Región: REG-14
La dialéctica de la mentira

Las recientes declaraciones del titular de la cartera agropecuaria nacional, Carlos Cheppi, disipan las pocas dudas que quedaban respecto a la postura del Gobierno con la situación deficitaria del campo, y evapora cualquier ilusión de una reforma de fondo que logre poner freno a la caída libre del sector. No caben dudas que la apreciación que se hace desde las oficinas de Paseo Colón poco tienen que ver con la realidad asfixiante que viven las cadenas productivas a nivel nacional.

Para muchos, el 2008 ya es un año perdido. El trigo no recibió agua y en muchos casos no sirve ni para enrollar, y el maíz presenta un panorama desolador, con una abrupta caída en la intención de siembra.

Mientras tanto, desde la casa rosada dilatan una reunión con la mesa de enlace, sin contemplar que la temperatura sigue subiendo. "Hay espacio para dialogar. Tenemos que entender que cuando confrontamos modelos ideológicos hay que buscar las diagonales, que nadie puede imponerse al otro", señaló Cheppi. "Hay que esperar para retomar la discusión con el sector agropecuario de cara a una nueva política agropecuaria para el país", agregó. "En campo propio la rentabilidad aún es muy buena. Hay que ver qué pasa con los alquileres", sostuvo. "Hay que buscar otras leyes que pongan límite a los grandes pooles de siembra. Va a ser un tema de mucho debate. Nadie paró de invertir y de seguir trabajando. El conflicto comer o exportar está en pleno apogeo, lo cual se vio potenciado por los precios internacionales", finalizó.

Para Cheppi, la salida a la cuestión pasa por incrementar la producción porque "no hay alternativa", aunque descartó los augurios "apocalípticos" porque, por ejemplo, "no es cierto que se estén cerrando tambos todos los días: este año vamos a llegar al pico de producción lechera".

Para la semana próxima se espera una nueva reunión con los dirigentes del campo. Es de esperar que no sea otro encuentro para la foto y nada más. La situación en nuestra provincia requiere de soluciones urgentes que "apaguen el fuego" pero que abonen esperanzas de un futuro productivo mejor a mediano y largo plazo.

No caben dudas que el aumento del impuesto inmobiliario rural era una deuda pendiente, aunque seguramente será otro dolor de cabeza para los productores santafesinos. El momento para implementar un cambio en este sentido puede significar una ruptura en las buenas relaciones de Binner con nuestros hombres de campo, sobre todo con los autoconvocados, quienes reclaman nuevamente a las entidades mayor vigor y celeridad en el reclamo.

Mientras la Presidenta firma su primer decreto de necesidad y urgencia por 36 mil millones destinados a subsidiar la energía, las empresas alimenticias y las industrias, resta saber cómo llegaremos a las rimbombantes 150 millones de toneladas, de persistir la actitud oficial que sigue castigando al que apuesta por seguir produciendo en la Argentina.