Las tres ladronas de siempre

Robo frustrado en un comercio

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“Como la mona”, el local que ayer intentaron asaltar tres mujeres delincuentes. Luis Cetraro

Una joven comerciante forcejeó con una de las ladronas, escapó a la calle y con eso, el atraco fracasó.

 

Redacción de El Litoral

Tres temibles delincuentes fracasaron en su intento de asaltar un local comercial de calle 9 de Julio 2019, no tanto por la intervención policial sino por la decidida reacción de la joven que atendía el mostrador.

Tres mujeres descendieron de un automóvil blanco e ingresaron a la boutique “Como la mona”, la que en esos momentos era atendida por una de sus propietarias.

La acción, como suele ocurrir, fue demorada deliberadamente por las supuestas clientas quienes con su conversación envolvente pretendieron confundir a la víctima.

Luego, como ya es parte de la costumbre, una de las visitantes pidió permiso para pasar a un probador mientras otra de de sus compañeras tomó posición junto a la puerta y la restante se dirigió a un costado para examinar algunas prendas.

La joven comerciante desconfió de las recién llegadas y lejos de ingresar al probador, desde donde era llamada con insistencia, tomó distancia y cuando vio la oportunidad enfrentó a la mujer que le cerraba el paso, forcejeó con ella y finalmente ganó la calle.

Las tres mujeres que suelen actuar con violencia sobre sus víctimas salieron tras ella e intentaron hacerla callar con graves amenazas, le gritaban, por ejemplo, que le pegarían un tiro.

No obstante, lo concurrido de ese lugar céntrico y la posible pronta llegada de la policía debió disuadir de sus intenciones a las delincuentes que fugaron rápidamente.

La joven que atendía “Como la mona”, dijo a El Litoral que la primera comisión policial llegó cuarenta minutos después de su llamada. Eso dijo mientras curaba con alcohol los rasguños que sufrió en uno de sus brazos.

Últimamente se sabe que estas tres mujeres -no confundir con mansas mecheras-, son violentas y actúan con total impunidad en la zona céntrica como si contaran con una patente de corso.

En nuestros archivos existen notas que refieren sus hazañas, emplean armas blancas y de fuego, también. Atraen con engaños a sus víctimas y las atan de pies y manos dejándolas, a veces golpeadas y amordazadas, encerradas en un baño o el vestidor.

Llama la atención la reiteración de estos episodios donde las protagonistas parecen ser las mismas personas. Alguna vez, ¿alguien se ocupará de ellas?