Coppola presentó “Tetro”

Los atridas argentinos acaparan Cannes

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Coppola se dio el gusto de hacer una película sin condicionamientos: tal vez sea la más personal de su carrera.

Foto: EFE

María Carmona

AFP

Con “Tetro”, el norteamericano Francis Ford Coppola vuelve a uno de sus temas dilectos en una historia con sesgos de tragedia griega, la de una familia signada por la fatalidad y la traición, suerte de atridas ítalo-argentinos.

Presentada en estreno mundial en la apertura de la sección paralela Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, la película fue el acontecimiento del día jueves y relegó a un segundo plano la competición oficial. La ovación fue estruendosa al terminar la proyección y aparecer el director en la sala para dialogar con el público, acompañado por su esposa, su hijo Roman y los actores Maribel Verdú y Alden Ehrenreich.

Se ha hablado mucho de los elementos autobiográficos de esta película, cuyo guión fue escrito por Coppola. El director eludió la cuestión con una fórmula que, por humorística, no es menos rotundamente cinematográfica: “Nada de lo que ocurre en la historia es real, pero todo es verdad”, dijo.

El propio Coppola explicó por qué un director de su calibre (dos Oscar por “El Padrino” I y II, y dos veces triunfador en Cannes por “La conversación” y por “Apocaypse now”) no figura en la selección oficial de Cannes, sino en una sección paralela.

“El Festival me propuso una proyección de gala con alfombra roja, pero fuera de concurso. Yo quería estar en la competición. Esta es una película independiente y, si no estaba en competición, me pareció que un espacio como la Quincena era más adecuado para ella que una gala con smoking”, declaró.

Coppola recalcó que el hecho de que sea él quien ha escrito el guión lo hace sentir “plenamente autor” de “Tetro”. “Cuando hice “El Padrino’ o “Drácula’, no me consideraba como autor único de la película, y para la primera, por ejemplo, aunque no estaba en el contrato, en los títulos yo mandé escribir “El Padrino de Mario Puzzo’. Siempre pensé que es injusto que el director se erija en el único autor de la película, cuando me parece que el trabajo más difícil y esencial es el de escritura’, explicó.

El cineasta explicó que la “gran influencia italiana en la cultura argentina” hizo que “pudiera pintarla integrando en mi mirada elementos de mi propia experiencia”, al igual que hice en “El Padrino’. “No sabía nada de los gángsters, pero los mafiosos eran de origen italiano, como mi familia”, y “pude proyectar mi propia experiencia y dar una ambiente real a esa familia”.

Reunión en Buenos Aires

“Tetro” narra el reencuentro de dos hermanos, hijos de un padre autoritario (Klaus Maria Brandauer), célebre director de orquesta que dejó Argentina para instalarse en Estados Unidos. El joven Bernie (el debutante Alden Ehrenreich) busca en Buenos Aires a su hermano mayor (Vincent Gallo), que rompió todos sus lazos con la familia diez años atrás y vive allí con su compañera (Maribel Verdú).

La historia transcurre en tres niveles de narración, la acción real, filmada en blanco y negro, los recuerdos y representaciones teatrales y de danza que remiten a la historia. En estos dos últimos, el director recurre al color.

Los tres niveles van trenzando los hilos de la historia, revelando paulatinamente los dramas y los secretos de una familia. Una solidez narrativa rota sólo por algunas desviaciones inútiles de la trama que restan coherencia a la película.

Coppola filma magistralmente su escenario, Buenos Aires. Vincent Gallo, Maribel Verdú y Alden Ehrenreich componen un perfecto trío de intérpretes.

En cambio, algunos personajes secundarios (pese a la excelencia de los actores que los encarnan, como los argentinos Rodrigo de la Serna y Leticia Brédice o la española Carmen Maura) carecen de solidez psicológica y a veces rozan la caricatura.