Plurilingüismo y diversidad cultural en un mundo de fronteras abiertas
Estudiar idiomas no tradicionales: una novedosa opción académica
Chino mandarín, japonés y euskera son algunas de las lenguas poco difundidas en América latina, que se dictan en Santa Fe. A estas propuestas de estudio las ofrece el Centro de Idiomas de la UNL, donde en los últimos años, creció un 20 % el número de inscriptos.
La propuesta académica del Centro de Idiomas de la UNL abarca el dictado de 12 lenguas, entre ellas inglés, francés, chino, hebreo, euskera y japonés.
Foto: Luis Cetraro
Luciano Andreychuk
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Cuenta La Biblia en el Génesis (11: 1-9) que, al principio de los tiempos, todos hablaban una misma lengua. Un día, los hombres dijeron: “Ea, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego. Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo”. Fue tal el enojo de Dios al ver la irreverencia de sus criaturas, que decidió confundirlas haciéndolas hablar diferentes lenguas, para que no puedan entenderse y se dispersen por la Tierra. Si bien el célebre episodio de la torre de Babel refiere al desafío impertinente de los hombres a la autoridad divina del Creador, quizás sea uno de los antecedentes más ilustrativos sobre la condición políglota y cosmopolita de la humanidad. Hoy, muchos hombres y mujeres que habitan Santa Fe despiertan su interés por las lenguas del mundo, como atraídos por la arcaica luminosidad de una Babel imaginaria.
La novedad es que hay un número creciente de santafesinos que en la actualidad estudian idiomas extranjeros y, dentro de las alternativas más requeridas, aparecen los idiomas de escasa penetración cultural en América latina, como el chino mandarín, el japonés y el euskera (esta última lengua es hablada en el norte de España -País Vasco y Navarra- y extremo suroeste francés). El indicador surge del Centro de Idiomas de la UNL, al que concurren unos 2.800 alumnos durante todo el año -1.200 en cada uno de los dos cuatrimestres y unos 400 a los cursos de verano-. Allí se enseñan 12 lenguas: alemán, inglés, italiano, francés, portugués, chino, hebreo, euskera, japonés, lengua de señas argentina para no oyentes, inglés para ciegos y español para extranjeros.
“El aumento en el número de inscriptos a los cursos siempre ha sido permanente. En los últimos años ha habido un 20 % anual de crecimiento en la población estudiantil, que va de los 17-18 años hasta la edad adulta”, comentaron a El Litoral Raquel Bentolila, directora del Centro, y María del Valle Gastaldi, subdirectora de la institución y coordinadora del Programa Idiomas para la Comunidad. Además de los cursos regulares dictados por cuatrimestre, en el Centro se dictan otros intensivos individuales. Hasta el 11 de diciembre, estará abierta la inscripción al estudio de los idiomas que se impartirán en verano.
“El inglés es el idioma gracias al cual miles de personas se comunican a diario en todo el mundo. Pero no por eso vamos a tomar una sola lengua para enseñar, porque es importante la defensa de todas las lenguas, incluidas las indígenas. Mientas las lenguas estén vivas, los pueblos estarán vivos, sus tradiciones vivirán, y ello nos permitirá construir un mundo mejor”.
Prof. Raquel Bentolila,
directora del Centro de Idiomas UNL.
Plurilingüismo y tolerancia
¿A qué se debe este creciente interés social por estudiar idiomas poco tradicionales para la cultura occidental, como el mandarín, por ejemplo? Algunas de las razones se encuentran en las exigencias laborales y las características de la aldea global, en donde las fronteras nacionales se desdibujan y se abren de par en par. Para Bentolila, “estas aperturas -comerciales, políticas, sociales- permiten que conozcamos más el sistema económico de China, por caso. La relación intercultural se hizo más fluida con algunos países asiáticos, y con India también. Todo ello está haciendo que la gente se interese más por aprender estas lenguas”, afirmó.
“Nosotros le damos mucha importancia a la cultura de los idiomas desde una perspectiva plurilingüe, aunque aceptamos que el inglés es la lengua más utilizada mundialmente”, afirmó Gastaldi. “La cuestión pasa por redimensionar lo que es el aprendizaje del idioma acompañado por los valores, tradiciones y costumbres culturales, que hacen a la formación integral del estudiante”. Para Raquel Bentolila, defender la diversidad cultural adquiere un sentido más profundo: “Tiene que ver con la tolerancia: sin tolerancia y respeto la convivencia entre los hombres se hace imposible. Los idiomas nos ayudan a conocer a otro, y desde la diferencia, aprender de nosotros mismos”.