“Una pareja despareja”

Mentime que me gusta

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El brasileño Rodrigo Santoro y Jim Carrey, en una secuencia del filme que aborda un amor gay.

Foto: Archivo El Litoral

Laura Osti

El título original de la película es “I love you Phillip Morris” y el tema central es la falsedad, o cómo construir una existencia ficticia con visos de realidad.

Basada en una novela de Steve McVicker y dirigida por los principiantes Glenn Ficarra y John Requa, la historia juega permanentemente con la mentira, que a fuerza de prepotencia consigue instalarse, ser aceptada como “verdad” y convivir con la realidad, ser parte... hasta que en algún momento sobreviene el desastre, esto es, el estallido de la burbuja de irrealidad, con sus inevitables consecuencias.

Steven (Jim Carrey) comenzó desde muy niño su periplo fallido. Abandonado por su madre biológica, fue adoptado por una familia aparentemente normal, que lo crió con sus hijos naturales como uno más, pero Steven comenzó a mostrar signos diferentes a los pocos años de vida. Su tendencia homosexual ya era manifiesta en la primera infancia y si bien llegado a la vida adulta se casó con una mujer con quien tiene una hija, su naturaleza gay es más fuerte y finalmente se impone.

Pero ése no es el principal problema de Steven, tal vez; salvo que su homosexualidad se entienda en un cuadro más general de una irreprimible tendencia a mentir, mentir y volver a mentir. Si bien el guión deja en claro que se hace estafador porque descubre que ser gay es muy caro y que ésa es la única manera de mantener el nivel de vida que todo gay que se precie de tal debe tener, la base del relato es que todo lo que se afirma en él es sospechoso de inexacto y siempre queda la sensación de que en realidad, Steven es un mitómano patológico que construye su personalidad en función del equívoco permanente. Desde su sexualidad hasta cada pequeño acto, aunque parezca insignificante, toda su conducta está marcada por la corrupción.

De allí que su vida oscile entre períodos de éxitos económicos logrados en base a embustes, estafas y cuantas mañas ilícitas se le ocurran, y otros largos períodos recluido en la cárcel, ámbito propicio para reforzar y en todo caso perfeccionar sus malos hábitos.

Precisamente en la cárcel conoce a Phillip Morris (Ewan McGregor), otro gay de quien se enamora perdidamente. Ambos comienzan un idilio cuasi romántico entre rejas que luego continúa en libertad, pero como Steven vuelve a las andadas, esta vez más motivado porque quiere gratificar con lujos a su “amor”, pronto ambos volverán a caer en prisión, y así...

Entretenimiento

“Una pareja despareja” es una comedia de ritmo algo frenético que no persigue otro objetivo que divertir y entretener, aunque es obvio que en el guión subyace una crítica al mundo gay y todas sus tramoyas, así como a cierta industria del vicio, y aunque se presenta como basada en un caso real, es obvio que esa aseveración no es más que otra de las fantasías del universo “Steven”, el gran impostor que parece sobrevivir a todos sus conflictos con la ley y salir siempre airoso. De allí que cause tanta repulsión como admiración al mismo tiempo, porque lo que es indudable es que está dotado con una gran habilidad para engañar. Parece que siempre tiene algún truco en la manga para zafar de cualquier situación comprometedora. Se trata de una película para pasar el rato (y no dejarse impresionar por las escenas de alto contenido sexual), en la que Jim Carrey hace más de lo mismo que ya se le conoce, en tanto que Ewan McGregor revalida sus condiciones actorales construyendo un afeminado creíble sin contagiarse de las exageraciones de su “pareja”.

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BUENA

Una pareja despareja

“I love you Phillip Morris”. Dirección: Glenn Ficarra y John Requa. País: USA. Año: 2009. Duración: 102 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Jim Carrey, Ewan McGregor, Leslie Mann, Rodrigo Santoro. Guión: Glenn Ficarra y John Requa; basado en el libro de Steve McVicker. Producción: Andrew Lazar y Far Shariat. Música: Nick Urata. Fotografía: Xavier Pérez Grobet. Montaje: Thomas J. Nordberg. Diseño de producción: Hugo Luczyc-Wyhowski. Vestuario: David C. Robinson. No recomendada para menores de 16 años. Se exhibe en Cinemark.