Ganados y carnes

Con margen para otro aumento de la hacienda

Se esperan dos picos de demanda de aquí hasta marzo, cuando se produzca el piso de la oferta de carne. Los ajustes en el precio del kilo vivo no llegarían al mostrador.

Ignacio Iriarte

El mercado de ganados y carnes, después de un año de explosivos aumentos de precios (130 por ciento) parece haber tomado un descanso. Pero habría todavía espacio para una suba adicional: se acercan las fiestas de fin de año y es sabido que en la última quincena del año la demanda de carne vacuna toca uno de los picos máximos anuales.

Este año, ese incremento de la demanda, que podría encontrar una oferta recortada por motivos impositivos, estaría estimulado por el Gobierno, que estudia aumentos para jubilados y empleados públicos, para planes sociales y la Asignación Universal por Hijo.

Pasado este episodio de demanda, vendría otro en marzo, cuando históricamente la conducta de los consumidores manifiesta otro pico, al producirse el efecto conocido como “llenado de heladera”. Este año, aun partiendo de cotizaciones extremadamente bajas, los precios de la hacienda de marzo fueron 54 por ciento más altos que los de noviembre del 2009.

Por el lado de la demanda, entonces, pueden producirse dos picos de acá a marzo. En cuanto a la oferta, la estacionalidad marca que la faena ya comenzó a declinar y este proceso de disminución se iría afirmando a lo largo del verano hasta tocar su piso anual en marzo.

Si pensamos en un promedio de faena de enero a diciembre igual a 100, hoy estaríamos en un índice 105 y en marzo, siempre de acuerdo a la estacionalidad de la faena de los últimos cinco años, la matanza debería ubicarse en 87, es decir, 17 por ciento por debajo de la oferta actual.

Si bien la mayoría de los operadores acepta que en los próximos meses la oferta va a declinar, descarta que se puedan registrar aumentos de precios de características explosivas. Igualmente, ven animales de 300 a 340 kilos para fin de año alrededor de 10 pesos por kilo vivo y los novillos, en el orden de nueve pesos por kilo vivo, o sea, todo subiendo un peso por encima de los niveles actuales, que se mantendrían durante el verano, sólo sostenidos por una oferta muy baja.

Oferta y demanda

Si bien la demanda se ha manifestado hasta acá rígida y ha venido convalidando los aumentos de precios de la carne y de la hacienda, la mayoría de los operadores de la carne (mayorista y minorista) coincide en que, salvo que se produjera un derrumbe adicional de la oferta, no hay espacio para nuevos aumentos del precio de la carne al mostrador.

En un año, ha sido necesario un incremento de los valores minoristas del 100 por ciento para forzar una caída de apenas 20 por ciento en el consumo. En números redondos, puede decirse que los aumentos del 130 al 140 por ciento en el precio del ganado no han llegado totalmente al mostrador, donde la carne creció “sólo” el doble.

Los márgenes de frigoríficos, matarifes, abastecedores, supermercados y carniceros están en rojo o en precario equilibrio y puede decirse que buena parte de los aumentos en el precio del ganado han sido absorbidos por el resto de la cadena de valor, que gozó de márgenes extraordinarios durante el período 2007-2009, cuando el ganado valía prácticamente nada.

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Al rojo vivo. Los márgenes de frigoríficos, matarifes, abastecedores, supermercados y carniceros están en rojo o en precario equilibrio. De la demanda dependerá otro aumento.

foto: juan manuel fernández

¿ Y los feed lots?

Los feedlots , que siguen siendo una pieza maestra a la hora de pronosticar los precios de la hacienda, siguen vaciándose. Hay un “núcleo duro”, ligado al negocio de faenar o distribuir carne, que ha seguido reponiendo en estos últimos tres meses, lo que explicaría por qué el índice de ocupación de corrales de la Cámara de Engordadores se ubicaría todavía a principios de noviembre algo por encima del 50 por ciento.

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