La banda nacida en Tigre hace casi tres décadas llega de la mano de “Hecho en Jamaica” y muchos proyectos en curso. se presentará en Tribus Club de Arte el domingo, con Tamocomoqueremo y Larga Data como bandas invitadas. De la mano del vocalista Néstor Ramljak, El Litoral se zambulló en un proyecto en movimiento constante.
“Somos ‘los siete fantásticos’: arriba del escenario somos los mismos que grabamos el primer disco; estamos bendecidos también por un grupo de sesionistas que le terminan de dar la fuerza y la musicalidad que necesita la banda”, cuenta Néstor. Foto: Gentileza producción
Nonpalidece transita un presente potente, consolidando su legado en cada escenario. Su Gira “Celebración” -con la que repasa una trayectoria cercana a los 30 años- ya recorrió distintas ciudades de Argentina y el exterior, y continúa sumando fechas. Con las entradas prácticamente agotadas para su show del 1 de agosto en La Trastienda, el grupo sigue ampliando su ruta: Santa Fe se prepara para una noche única el 17 de agosto a las 21 en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572).
Como bandas invitadas estarán Tamocomoqueremo y Larga Data. Las entradas están a la venta en boletería de Tribus y a través de Ticketway.
En la previa, El Litoral conversó con el cantante Néstor Ramljak (referente de una formación estable que completan Facundo Cimas en bajo, Germán Bonilla en batería, Bruno Signaroli en guitarra, Agustín Azubel en saxo tenor, Martín Mortola en teclado y Ariel Sciacaluga en percusión) sobre los proyectos en curso y las nuevas iniciativas de esta agrupación indetenible.
En la gloria
-Están atravesando un momento muy especial como banda, con la gira “Celebración” y el reciente Gardel por “Hecho en Jamaica”. ¿Cómo están viviendo este presente tan potente?
-Con alegría y con plena conciencia del presente que estamos viviendo. Porque Nonpa es una banda que está a los albores de los 30 años, en el 2026 (contamos la vida de la banda desde el primer concierto que dimos, en septiembre del año 96). Con lo cual en septiembre del año que viene estaríamos cumpliendo formalmente 30 años ininterrumpidos de banda, de aprendizaje, de autogestión; actualmente estamos con un sello, que está potenciando la banda y que potenció este disco.
Que fue un sueño para la banda: irse a Jamaica, grabar en tres estudios emblemáticos, una docena de invitados entre todos los estilos: ídolos, artistas emergentes. El grupo humano de la banda somos “los siete fantásticos”: arriba del escenario somos los mismos que grabamos el primer disco; estamos bendecidos también por un grupo de sesionistas que le terminan de dar la fuerza y la musicalidad que necesita la banda; como las chicas en los coros y la sección de viento.
Conscientes de todo eso y felices, proyectando cosas nuevas que tienen que ver con septiembre del 2026. Mientras tanto saliendo de gira, celebrando nuestra vida, nuestra música, lo que se genera en nuestros conciertos: es un poco más que un concierto para nosotros, o para mí personalmente; muchas veces lo vivo como un encuentro más ceremonial que un simple recital, porque después me quedo un rato charlando con los que nos vienen a ver, me cuentan de sus experiencias y de lo bien que les hace la banda cuando sale a tocar.
Por eso también cuando estábamos terminando de armar esta gira (que nos va a llevar por el interior y por el Conurbano de Buenos Aires), y si bien los títulos de las giras tienen que ver con un marketing, o con tratar de que sea ganchero ese título, en este caso queríamos que sea genuino. Y en este caso “Celebración” nos cerraba perfecto.
-La gira ya recorrió distintos puntos del país y del exterior. ¿Cómo viene siendo el reencuentro con el público en cada ciudad?
-La recepción del público es similar, pero también entendemos que cada encuentro es diferente; porque las circunstancias del presente son diferentes. Vamos a ir a Tribus Club de Arte, que últimamente cada vez que vamos para Santa Fe es el lugar donde vamos a tocar. Estuvimos en la orilla del río hace poquito, y eso generó también otra predisposición: no es lo mismo un recital al aire libre que en un club o un lugar cerrado; la naturaleza predispone de otra manera: estás tocando de espaldas al río.
En la Meca
-“Hecho en Jamaica” fue un proyecto ambicioso y profundo. ¿Cómo surgió la idea de grabar en la cuna del reggae? ¿Qué aprendizajes les dejó la experiencia?
-Veníamos hablando de darle un marco de festejo cuando cumplimos los 25 años, que fue inmediatamente saliendo de la pandemia; con lo cual los aforos todavía estaban afectados en sus capacidades, y las características de los conciertos todavía estaban sujetas a ciertos protocolos: no pudimos darle ese marco que le hubiésemos querido dar a los 25 años de la banda.
