los cuerpos de quienes lucharon contra la explotación, el patriarcado y la moral conservadora. El vestuario de Ignacio Estigarribia y el maquillaje de Maquillisto Visagisto acompañan la construcción arquetípica de estos “espíritus libres fuera del tiempo”
La experiencia culmina como un viaje que deja al público en una suerte de interrogante vibrante: ¿qué habría sido de nuestra historia cultural si estas tres figuras hubieran logrado conspirar juntas contra su época? ¿Qué transformaciones quedaron suspendidas, a la espera de que las recuperemos?
El teatro sale al encuentro
Presentada en el Tokio Norte, “Las del gremio” expande el territorio del teatro. Genera la posibilidad de que quien entra por una copa o una charla se encuentre, casi sin quererlo, con un fragmento de historia revivida. Y eso es, justamente, lo que propone Indómitas: revivir aquello que fue expulsado del canon, de los libros, de las versiones oficiales.
Para quienes quieran sumarse a este viaje de memorias, archivos y deseos indisciplinados, la cita es ineludible: viernes 7 de noviembre en Café Tokio Norte. Porque hay obras que no solo se ven: se sienten como un regreso, una reparación y una pregunta abierta.