Rivadavia y Suipacha
Dos motociclistas murieron este año en la misma esquina
Nicolás García falleció el 29 de abril, dos días después de chocar contra un utilitario. Rodrigo Hurt perdió la vida en un choque similar, el 4 de noviembre. Eran jóvenes y muy queridos en su entorno.
Redacción de El Litoral
El semáforo de la esquina de Rivadavia y Suipacha funciona. La intersección está bien iluminada y en el pavimento no hay baches ni badenes, sino que es una superficie regular. Entonces: ¿Por qué se producen tantos accidentes y de tales magnitudes?
Este año, dos jóvenes motociclistas murieron en episodios diferentes, donde sin duda el desarrollo de altas velocidades y la negligencia a la hora de no respetar la luz roja, dejaron como saldo a dos familias destruidas.
El último caso sucedió hace poco más de un mes, el 4 de noviembre, cuando Rodrigo Hurt impactó contra un auto Chrysler Caravan, conducido por un hombre de 68 años. La peor parte la llevó el muchacho de 31 años, que manejaba una moto Honda XR 200cc.
Hurt trabajaba como mozo en una conocida firma de bares y confiterías de la ciudad, donde se lo recuerda de la mejor manera. Estaba casado y tenía un hijo pequeño. Falleció tras el impacto, a consecuencia de un traumatismo de cráneo.
Una plaqueta
Nicolás García tenía 25 años, era radiólogo del hospital Cullen y tenía un futuro promisorio. Pero el 27 de abril, mientras transitaba por la zona de la Recoleta en su moto Honda Wave color bordó, una camioneta Caddfy se interpuso en el camino.
Ocurrió un día domingo, a las nueve y media de la noche. Lo internaron con diagnóstico reservado y murió a los dos días, en el mismo hospital al que asistía cada tarde para trabajar.
Sus compañeros de tareas lo definieron como “una buena persona” y en su honor pusieron una plaqueta con su nombre. “El consuelo que tenemos por tu trágica partida, es que vivirás eternamente en cada uno de nuestros corazones”, escribieron sus compañeros del Servicio Radiología turno tarde II, en un aviso que se publicó en El Litoral.
Sin apoyo
Su papá Rubén también lo recuerda a cada momento y desde su pérdida se dedica a recorrer juzgados y oficinas públicas en busca de explicaciones por una muerte que no quiere aceptar de brazos cruzados.
El hombre se queja porque la causa, que está en el juzgado Correccional Nº 1, “va demorada”; aunque destacó “el trabajo del fiscal” Nº 5, Norberto Nisnevich, que lo recibe cada vez que es requerido. Para el papá de Nicolás García “el procedimiento no se hizo bien” porque “no detuvieron al conductor”, “ni retuvieron el coche”.
Semanas atrás pidió apoyo a los concejales oficialistas. Solicitó una audiencia y “no me llamaron”, dijo. Lo mismo hizo en la Legislatura, donde lo recibió un funcionario que lo escuchó casi por compromiso, porque “hacía tres días que lo iba a ver”.
