Funámbula de dos abismos...
Por Vinicius de Moraes

Renata Schussheim pertenece al mundo encantado de los pájaros, de los duendes y las galaxias infinitas. Y también al mundo mágico de los poetas locos, el de William Blake, Eduard Lear y Lewis Carroll. Y también al mundo erótico y antropofágico de Wilheim Reich.

Funámbula de dos abismos, el ascendente y el descendente, su personalidad tripartita (porque hay que considerar la posición de equilibrio en el filo de la navaja) se arroja al mismo tiempo en largas y lacerantes zambullidas en el infinito en que se proyecta con la gracia y leveza verticales de un ave de Brancusi: y en caídas lentas de los vértices del mundo, donde, Reina pirata de imponderables bergantines, clava las agujas de su miedo en la carne de los amantes en Huis Clos, queriéndose y malhiriéndose desde dentro de sus cárceles comunicantes, por lo tanto incomunicables.>

Renata es una mujer que vive y hace arte en alta frecuencia, consciente de la tragedia en que fue envuelta sin su consentimiento, pero al mismo tiempo, esparciendo estrellas a lo largo del camino que eligió hacia la belleza total.>

Perdida en la embriaguez de sus contratos, el clima a su alrededor es el de la neurosis consentida: neurosis de lo bello y de la poesía en que se mueve y crea y clima de lírica nostalgia de la poesía en que todo era magia y sensibilidad.>

Fetiche de sí misma, Renata Schussheim es una viuda negra enredándose cada vez más en las telarañas con que también envuelve sus comparsas y personajes a quienes, por fatalidad de su condición, ama y devora hasta la última partícula de sustancia. Un ser terrible de belleza, amor y dulce ferocidad.>