Pasaron los 25, los 26, y en un momento (cuando ya todo empezó a recobrar cierta “normalidad”) empezamos a fantasear con reversionar nuestros clásicos, nuestra música. Estaba siempre presente la idea de irnos a grabar a otro lado; como que ir a otro lado nos iba a predisponer a darle una vuelta de rosca a esas canciones que nos vinieron acompañando más de 20 años. En su momento empezamos a pensar en Brasil, por una conexión que teníamos con Natiruts y un estudio que tienen ellos que estaba bueno; empezamos a fantasear y a darle forma creativa a eso.
Algo que vengo remarcando desde que salió este disco: no subestimen el poder de la sobremesa. Porque fue en una sobremesa que estábamos un poco hablando de todo esto, y surgió Jamaica: para nosotros era un radar más común, es la Meca, la cuna comenzó, este género que nosotros tocamos a nuestra manera, lo reacondicionamos con esta tocada argenta.
“¿Qué tal si vamos a Jamaica?”; empezamos a hacer algunas averiguaciones, y a este sello que nos está acompañando, Impronta Music, y a Pelo Music (se asociaron) les gustó la idea. Empezamos a ultimar algunos detalles, y cuando nos dimos cuenta ya teníamos los pasajes, ya teníamos reservado un estudio, el principal, que fue Anchor, donde se grabaron las bases.
Todo esto de la mano de Brinsley Forde, un músico inglés muy reconocido, tanto en Inglaterra como en Jamaica; fundador de la banda Aswad, una de las bandas más importantes de reggae inglés; un musicazo nominado al Grammy. Lo conocimos hace muchos años, y quizás es mi amigo, es nuestro tío, le decimos.
Viajó con nosotros, porque Jamaica es un poco hostil en cuanto a sentarse a negociar y pelear algún precio; y nosotros somos sudamericanos, nuestra economía está muy ajustada. Entonces viajó Brins con nosotros, para ser una especie de productor general y un abrepuertas, como le digo yo. Ahí empezamos a grabar las bases. Después surgió la idea de ir a Harry J, un estudio emblemático en Jamaica, donde Marley grabó sus primeros cuatro o cinco discos.
Tecnológicamente Argentina tiene estudios muy superiores a los que hay en Jamaica, en lo que tiene que ver con el audio. Pero en Jamaica se graba reggae nada más, y los derivados del reggae: no es que va una banda de heavy metal o de rock and roll, no vas Jamaica, a buscar ese sonido. Aunque cuando estábamos en Harry J nos encontramos con que habían ido artistas de la talla de Michael Jackson, Stevie Wonder, Sting, los Rolling Stones.
Entonces Jamaica termina siendo un lugar donde muchos artistas intentan ir. Pensá que es una isla muy pobre en el Caribe, que exportó un género musical que fue muy influyente en la música actual: todo lo que es el hip-hop, el rap, sale de Jamaica. No se me mueve ni un pelo en confirmar esto; de hecho, se sabe que el primer DJ en tocar hip-hop en bandejas era un jamaiquino; y hay mucho sampleo en la música electrónica y sus derivados: el reggae le ha dado de comer a muchos subgéneros.
-Y hay una expertise de la gente que trabaja en los estudios, que graban un montón de discos por año del género: ya les sale un producto con un estándar muy alto.
-Muy. Nosotros grabamos en directo bajo, batería, guitarra y piano bases, como para que la toma sea lo más en vivo posible. La batería ya estaba microfoneada, pero parecía una batería más de sala de ensayo de cualquier barrio donde vivimos; y con algunos micrófonos muy básicos, como un Shure SM58, que es lo más clásico que te vas a encontrar en cualquier escenario o en cualquier sala de ensayo. Pero cuando se puso a tocar Germán, el sonido que había en el control era exquisito.
El cuento se cuenta solo: el disco ganó recientemente el Gardel a Mejor Álbum de Reggae; pero además recibimos una nominación (que era la que a mí más me interesaba ganar) que fue Mejor Ingeniería de Audio. Porque además esa nominación nos ponía a competir con todos los todos los discos que fueron nominados para los Gardel, no solamente de reggae.
El reggae en Argentina (si bien ha crecido mucho y se ha establecido fuerte en medios, en radios y en los conciertos y en festivales) no deja de ser un poco un nicho. No estoy menospreciando que haya ganado el Mejor Álbum de Reggae, pero tampoco somos tantas bandas las que editamos anualmente discos. La terna estaba muy bien, porque competíamos con Dancing Mood, Riddim y el Sr. Flavio de los Cadillacs, que justo había sacado un disco como solista en formato reggae-ska.
