Raly Barrionuevo regresa con su show "A solas y sin libreto"
El artista nacido en Frías, Santiago del Estero, se presentará en formato unipersonal y sin lista previa de canciones, compartiendo canciones que le gustan y lo mejor de su repertorio según salga de su interacción con la audiencia. De eso, del álbum “Mujeres caminantes” y más habló el cantautor con El Litoral.
“No hay forma de hacer este tipo de conciertos si uno está al 100 % en el escenario”, sostiene Raly, que considera que “es mucho más visceral la conexión” con el público. Foto: Gentileza producción
La música que escucha en su casa y las obras de sus 15 discos son parte de los conciertos únicos que Raly Barrionuevo brinda en sus actuales conciertos, concretando así sus anhelos e ilusión: compartir amorosamente la música. “A solas y sin libreto”, pero con los lápices indicados para escribir o dibujar lo que a Raly le inspira cada momento.
En ese formato regresará a Santa Fe el viernes 20 de junio a las 21, en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572); las entradas están a la venta en boletería de Tribus y a través de Ticketway.
Anticipando a este concierto, El Litoral conversó con el artista santiagueño sobre este vínculo íntimo con el público, sobre su álbum “Mujeres caminantes”, y sobre su creación constante.
Unipersonal
-Volvés a Santa Fe, a Tribus, con “A solas y sin libreto”. ¿Qué significa para vos este formato que es tan íntimo y tan espontáneo?
-En agosto van a hacer tres años que arranqué con lo del unipersonal. Y le he ido encontrando cada vez más el gusto a tocar así: no he parado y no paro de descubrir cosas. Y también era un deseo, pero me costaba concretarlo; hace mucho que quería hacer esto que estoy haciendo ahora. O no sé si quería hacer esto puntualmente; ya no sabía que con para qué lado iba a agarrar, pero quería probar a tocar solo.
Antes de la pandemia había liberado al grupo que me acompañaba; me quedé sin grupo justo un tiempito antes, sin saber que se venía todo el cierre y eso. Porque ya lo venía sintiendo hace bastante: quería hacer otra cosa, había tocado muchísimos años con bandas.
Después, en el tiempo de la cuarentena he terminado un disco; después de salido, cuando se ha abierto, salí a tocar ese disco (“1972”, que es de folclore clásico, antiguo) con otro grupo. Después he hecho (incluso en Tribus) unos conciertos con la “Banda Histórica” como yo le llamaba, que eran antiguos compañeros.
Pero de alguna forma casi que era inevitable al menos intentar tocar solo; y le venía esquivando; porque me gustaba la idea, pero un poquito de temor le tenía: no había nunca hecho giras enteras así solo. Una vez, algunos conciertos en la época de “Chango”, pero no mucho más que eso.
Ya no había forma de esquivarle a la cuestión y hemos arrancado; como te decía, en agosto van a hacer tres años que comencé a tocar así. Y ha sido un viaje absolutamente renovador para mí, porque he ido descubriendo cosas en este formato que no las tenía conscientes en mi potencial. Estaba siempre muy apoyado en un grupo, en músicos que me acompañaban; y de repente esa soledad en el escenario (no así en la gira, porque me acompaña un equipo técnico de mucho nivel) ha sido un descubrimiento tras otro de potenciales que siento que no los conocía de mí mismo.
Ahora no veo, por lo menos hasta que haga un disco nuevo (ya veremos) qué puede cambiar este estadio de tocar solo. Por lo tanto, vuelvo a Tribus nuevamente con este formato.
Y lo que tiene de especial, respondiendo a tu pregunta, es que ningún concierto es igual al otro. Jamás, porque primero que no cumplo una lista de temas, no armo una lista. Es todo pura entrega en el escenario y ver qué pasa ahí. No he armado nunca una lista de canciones desde que ha arrancado solo; sí, hay una columna vertebral en el repertorio, pero siempre invita a cosas nuevas.
Por lo tanto, me resulta muy divertido a mí, porque me pone un desafío cada vez que subo a un escenario: no sé lo que va a pasar, no sé con qué voy a arrancar, no sé cómo va a seguir el concierto. Eso lo hace muy divertido, muy desafiante para mí; y de esa manera voy a seguir, al menos hasta próximo aviso.
Conexión
-¿Qué sentís que cambia en la relación en el vínculo con el público cuando te presentás así?
-Es mucho más visceral la conexión. Lógicamente que cuando uno tiene una banda, músicos que te acompañan, son un sostén, una red de contención. Aquí no hay red: es hacer acrobacias sin ningún tipo de protección abajo. Por lo tanto, eso hace que la conexión con el público sea muchísimo más visceral, más profunda: yo estoy ahí, no puedo refugiarme nada más que con mis instrumentos, no tengo otra opción.
