Lo que dijeron los colegas foráneos

La visión de los extranjeros

Feliciano López comparte su satisfacción con los medios de comunicación de diferentes partes del mundo. Hubo una gran afluencia el fin de semana pasado para cubrir uno de los acontecimientos más importantes de todos los años a nivel deportivo.

Foto: Agencia EFE.

La visión de los extranjeros

De los 500 periodistas acreditados para realizar la cobertura de este acontecimiento, la mitad pertenecía a medios extranjeros. El Litoral dialogó con algunos de los más importantes, para saber su punto de vista sobre lo que aconteció en Mar del Plata.

Alejandro Galetto

(Enviado especial a Mar del Plata)

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La sala de prensa de la Copa Davis estaba repleta, como nunca antes se vio en una serie de esta competencia mundial. Periodistas de medios de diversas partes del planeta viajaron a la ciudad balnearia argentina para llevar la cobertura de esta final entre argentinos y españoles. Y algunos dialogaron con El Litoral para dejar su punto de vista desde otra posición.

Claus Aronsson es un joven sueco, pelado y grandote que habla muy bien el castellano, y trabaja para la agencia de noticias sueca TT. Opinó que “este resultado demuestra que España tenía mejor equipo. Es cierto que Argentina tiene a Nalbandian y a Del Potro, que están en mejor nivel que los españoles, pero los demás miembros del conjunto estaban muy por debajo de lo que se necesita para ganar la Copa, para lo cual se requiere un conjunto equilibrado”.

Luego agregó que “Argentina quizás perdió el título porque Del Potro no estaba focalizado en la Davis, aunque con esto no quiero caer con todas las culpas sobre él. Pero mientras los demás miembros argentinos y los españoles estaban con todo su pensamiento en esta competencia, el tandilense estaba en otra cosa, y no había otra alternativa”.

Los españoles

El español Miguel Luengo, de la agencia de noticias EFE, destacó que “el equipo español presentó un conjunto muy compacto, sin fisuras, que se ha entendido muy bien y que ha tenido mucha fe”. Por otra parte, admitió que “se notó que Fernando Verdasco salió a jugar el cuarto punto abarrotado por los nervios, pero creo que ha triunfado la clase de un tenista situado en el puesto 16 del mundo ante un Acasuso que ha luchado hasta la extenuación, pero que es 48 y este año no ha tenido ningún buen resultado en pista cubierta”. Para el final, señaló que “ha habido disensiones en el equipo albiceleste, rumores de pelea o intercambio de palabras entre ellos, y creo que todo eso terminó siendo muy negativo”.

En tanto, Toni Cabot, del diario Información de Alicante, reconoció que “he viajado a Argentina creyendo que se iba a acabar el sábado con un 3-0 a favor de los locales. Estoy sorprendido por la relación que ha tenido el equipo español y por el rendimiento que ha mostrado Argentina. La baja de Del Potro fue fundamental. Otra cosa hubiera sido que Verdasco enfrentase a la mejor versión del tandilense. Tanto él como Feliciano fueron muy importantes”.

De Sudamérica

Por último, Santiago Estrella, de El Comercio de Ecuador, destacó como primera medida “la gran inteligencia que ha demostrado Emilio Sánchez Vicario para plantear esta serie, para elegir a los jugadores indicados para cada punto. Además, se nota la influencia que él tiene sobre el equipo, sobre todo en cómo supo conducir anímicamente a Verdasco en el duelo de dobles”. Por último, recordó como algo negativo que “en Argentina entran ganando cuando todavía están por jugarse las cosas y después hacen una lectura muy dura cuando ya está puesta la derrota. Hay que aprender de todo esto”, concluyó.

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ADEMÁS

Otras consideraciones

Los medios de todo el mundo resaltaron el “batacazo” que dio España al superar a la Argentina en la final de la Copa Davis en Mar del Plata. “Fiesta roja en pleno Mar Argentino”, tituló el diario O Globo de Brasil, que desarrolló que “el héroe del equipo campeón fue Fernando Verdasco, quien venció a José Acasuso por 3-2 en el último duelo, que duró casi cuatro horas”.

