La tercera noche

Variedad y alegría en el Festival del Pescador

Variedad y alegría en el  Festival del Pescador

Se vivió ayer una noche de gran variedad musical dentro de nuestro folclore. Es así que la grilla de artistas combinó diferentes estilos e hizo de la tercera jornada, una interesante propuesta. Aquí, Los Huayra. Foto: Amancio Alem

 

De la redacción de El Litoral

El espectáculo en Sauce Viejo comenzó cerca de las 20 y el ballet Folclórico de López (ganadores del Pre-Festival del Pescador) fue el encargado de templar el escenario Horacio Guarany.

El primero de los ritmos que se presentó fue el chamamé representado por Nazareno Flores y su conjunto, también ganadores del Pre-Festival. Nazareno, junto a Juan Eduardo, Juan, Fabricio y Jorge sembraron cada espacio de glosas y sapucay haciendo entrar en calor a los tempraneros, que seguían ingresando al Balneario Don Roque en busca de una ubicación privilegiada. “Marca clarín” y “Zapateando” fueron dos de los temas interpretados por el conjunto, que logró el interés y entusiasmo de la gente.

“La sachapera” y “Oración del remanso” se escucharon de la voz de Itatí Barrionuevo quien, acompañada por Patricia, Juan, Sergio y Paulo dejaron su particular estilo. Continuidad de aplausos y acompañamiento de los presentes en cada una de las interpretaciones.

Con aplausos cerrados

La noche no pedía permiso y en su transcurrir avanzaba hacia un nuevo modo musical. Fue entonces que una figura local tuvo lugar en la tercera noche, para dejar todo sobre el escenario: Sebastián Vallone, quien junto a Reinaldo, Darío, Rodrigo, Esteban, Jorge y Rodrigo entregó con ritmos contagiosos temas como “Fueguito de la mañana” y “Como arbolito en otoño”. Los aplausos cerrados hablaron del cariño y admiración que la gente le profesa al artista, alentándolo a continuar en su camino musical.

El primero en jugar de “visitante” fue el catamarqueño Emilio Morales, una grata voz que brilló con “Estrella fugaz”, “Que te quiera nadie” y “Sos todo eso y mucho más” (una magnífica interpretación que llenó de zamba cada rincón del predio). Sus músicos Lucas, Alfredo, Germán, Pablo y Antonio acompañaron con solidez al catamarqueño, quien obtuvo el premio “Revelación” en la edición anterior del Festival. Excelente respuesta del público.

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La gente también se animó a una danza improvisada. Foto: Amancio Alem

De la misma manera, se presentó el grupo “Los Huayra”, una propuesta musical que, con un repertorio festivalero, se sumó a esta fiesta e hizo agitar a los presentes con cada una de sus interpretaciones. Con excelencia de voces y arreglos musicales, el grupo se manifiesta con un estilo personal que está profundamente ligado al gusto popular, ya lo dice cada uno de los festivales que lo tienen como uno de los preferidos del rubro folclórico.

Cuando pasaban quince minutos de la medianoche, nuevamente uno de los “locales” dejaba su sello sobre el escenario. El emblemático Orlando Vera Cruz, uno de los máximos representantes que tiene nuestra provincia, dejó su mensaje con claridad y sin dobleces, ganándose el fervor desde la platea. Su voz y su decir captaron durante 45 minutos la atención de la gente, que celebra al artista apenas pisa el escenario. Un grato encuentro con el paisano que a pedido de los presentes no ignoró el clásico “Costera, mi costerita” para alegría de todos.

Enero es carnaval

Desde temprano, uno de los más esperados de la noche fue Sergio Galleguillo y sus amigos; la emoción se respiraba en el aire y en un clima de picardía y juego, todos estallaron cuando los maestros de ceremonia Marina Roberto y Pipy Rivero anunciaron su llegada.

Como si el calendario se hubiera adelantado, el riojano trajo el carnaval en su sangre y lo transformó en música y fiesta. Como cada año, el ir y venir de tarros con harina desde el escenario se trasladó a la platea, pero esta vez ya en bolsas de 50 kilos de harina desde donde la gente sacaba puñados y puñados para sumarse a la fiesta. Aerosoles de espuma, harina por doquier, todos saltando y vibrando al ritmo carnavalero. Sólo faltaba la albahaca para pensar que la chaya se había adueñado del festival.

Dándole continuidad a la alegría, llegó luego el grupo Gualicho, con chacareras, zambas y huaynos que hicieron demorar gratamente a los presentes. Con un magnífico ensamble de voces se presentaron con “Borrando fronteras” e hicieron temas incluidos en su material discográfico “Pecado”.

Muy buen cierre de la noche de domingo, una jornada que recorrió diferentes formas musicales pero con el mismo sentimiento que une en una misma pasión el decir folclórico nacional.