llegan cartas

Por un planeta en paz

Jorge Schuster

DNI. 6.234.738.

Señores directores: En 1986 pude viajar al exterior, realizando un tour en colectivo, por algunos países europeos, llegando como punto final del viaje a Israel.

Hice, con mi esposa, una excursión de 4 días a El Cairo (Egipto); por medio del traductor, y algo en español, pude comunicarme con varios jóvenes y no tan jóvenes, a los que les pregunté qué opinaban de la firma de paz con Israel; una mayoría me contestó que muy positiva y una minoría, me respondió que ojalá fuera duradera y que dicha firma había producido en El Cairo, un gran cambio económico positivo, y que estaba a la vista la cadena de hoteles internacionales existentes, fundamentalmente en la avenida que lleva a las pirámides.

Hoy, estoy convencido de que si les preguntáramos a ambos pueblos, israelí y palestino, nos llevaríamos una gran sorpresa: la mayoría querría que se llegue a un acuerdo de alto el fuego en forma inmediata.

Mientras los dos pueblos se sigan agrediendo mutuamente, con un costo incalculable de vidas humanas, más gente de ambos países seguirá incorporándose a los grupos de odio y ataques. El mundo que no pertenece a los que manejan y crean las guerras, dado que éstos venden su producción pesada a quienes paguen mejor precio -como hizo Alemania en la época de nuestro asesino Rafael Videla, aduciendo luego que lo había hecho para no dejar sin trabajo a obreros alemanes-, tenemos la obligación de manifestarnos en contra de que esos verdaderos y viles asesinos e inmorales, provean de armamento a los dos países de Medio Oriente.

Que los D”Elías, que existen muchos en el mundo, dejen de acusar a una parte y defender a la otra, dado que el planeta corre el riesgo de una tercera guerra mundial.

Luchemos sin distinción de razas, credos, poder económico, por una urgente paz mundial, y ataquemos en forma no armada, a quienes apoyan las guerras.

Apoyemos a los palestinos e israelíes, israelíes y palestinos, que en sus respectivos países realizan marchas por una urgente paz, y estaremos asegurando la paz en el planeta.

Cuando muere un palestino o un israelí, o un africano, niño o anciano, es un ser humano menos, luchemos para que esto se termine y sea más equitativo en el mundo el reparto de las riquezas, y podamos tener todos, sin excepción, la misma oportunidad de nacer, crecer, desarrollarnos, formar familias, con hijos y nietos. En un planeta en paz.