Por su parte, el diario deportivo español Marca consideró que este último triunfo es un “broche de oro al año del tenis nacional”. En su versión on line, Marca afirmó que “2008 se cerrará como el mejor año de la historia del tenis español después de que la Armada pusiera el broche de oro conquistando la tercera Copa Davis de su historia en una increíble final disputada a domicilio ante Argentina y sin el lesionado Nadal”.

El Mercurio, el medio gráfico de mayor tirada en Chile, resaltó que “en la antesala de la final, Argentina contaba con la consistencia física y técnica de David Nalbandian y la fuerza, precisión y juventud de Juan Martín del Potro. Era el ahora o nunca para Argentina”, sentenció.

El diario uruguayo El País encabezó su artículo con la frase “Padre patria, España ganó la Davis”. La nota subrayó que “los rojos dieron una lección de cómo se trabaja en equipo y llevaron la Ensaladera para el viejo continente, pese a que Argentina era favorito”.

La Gazzetta dello Sports de Italia tituló: “Copa Davis para España: Verdasco dobló a la Argentina”. “En un duelo extenso y parejo, el madrileño prevaleció frente a Acasuso, quien fue golpeado por un problema abdominal en la etapa final del match”, reflejó la Gazzetta.

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EL DATO

Cañas, durísimo

Aún dolido por haberse quedado fuera de la final de la Davis, Guillermo Cañas apareció y provocó más revuelo. “Algunos piensan que necesitan hacer plata; esto ya no es más un equipo y la Davis se gana en equipo”, dijo. Asimismo, agregó más confusión al aclarar que “yo jamás me excluí. Esta Copa era una oportunidad increíble para mí, creo que ya no tendré otra chance así. Quiero pensar que nunca me sacó del equipo otra persona que no fuera el capitán”, concluyó.

ESPECIAL PARA EL LITORAL

OTRA MIRADA

El peor camino: la soberbia

Por Alejandro Galetto

Mucho se habla sobre las características del ser argentino, fundamentalmente aquellos que no viven en el país o lo hacen en calidad de extranjeros. Y siempre que los comentarios al respecto llevan un cariz crítico, el ser argentino se enoja.

Mucho se habló durante todo el año de los modales de David Nalbandian para con la prensa, los dirigentes e incluso con sus compañeros. Se tejieron historias que contaban que el liderazgo del unquillense se había tornado desmedido y agresivo, y que todo tenía que ver con la soberbia que le imprimió en su humanidad el éxito y el saberse talentoso.

Pues bien, hay cosas que son ciertas. La personalidad del campeón del Masters 2005 es complicada, maneja las situaciones a su antojo, con poca educación, pero de qué se pueden quejar los periodistas si uno de los máximos referentes de la prensa tenística se maneja exactamente con los mismos códigos.

“Somos dos o tres los periodistas prestigiosos aquí”, fueron las antipáticas palabras que deslizó Guillermo Salatino en plena (y vergonzosa) conferencia de prensa de Mancini y Acasuso, ya consumada la derrota, negando la capacidad de los otros 247 hombres de diarios y radios nacionales que estábamos en la sala realizando el mismo trabajo y con la misma seriedad y responsabilidad, o inclusive mayor. Después, “Salata” se encargó de pedir disculpas públicas, pero a las palabras no se las lleva el viento.

Esa persona que representa a los periodistas argentinos en el mundo (por sus posibilidades económicas, viaja mucho a cubrir tenis en el exterior) protagonizó delante de otras 250 personas que llegaron desde diversos lugares del planeta un bochorno en la conferencia, donde discutió con los integrantes del equipo nacional y le restó chances de preguntar a sus colegas, a quienes además “ninguneó”, para definirlo con un neologismo cuasilunfardo.

Lo dijo Alberto Mancini. “Así somos los argentinos”. Seguramente que no por esta situación se perdió la Copa Davis. Pero los ibéricos nos dieron una lección de caballerosidad, cohesión y respeto por un objetivo en común, por sobre los deseos individuales. Fue emotivo verlos cantar “Argentina, Argentina” una vez consumada la consagración, con Feliciano a la cabeza. Tal vez llegó el momento de intentar variar algunos de los componentes genéticos del ser argentino, para tratar de generar entre todos (público, prensa y tenistas) nuevamente la ilusión de ganar alguna vez la Ensaladera.

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