Evidentemente algo logramos con el audio, porque fue considerado a participar en Mejor Ingeniería de Audio: nos llenó de orgullo, y nos hizo ver que valió la pena haber hecho el esfuerzo económico de ir a Jamaica.
Empezar a llamar
-El disco tiene colaboraciones, algunas más del palo internacional del reggae, como Alborosie o Mykal Rose; después hay artistas argentinos que trabajaron en otros estudios. ¿Cómo salieron esos cruces?
-Brins nos decía que es muy común en Jamaica (más si estaba él ahí) que empiecen a llegar músicos a los estudios, se enteran que hay gente grabando. Fuimos a Tuff Gong, el estudio de los Marley; de hecho, cuando nosotros estuvimos en Jamaica estaban terminando de filmar la película; así que estaba muy revolucionada la isla. Estaban todos los Marley en la isla, se fabricó una casa en paralelo, porque la casa de Marley es un museo actualmente.
Empezaron llegar algunos músicos a saludar, a encontrarse con Brins, que también grabaron; como es el caso de Big Youth o Dean Fraser. Alborosie grabó después, pero vino al estudio a saludarnos, a elegir la canción.
Estuvimos 15 días en Jamaica, el hotel era como una posada, no era un hotel vertical: tenía pequeñas cabañas en el centro de Kingston. Cuando volvíamos del estudio (entrábamos a las diez de la mañana y salíamos a las siete de la tarde) nos hacíamos algo de comer, nos quedábamos compartiendo esa sobremesa, donde entre brindis y humos empezamos a fantasear: “Ya grabamos acá, ya grabamos acá, ¿por qué no le decimos a este?”.
Empezamos a jugar y a asignarle a cada canción un posible invitado; y de repente nos encontramos con que nos decían que sí, que les entusiasmaba la idea. Y cuando un invitado cae y ve el peso (“ya participaron tal y tal”) se genera como una bola de nieve. Y todo eso termina cerrando cuando Fito Páez y Fabi Cantilo nos dicen que sí, que graban juntos y en la misma canción.
Pensá que Fito vino a grabar la canción a las dos o tres semanas que había hecho los Vélez, celebrando “El amor después del amor - 30 años”, y había salido recientemente la serie. Estaba en un momento de promoción muy fuerte, y vino el estudio a grabar de una manera muy despojada, como uno más. Si bien es Fito Páez (y se nota) no vino con pretensiones, sino de una manera muy amena.
Esto está plasmado en un documental, que se estrenó analógicamente en un cine en Buenos Aires. Hicimos una presentación, ahora estamos negociando con una plataforma para que lo suban. Teníamos el romanticismo de ir de quizás por distintos lugares a estrenarlo así, pero no es tan fácil.
Hicimos dos funciones en un cine independiente el centro de Buenos Aires, y después surgió la idea de hablar con una plataforma muy conocida, que es Flow: estamos terminando algunos detalles, que tienen que ver con cosas administrativas, Si Dios quiere dentro de poco van a poder ver todo esto que estoy contando.
Lo que pase después que Fito y Fabi vienen es lo que yo llamo “el efecto Fito y Fabi”: después a empezás a convocar a otros artistas y decís quién grabó, es un llamador: “Ah, ¿grabó fulano? Sí, estoy, ¿cómo hacemos?”. Hoy poder trabajar en distintos puntos geográficos es más fácil: te mando la pista, grabás en tu estudio, grabás en tu casa.
Así se fue dando hasta completar 15 canciones. El disco originalmente salió con 12 canciones, y después salieron tres bonus tracks. Me había quedado colgada una canción, que se la habíamos propuesto a una de las bandas más importantes del rock de la Argentina, que nunca nos dijeron que no; por lo cual para nosotros era un sí.
Es un trío que no es muy común que haga colaboraciones; nuestro manager lo conoce al manager de ellos, y si me tiene que decir que no, me dice que no con un sopapo. Y nunca dijeron que no, siempre era: “Aguantame que están terminando un tema nuevo”; “Aguantame que tenemos una gira en el sur del país”. Los tiempos hicieron que no pudiéramos aguantar más y quedó afuera.
Ahora Brins estaba en un festival en Europa, hablé por teléfono con él, y de repente le digo: “Me quedó esta canción, me hubiese gustado que la grabe tal artista jamaiquino”. Me dice: “Pará que lo voy a llamar, tengo el teléfono”. Al rato: “Acabo de hablar con él, está en un estudio ahora grabando una colaboración para otro artista. Si me pasás las pistas lo hace”.
Allá fue, le mandé todo porque lo tenía. Esto es lo que permite la tecnología: tenía las canciones con voz y sin voz en mi teléfono. Tenía la letra, la traduje, la pasé por inteligencia artificial para que le dé un toque más jamaiquino, y que respete algunas rimas. Todos los jamaiquinos que grabaron, no grabaron la letra: te piden la letra para ver de qué trata el tema y es muy común que ellos utilicen su propia lírica. Con lo cual a mí me entusiasma más porque le da como una refrescada más fuerte a la canción.
