Un largo año electoral

El ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, consultó a los partidos políticos para conocer la opinión con respecto a la convocatoria a elecciones que debe formular el Ejecutivo para el año próximo, en que deberán elegirse gobernador y vice, legisladores, nuevas comisiones comunales, la mayoría de los intendentes y renovarse la mitad de los miembros de los concejos municipales.

Tanto en el oficialismo como en la oposición prima el concepto de separar las elecciones provinciales de las nacionales, práctica que -a excepción de 1983- siempre se respetó en Santa Fe. Habrá que señalar que la Constitución provincial establece que el gobernador y vice deben elegirse en un plazo entre 90 a 180 días de terminarse el mandato de las autoridades.

De todas maneras, el año próximo ofrece una variante fundamental en el almanaque electoral, que es la convocatoria a primarias nacionales para seleccionar los candidatos a ocupar el Poder Ejecutivo Nacional e integrar el Congreso. Este comicio definido por una ley se hará el 14 de agosto y será instancia selectiva para la elección nacional del 23 de octubre.

Es una tradición política que las elecciones santafesinas se realicen el primer domingo de septiembre. Uno de los argumentos esgrimidos es hacer la transición institucional más corta posible en términos constitucionales. Sin embargo, seguir con ese planteo el año venidero llevaría a votar tres semanas después de la primaria nacional y muy alejado de la primaria provincial, que también tiene carácter de obligatoria.

Como puede observarse, el electorado santafesino deberá concurrir cuatro veces -como mínimo- al cuarto oscuro, ya que existe la posibilidad de que el futuro presidente de la Nación se defina en ballottage en noviembre.

Es este cuadro de situación el que obligó a adelantar los tiempos electorales en la provincia y llevó a que sean muchos los candidatos que han salido a posicionarse cuando todavía queda más de un año de gestión de las autoridades electas en 2007.

La intención del Ejecutivo de convocar a elecciones para los últimos domingos de julio -con primaria para mayo- no tendría reparos de los partidos. El justicialismo ha señalado la conveniencia de modificar los plazos de cierre de listas, cuestión que estuvo en la agenda el año pasado y que no se concretó por recelos políticos más que por diferencias insalvables en la Legislatura.

En cuanto al electorado, deberá estar preparado para varios meses de campañas políticas y el consecuente bombardeo mediático y publicitario.

Santa Fe tendría su proceso electoral previo al nacional. Habrá que hacer notar que, de concretarse, habrá una larga transición que requerirá mínimos acuerdos que garanticen la gobernabilidad de la provincia y de los municipios y comunas. El tema no es menor, especialmente teniendo en cuenta que en dicha transición se hará la campaña nacional, durante la cual los votos santafesinos constituyen una de las partes apetecibles de cualquier candidato con serias aspiraciones a la presidencia de la Nación.