Mañana de tensión
Puesteros de Don Bosco resisten ser trasladados a la zona del CIC
Los puesteros de Don Bosco se niegan a ocupar un predio ubicado once cuadras más al norte, aduciendo que la zona es insegura. Otros aceptaron el lugar dispuesto por el municipio, otras personas se instalaron hoy enfrente de la ciclovía.
De la Redacción de El Litoral
La zona de Facundo Zuviría y Estanislao Zeballos otra vez se vio rodeada de policías. Es que, como sucedió el miércoles pasado, las personas que acostumbraban a montar puestos de venta y trueque en el sector de la ciclovía pretendían hacerlo hoy en la vereda de enfrente, donde se encuentra emplazado un monumento a Don Bosco y Ceferino Namuncurá.
Como se recordará, el miércoles pasado la Municipalidad cercó todo el sector para impedir la instalación de los puesteros, ordenándoles que lo hagan en un terreno lindante al Centro Integrador Comunitario de Facundo Zuviría al 8000, es decir once cuadras más al norte.
“Nosotros no queremos ir a la zona del CIC porque es insegura y hasta allí no se irán nuestros clientes. Queremos quedarnos en Don Bosco”, manifestó Norma al ser consultada sobre la negativa de un grupo de puesteros de trasladarse algunas cuadras. Y agregó: “Acá el único problema es que el intendente Mario Barletta niega que el trueque es una realidad y quiere escondernos para que nadie nos vea”.
Pasadas las 10 de la mañana, cuando El Litoral llegó a la intersección de Facundo Zuviría y Estanislao Zeballos se vivían momentos de tensión: la policía custodiaba el cerco de la ciclovía, personal municipal observaba la situación y los puesteros aguardaban un permiso para armar los puntos de venta.
“Queremos trabajar, es lo único que pretendemos. Nuestro lugar es la ciclovía y el intendente tiene que abrirla nuevamente para que nosotros podamos ubicarnos. Barletta no tiene dignidad, cómo nos va a sacar nuestra fuente de trabajo en un momento que el mundo pide trabajar. No le reclamamos planes ni subsidio, tampoco un puesto porque para nosotros el trueque es nuestra ocupación”, señaló Norma, a quien el resto de los puesteros señalan como a la persona que “comanda todo”. Y acotó: “No es la primera vez que el intendente actúa así sino la segunda, ya que hizo lo mismo cuando nosotros estábamos en la plaza Fournier”.
Dominga, una mujer de 67 años, se mostró enojada con la intendencia municipal por su decisión de cerrar la ciclovía. “No pueden hacer eso, porque en todo caso la ciclovía es de todos los santafesinos”, dijo.
En el medio de los reclamos, algunos hombres se encontraban pintando unos pasacalles de campaña del candidato a concejal por el Frente Progresista Cívico y Social, José Corral. Consultada al respecto, Norma dijo: “Los carteles los sacamos nosotros para agregarles inscripciones como queremos trabajar y mostrárselos a toda la gente que pase”.
Divididos
Mientras que un sector de los puesteros se niega a ubicarse en el predio lindante al CIC de Facundo Zuviría, otro grupo sí lo hizo. En la recorrida realizada por El Litoral, Ofelia comentó que “se trabaja muy bien” y cuentan con personal de la Guardia de Seguridad Urbana de la Municipalidad. “A mí no me parece que la zona sea insegura. Además, a diferencia de la ciclovía acá nos pusieron baños químicos”, manifestó.
Teresita Romero, la persona encargada de organizar los puestos del CIC, indicó por su parte que “es una pena que muchas personas estén perdiendo el tiempo y no vengan a trabajar acá, porque estamos muy bien”.
Cabe señalar que quienes trasladaron sus puestos a la zona del CIC y quienes ven como única opción estratégica la zona de la ciclovía coinciden en no querer ir a La Baulera, la feria popular organizada por la Municipalidad en la zona sur de la ciudad, por cuestiones de distancia. “En flete, se nos va mucho dinero, por eso nunca fuimos y estuvimos en la ciclovía casi 8 meses. Pero este lugar nos parece bien y aceptamos venir”, refirió Oscar.
Al cierre de esta edición, El Litoral pudo saber que los puesteros pudieron armar la feria en la zona donde está emplazado el monumento a Don Bosco y Ceferino Namuncurá, a la vez que habían cortado una de las manos del tránsito vehicular “para tener más espacio”. “Hasta el momento, nadie nos vino a sacar; veremos qué pasa a la tarde”, manifestó la persona consultada por El Litoral.
