En el aniversario del triunfo de Cámpora

Un multitudinario acto para pedir

la reelección de la presidenta

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Ante los insistentes cánticos, la mandataria sostuvo que “la política no debe ser una feria de vanidades” de los dirigentes. Foto: DyN

Miles de simpatizantes corearon consignas en favor de la candidatura, pero Cristina eludió pronunciarse. Y aunque los demás discursos estuvieron plagados de críticas a la oposición, ella evitó agresiones.

 

De la redacción de El Litoral

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DyN

En el primer acto partidario desde el fallecimiento de Néstor Kirchner, la presidenta Cristina Fernández evitó pronunciarse explícitamente sobre su posible candidatura, aunque ratificó su “compromiso” de continuar con el modelo de gobierno.

“Quiero recordarlo con el compromiso de que la lucha que él inició es la lucha mía”, aseguró la jefa de Estado en lo que algunos interpretaron como una señal sobre una posible postulación para las elecciones de octubre, tras lo cual precisó que hablaba de “la lucha por construir la Argentina que tanto soñó y por la que tanto trabajó”.

En un multitudinario acto, miles de militantes y simpatizantes kirchneristas pidieron a la presidenta que acepte ser candidata a la reelección, pero ella eludió una definición, aunque convocó a los jóvenes a sumarse a la profundización del modelo que impulsa desde el gobierno y a salir a buscar a otros para “construir sobre las coincidencias y no sobre las diferencias como se hizo durante tantos años, no con odio sino con amor”.

“Cuando incorporen a más argentinos, quiero que les pregunten si están de acuerdo con la Asignación Universal por Hijo, con seguir industrializando el país o poniendo en la educación pública todos los recursos o más, si quieren seguir protegiendo a la producción y el trabajo”, reclamó a sus seguidores.

Convocatoria

Durante su discurso de alrededor de media hora, Cristina Fernández se explayó en aconsejar a la juventud “la generación del Bicentenario”, como la definió, porque “tienen la oportunidad de incorporarse a la política no contra alguien sino por alguien y tiene la enorme responsabilidad histórica de participar en un país diferente”.

Aunque la convocatoria de la Corriente Nacional de la Militancia tuviera como excusa conmemorar el 38º aniversario del triunfo de Héctor J. Cámpora en 1973, la mandataria no lo mencionó y pidió en cambio -apenas iniciado su mensaje- que “este acto sea el homenaje para quien fuera mi compañero de toda la vida”, en alusión a Kirchner.

Dedicó entonces gran parte de su discurso a resaltar la trayectoria y la gestión de su antecesor y reafirmó una vez más la necesidad de continuar con lo iniciado en el 2003, aunque evitó en todo momento una mención explícita sobre si será o no candidata. Durante el acto se destacó la reaparición en un acto público del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y la presidenta se mostró al borde del llanto y con la voz quebrada cada vez que recordaba a su fallecido esposo.

Al llegar al club Huracán, la jefa del Estado fue recibida por el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, que desde el fallecimiento del ex presidente está también a cargo del PJ a nivel nacional.

La jefa de Estado llegó a un estadio repleto del club Huracán donde fue saludada con el canto: “... borombombón, para Cristina la reelección”, fue despedida media hora después con la misma consigna, y detuvo dos veces su intervención para escuchar esa misma propuesta, pero evitó pronunciarse.

Clima emotivo

El acto fue organizado por la Corriente Nacional de la Militancia, que reúne al conjunto de los sectores políticos y sociales del kirchnerismo.

Los discursos de los dirigentes estuvieron plenos de críticas a los partidos y sectores sociales que enfrentaron en algún momento al gobierno de Néstor Kirchner y de su esposa, pero la presidenta eludió las menciones descalificatorias, características de años anteriores, y pareció encaminarse a estrenar el discurso pacificador de campaña.

La mandataria concentró casi toda su intervención en rendir homenaje a su esposo, que falleció el 27 de octubre, narró anécdotas y elogió insistentemente su acción de gobierno, hasta que al final su voz se quebró por la emoción y debió recurrir a un vaso de agua para superar el momento.

Mientras, los militantes la acompañaban con el aplauso.

Las consignas que se vocearon fueron pocas y episódicas: además del reclamo de reelección, el público advirtió que “si la tocan a Cristina, va a haber quilombo”, en lo que fue la expresión de mayor agresividad. Cristina Fernández escuchó como si le fuera indiferente los pedidos de reelección, guardó silencio para escucharlos acabadamente, pero se guardó la decisión explícita.


El juego de las sillas

Como de costumbre en estos casos, las ubicaciones de los dirigentes merecieron lecturas políticas. Al lado de la presidenta, se ubicaron el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el diputado Edgardo Depetris, y la mesa se completó con los ex ministros Daniel Filmus; el jefe del bloque oficialista de la Cámara Baja, Agustín Rossi; su compañero de bancada Mariano West; el dirigente del Movimiento Evita, Daniel Pérsico, y el dirigente de la Cámpora, Andrés Larroque. El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, ocupó un lugar destacado al convertirse en el último orador antes de Cristina, mientras desde el costado presenciaban las intervenciones varios gobernadores, la totalidad de los ministros, muchos funcionarios y dirigentes de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. En tanto, la ausencia más llamativa fue la del líder cegetista, Hugo Moyano.

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La construcción política no debe hacer depender el cambio de una o dos personas”.

Cristina Fernández de Kirchner,

en el acto de anoche.

El miércoles, en Sunchales

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezará el miércoles el acto de inauguración del nuevo edificio del Grupo Sancor Seguros, construido en la ciudad de Sunchales en nuestra provincia.

La ceremonia se llevará a cabo a partir de las 11, en la sede de ese establecimiento, con la asistencia del gobernador de Santa Fe, Hermes Binner; el intendente de Sunchales, Oscar Trinchieri; el titular de la firma, Raúl Colombetti y otras autoridades e invitados especiales.

La nueva casa central de este grupo cuenta con una tecnología denominada BMS (Buiding Management System), concepto que está relacionado a los edificios inteligentes, y que permite programar y controlar los parámetros de funcionamiento e iluminación, aire acondicionado, sonido, control de accesos y cámaras.

Como parte a la conservación del equilibrio ecológico, se plantaron 1.200 árboles, privilegiando la diversidad de árboles y plantas autóctonas de la región. El predio prevé un declive natural y pronunciado, con tres cañales cruzados que fueron construidos con el propósito de retener el agua pluvial que se desplaza por superficie.