No hay forma de hacer este tipo de conciertos si uno está al 100 % en el escenario. Por ahí con una banda estás con alguna preocupación, con algún problema, por alguna cuestión que te dé vuelta en la cabeza y bueno: sabés que la banda te va a ir llevando. Y hay veces que uno hasta lo puede hacer casi de oficio. Pero acá no hay esa opción.
Por lo tanto, es algo que también comparto con el público: mi manera de vivir, mi manera de ver el mundo, no solamente la música. Así es como quiero vivir y así es como lo comparto con la gente.
Y la gente lo re siente un montón, lo percibe. Es más: hay veces que me puedo equivocar, vuelvo para atrás y empiezo de nuevo; porque manejo mis tiempos, porque manejo los silencios. Todo eso hace que la conexión con el público sea muchísimo más fuerte.
-¿Cuánto del show lo decidís ahí mismo?
-En general todo; salvo las últimas canciones, que por lo general me voy dejando para el final algunas que son clásicos míos, tipo “Chacarera del exilio”. Pero a veces he tocado “Chacarera del exilio” al principio también: no tiene nada previsto, y me encanta que no tenga eso. Porque como te digo, lo hace mucho más ágil, más divertido, estar conectadísimo.
Cuando comencé con esto de tocar unipersonal pensaba que solamente lo podía hacer en los teatros, Y claro, de repente se invita a una intimidad con el público mucho más simple. Pero en un festival era más desafiante aún. Y también me he animado a tocar así en los festivales: quizás subo después de grupos que suenan muy fuertes. De repente subir con una guitarra nada más invita a que la canción cobre protagonismo.
Me pasó en las noches que subo en Cosquín, que llego hasta el micrófono caminando (es una caminata larga desde atrás hasta el micrófono) y no sé con qué voy a arrancar: lo decido a la hora de enfrentarme al micrófono.
Cantoras
-Este año salió “Mujeres caminantes”. ¿Cómo surgió la idea de reunir tantas voces femeninas para revisitar tu repertorio?
-Se ha ido bajando eso. En la época de la cuarentena, que todo el mundo grababa con todo el mundo desde la casa, yo he comenzado a grabar... justo me han escrito un par de mujeres. Primero ha sido una brasileña, que se llama Thamires Tannous: grabamos “Eva Luna”, pero sin pensar que iba a ser para un disco; simplemente era grabar la canción.
Grabé otra con Micaela Chauque, y así: era grabar canciones por el gusto de grabar. Y cuando quise ver tenía más de diez canciones; ya dije: “Bueno, acá hay algo”. Después ya sí, otras amigas se iban enterando y me decían: “Che, ¿a mí no me invitás a cantar?” y cosas así, inclusive con otras mujeres con las que tenían ganas de cantar. Y bueno, se ha ido haciendo un puñado de canciones cada vez más grande.
Entonces dije en un momento: “Esto lo tengo que dar a conocer”; porque después ya me he puesto más detallista y he comenzado a terminarlo mejor; porque primero eran grabaciones cuasi caseras. Ya lo tomamos en serio y lo he comenzado a dejar más lindo; y ahí ha quedado.
-¿Sentís que te enseñaron algo estas intérpretes sobre tus propias canciones?
-Absolutamente. Por ahí pienso: ¿qué será de la vida de las canciones? Porque lógicamente que muchas de las canciones que uno ha escrito van vivir mucho más que yo. Y a veces por ahí medio en chiste decía con mis amigos, mis amigas: “Me voy a hacer un homenaje a mí mismo, antes de que me muera y lo haga otro” (risas). Así que he elegido hacerme un homenaje a mí mismo, un autotributo.
En marcha
-¿Ya estás pensando en algún nuevo proyecto, o hay canciones como para ya pensar en un nuevo material?
Sí, absolutamente: ya estoy trabajando en un disco de canciones nuevas. Estoy muy feliz, porque ya tengo un puñado grande de canciones. Y estoy trabajando con un amigo que me está ayudando, que se llama (Juan José) Colo Vasconcellos, del grupo Ahyre: muy amigo mío, el zurdo, guitarrista salteño. Él me está dando una mano: somos como hermanos, pasamos las fiestas juntos. Me está ayudando un montón con las canciones nuevas, con su mirada.
Ya tengo tres casi listas; creo que voy a tratar de llegar a poquito más de diez canciones que están ahí. Hay muchas que ya van a quedar titulares y algunas en el banco; pero ya tengo bastante avanzado eso. Creo que para el año que viene, este año ya he sacado este trabajo.
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