Gestión
Las Pymes frente al espejo
Además de reclamar por mayores facilidades financieras, tributarias o de resguardo de mercados, las pequeñas y medianas industrias deben calibrar qué están haciendo para mejorar su desempeño.
Félix Canale
Hacia finales de 2006 un informe de la Fundación Observatorio Pyme dejaba entrever que, en pleno crecimiento a tasas chinas, se estaba abriendo una brecha productiva entre las pequeñas y medianas industrias que realizaban esfuerzos para profesionalizarse, y aquellas que no tomaban el paso de la competitividad.
Meses después, un estudio de la misma institución mostraba que a 2007, el 62,5 % de las empresas habían sido fundadas hasta 1991, el 27 % entre 1992 y 2001 y un 10,4 % desde 2002 en adelante. Tales números podían estar demostrando que el grueso de las industrias venían con una mentalidad anterior a los conceptos de optimización y fuerte competencia que comenzaron a manejarse desde la década del ‘90.
En el último bienio, algunas cosas han mejorado. Por ejemplo, que 82 % de las pequeñas y medianas industrias muestra un importante grado de formalidad, ya que están constituidas como sociedades anónimas o de responsabilidad limitada. Pero a medida que en 2010 se reactiva la producción, alguna falencias adquieren mayor dimensión.
Aún falta
Un nuevo informe de la Fundación, difundido en marzo de este año, indica que el nivel de desarrollo organizativo de las Pymes industriales es relativamente bajo. Por caso, que todavía el 43 % concentra la totalidad de las funciones en un área general de gerencia y sólo la mitad de los empresarios manifestó contar con un organigrama, conocido por el personal, con la descripción de sus actividades.
El tema no es misceláneo. La estadística muestra una correlación entre el mejor desempeño de una Pyme y su mayor desarrollo organizativo. El nivel de competitividad empresarial crece cuanto más altos son sus valores en organización.
Falta mucho para que ese concepto de estandarice. Hoy, apenas el 18 % dispone de certificaciones de calidad ISO y un escaso 24 % tiene alguna política de retención del personal. En este último porcentaje, seguramente figuran industriales que no quieren repetir anteriores experiencias: entre 2006 y 2007 (datos de la Fundación), el 75 % de los manufactureros, en plena expansión productiva, tenían dificultades para encontrar personal, calificado o no. La situación podría repetirse en el segundo semestre de 2010.
La competencia
Otro elemento que está mostrando una diferenciación entre eventuales ganadores y perdedores es la estrategia de competitividad, íntimamente relacionada con la capacidad de los industriales para definir su posición de mercado. Las empresas más competitivas siguen en general un modelo de competencia por calidad de producto, por diferenciación de un producto elaborado o por la ampliación de mercados.
Pero, al mismo tiempo, existe un 42 % de empresas de menor nivel de competitividad que adopta una política de carácter defensivo a partir de la competencia vía precios, lo cual no resulta en mejoras competitivas sostenidas, mientras que para las más competitivas, la proporción es casi diez puntos porcentuales menor (36%).
La información
En términos generales, prácticamente la totalidad de los encuestados manifestó estar informada sobre la situación general de su sector mediante el diálogo con sus clientes y proveedores.
La encuesta indica que las empresas con un mejor desarrollo, en términos de competitividad, muestran tener más acceso a distintas fuentes de información.
La encuesta del Observatorio señala otros ítem que también están influyendo negativamente en el potencial competitivo: ausencia de planificación, escasa predisposición a contratar asesoramiento especializado y falta de innovación, entre otros. De allí que la lectura del documento puede resultar de suma utilidad para los empresarios Pymes, en momentos en que el mercado se activa y la competitividad vuelve al centro de la escena.
+Información
Encuesta de la Fundación en
http://blogs.ellitoral.com/empresariosyempresas.