Esa canción número 16 está por llegar; y como este disco lo vamos a editar en vinilo (va a ser un vinilo doble, por la cantidad de canciones que entran por lado), posiblemente esta canción sea como una perlita que esté solo en el vinilo y no en plataformas. Por lo menos las primeras semanas: después seguramente vamos a mandarlas a las plataformas, para que se pueda escuchar; y a YouTube, y todas esas cosas.
Devoluciones
-En ese disco participó La Delio Valdez. Hace poco hicieron el Movistar Arena, compartieron una versión de “Inocente” como devolviéndoles la onda: los invitaron a grabar un tema de ustedes y después grabaron un tema de ellos (con ellos) en vivo ¿Cómo pintó esa onda?
-Cuando empezamos a fantasear con presentar el disco pasaban dos cosas: traer todos los invitados era prácticamente imposible, y a nivel más de costos, de traer artistas de Jamaica, España, Italia. Empezamos a convocar a los artistas más cercanos: vino La Delio, No Te Va Gustar, Ke Personajes Vino Brins, porque es el padrino de todo este disco: él está viviendo en Polonia y lo trajimos hasta acá.
Cuando empezamos a ensayar y a laburar esa presentación, nos parecía que algunos invitados, ya que estaban ahí, no daba hacer sólo la canción del disco, sino algo más. Y con La Delio tenemos una afinidad particular: somos bandas muy parecidas, las dos somos cooperativas culturales, estamos trabajando ese concepto y estamos cerca: hemos hecho algunas cosas juntos. Fue una sorpresa para ellos: cuando nos juntamos a ensayar la canción, les dijimos: “Además hicimos nosotros esto, a ver qué les parece”, y les encantó.
Lo loco fue que no teníamos pensado editarla; de hecho, el recital lo grabamos porque había un montón de invitados: estaba bueno grabarlo, y hoy ya no es tan complicado grabar un multipistas digitalmente. Y las imágenes que se ven de ese concierto son del circuito cerrado de televisión que usamos para las pantallas; no es que preparamos una producción audiovisual para editar después un disco en vivo con imágenes.
Terminó el concierto, bajó un poquito la espuma, y nos dimos cuenta de que el audio estaba buenísimo; que con lo que teníamos en las cámaras se podía editar y hacer algo digno; y le empezamos a poner manos a la obra. Salió “Inocente”, en septiembre sale la versión de “En el aire”, junto a No Te Va Gustar.
Y la idea es editar un disco en vivo que sale en octubre, que es la presentación de “Hecho en Jamaica” en el Movistar Arena. Principalmente con los invitados: no es que vamos a poner todo el concierto, porque termina siendo muy largo: tocamos dos horas y media, y nos parecía que lo mejor que podía representar esa noche y esa presentación de disco eran las canciones en las que están los invitados. La Delio cantó dos, está la del Raly Barrionuevo, están la de Brins. Son en total 12, 13 canciones que estamos terminando para darle forma a este disco en vivo.
El futuro
-Está este disco, el aniversario el año próximo. ¿Qué se viene por ahí entremedio que sepas?
-Estamos muy enfocados y estamos empezando a ultimar los detalles. La idea conceptualmente es recibir esta tercera década de banda con un disco nuevo de canciones nuevas y originales. Entonces estamos empezando a trabajar eso, porque es un proceso que dura un año, mínimo: de composición, de grabación, de mezcla, de generar todo que tiene que ver con un disco que viene a celebrar 30 años de banda.
Este año salen algunos singles del disco en vivo, y ya el año que viene, si todo sale bien y el proceso fluye como creemos que pueda fluir, quizás se pueda presentar alguna canción que le dé la antesala; pero está puesta la atención en este proceso creativo que es ya armar un disco nuevo.
Y en el medio aparecerán algunas perlitas, cosas que fuimos haciendo. Por ejemplo, grabamos con Juanse en “Hecho en Jamaica”. Cuando grabó la canción nuestra, nosotros veníamos haciendo una versión de tema de los Ratones; cuando se la mostramos me dice: “Eh, pero a mí me gusta esto: yo quiero grabar esto, no el tema tuyo”. Es un personaje. Así que le metió unas violas a esa canción y quedó ahí: está terminada, pero estábamos esperando el momento.
Así que seguramente en el mientras tanto aparezca alguna perlita de lo que fueron encuentros con los invitados, y todo lo que fui contando de “Hecho en Jamaica”; que no tiene nada que ver con eso, pero sí con haber conocido tantos músicos, haber hecho versiones y todo eso.
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