De escenas y escenarios
Por Victoria Verlichak

Renata Schussheim utiliza el dibujo como origen y sostén de su propuesta estética, que crece alrededor de diversos soportes y circula en torno del teatro de la vida y de los escenarios teatrales. Escenógrafa, vestuarista, pintora y escultora, su talento se multiplica en varias direcciones y disciplinas, en tanto que sus producciones se superponen, espejándose con brillo.

La artista desarrolla un estilo propio y funda un universo en constante recreación, que por instantes aparece tributario de su propia imagen. Como Renata, muchas de las protagonistas de sus retratos, pinturas y dibujos, suelen llevar una mirada clara pero penetrante, cabellos llameantes y piel de una blancura excepcional. En otras instancias, como en sus esculturas, la artista parece esfumarse detrás de una galería de personajes que, con esa ambigüedad crecida al calor de los años sesenta y, fundando una mitología personal, portan máscaras o cabezas zoomorfas sobre cuerpos de mujeres; y también de hombres.>

Intuitiva y autodidacta, la artista utiliza las expresiones de la moda y del arte, ligadas intrínsecamente desde hace más de un siglo con la aparición del Art Noveau, para los diseños de vestuario que dan luz a los trajes que visten y pasean la destreza de otros, la de los actores. Asimismo, Renata profundiza en el lenguaje del teatro y de las cadencias del movimiento para inventar los marcos en donde se desenvuelven las acciones y giros concebidos por autores y coreógrafos. Aun cuando en algunos de desprejuiciados trabajos Renata incluye iluminación y música, elementos de la performance y la fotografía, éstos también se asoman primero al papel o son intervenidos con lápices y coloraciones. Lejos de ser un mero bosquejo preparatorio para la pintura o la escultura, o un simple diseño para el vestuario o la escenografía, hoy el dibujo es una manifestación artística inmensamente valorada. Es en "la humildad del dibujo, que lo puede todo" -como dijera Marta Traba-, donde se siente el pulso de la artista. Por su intimidad y expresividad, los dibujos de Renata invitan a ingresar a un mundo pleno de enunciados e interrogantes y convocan a viajar a través del tiempo.>