Opinión: OPIN-04
Al margen de la crónica
Un resultado previsible

Y de pronto el mundo financiero se sacudió fuerte. El "lunes negro" pasado marcará un antes y un después en la actividad de banqueros e inversores contemporáneos, muy diferente de aquella crisis que inauguró la década del '30, en el siglo pasado, pero con muchos elementos que sirvieron para recordarla.

Lo que estalló fue Äotra vezÄ una burbuja. Al parecer, los actores siguen sin aprender el libreto. La crisis tuvo una sucesión de definiciones. Primero, obligó al gobierno norteamericano a "salvar" a dos grandes consultoras hipotecarias; después quebró Lehman Brothers; y ÄfinalmenteÄ todos entendieron que el salvataje era la única posibilidad para evitar nuevas e imprevisibles consecuencias.

Es que la interrelación de capitales que existe actualmente desde la tan comentada globalización, es muy permeable al conocido "efecto dominó", donde un movimiento financiero de importancia no pasa inadvertido ni puede ser ocultado.

El golpe de efecto determinó un freno de la economía mundial, justificando que nada será igual a la semana pasada. El impacto de lo sucedido será mayor en las economías de países emergentes, porque por meses no tendrán acceso al financiamiento externo o dependerán mucho del costo de las importaciones. Para los argentinos no se prevén efectos colaterales directos, aunque ello revele el aislamiento de los centros financieros internacionales.

Lo sucedido servirá para que los sistemas financieros definan si siguen privilegiando un modelo especulativo o se vuelcan al estricto rol de financiar proyectos individuales y colectivos. Además, cuando se asumen riesgos hay dos caminos posibles: ganar o perder. Otra vez la especulación desmedida tuvo un final lógico.