Lengua Viva

Hablemos de la evaluación educativa (II)

Evangelina Simón de Poggia

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Estábamos hablando sobre la evaluación en el ámbito educativo. Nos referimos a algunas posturas como la de Lafourcade, que nos plantea la relación entre la evaluación y los objetivos propuestos como meta. Pasamos por Pérez Lindo y García Aretio, para caer en las dos grandes líneas de pensamiento que postulan un interesante debate sobre si la evaluación debe remitirse a lo cuantitativo o al rendimiento logrado por los participantes del proceso.

Docentes y alumnos sufren la incertidumbre del castigo numérico que pretende tener un carácter cualicuantitativo. El hecho de tener que desarrollar los procesos cognitivos realizados, interpretar consignas, llevar a cabo asociaciones-comparaciones y proyecciones a situaciones concretas, etc. y todos los educandos al mismo tiempo y en el mismo tiempo, insinúa una vivencia un tanto injusta al no tener en cuenta los ritmos de formalización del pensamiento de cada uno. Por supuesto, el sistema ha ido diseñando alternativas, tratando de mitigar el impacto expuesto para evaluar los procesos: promoción sin examen, trabajos prácticos, monográficos, múltiple choice, además de la clásica evaluación final integradora ,etc.

Más allá de lo expresado, sería importante volver a la relación entre evaluación y objetivos, en la que el docente no sólo debe considerar la información sobre los temas de interés por parte de los alumnos, sino también la organización de la misma (plan global), la obediencia a las normas en el uso de la lengua en pro de la coherencia y de la correcta formalización de los conocimientos, la observación ortográfica, pues no podemos desconocer los estragos que puede hacer una “coma” (,) en el sentido, significado y congruencia de lo expresado. También deberá reconocer la importancia que tiene la correcta estructuración de las consignas, pues no ignoramos que muchas veces el alumno contesta erróneamente por no haberla comprendido, está frente a la ambigüedad.

La “evaluación” es parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, cuya práctica tendrá sentido cuando al docente le dé la oportunidad de procesar las reformulaciones necesarias en las que están implicados: contenidos, objetivos, metodología, etc. en pro de los objetivos propuestos.

Próximamente, retomaremos las reflexiones expuestas para incursionar sobre la evaluación en la Educación a Distancia.Tal vez, nos sugiera nuevos caminos en el tema de nuestro interés en el desarrollo de la práctica docente.