El arte de narrar

Bajo el rótulo de “Denkbiler” -que indicaría un género literario que fluctúa entre el ensayo, la prosa, la poesía, la crónica, la parábola, el aforismo- y el subtítulo de “Epifanía en viajes”, El Cuenco de Plata acaba de publicar un conjunto de escritos de Walter Benjamin que incluyen cuadros paisajísticos, sociales, morales y artísticos de esas transformaciones urbanas (de Viena, París o Berlín, sobre todo) que Benjamin supo describir como nadie. Transcribimos aquí un texto de la sección titulada “Breves malabarismos artísticos”.

El arte de narrar

“Un homme du monde” (París, 1926). foto de André Kertész.

Entrevista a Augusto Porporato

Un tema y sus variaciones y registros

La nueva novela del escritor cordobés Augusto Porporato propone un entrecruzamiento entre dos mundos una tribu prehistórica y un manicomio en la época de la última dictadura militar cuya secreta relación desnuda un experimento revolucionario con un grupo de dementes. La Crisálida es una rareza narrativa, tanto por la complejidad del argumento como por una búsqueda ambiciosa y de meditado riesgo.

Traduciendo la luz

“Creo no haber escrito un solo verso sin que antes no se haya producido en mí algún tipo de experiencia epifánica”. Esto nos dice Pablo Anadón desde el prólogo de su nuevo libro Estudios de la luz. Nos preguntamos ¿de qué experiencia epifánica nos habla? No se trata de nada nuevo bajo el sol, no se trata de algo que sólo un ser “interesante” o “atípico” pueda hacer para deslumbrarnos o desconcertarnos, las experiencias epifánicas a que se refiere Pablo Anadón, y da muestras acabadas su poesía, son aquellas que todos, vos y yo, día a día hemos estado viviendo. A veces el resultado surge luego de años de contemplación; otras nacen de un momento a otro. El método no consiste en compilar extrañezas sino en saber conciliar lo cotidiano, y a veces llano, de una vida, con lo maravilloso. Los hijos, la casa, el amor que se desgasta y derrumba, el amor que sobrevive y renace en otro ser, una noche junto al fuego, un viaje... la vida misma.