Volvió a perder de local y se arrima San Juan

Darío Pignata

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Estaba claro —y fue escrito hace un par de comentarios en estas mismas páginas— que ni Unión iba a ganar todos los partidos ni los rivales no iban a ganar más hasta el final. Si hasta dejé en claro hace un par de fechas que “Unión debe tratar que cuando llegue la caída, sea lo menos traumática posible”. Hoy, la realidad indica después de lo visto ayer, que Unión quedó al borde de un ataque de nervios. Por eso el petardo, los anillos, la piedra, los encendedores y ese tipo de manifestaciones inservibles que dejaron al partido colgando de un hilito bien fino rayando la suspensión. No se puede poner a todos en la misma bolsa: varios de miles se dedicaron a alentar, aplaudir y ovacionar más fuerte que nunca a un equipo que está cerca de conseguir un objetivo que varias veces pareció imposible en el ascenso.

Se notan los nervios y preocupa mucho más lo que se vio en la cancha que lo que sigue mostrando la tabla. El tema es que Unión no se encierre en el laberinto de sus derrotas como local —es el equipo que más perdió junto a Tiro y los mendocinos— justo ahora que el próximo partido en casa es con los sanjuaninos.

No se entiende por qué tanta “locura” ayer. Es cierto que Delfino confundió la camiseta amarilla de Defensa con la de Brasil y “cuidó” cada roce como si jugara el pentacampeón contra Unión. En todo caso, el mayor error de la tarde lo cometió por culpa del asistente uno, cuando García arrancó adelantado de la posición de Correa antes del tercero.

No aconsejo ver fantasmas donde no los hay: hace seis días, le anularon en Mar del Plata un gol absolutamente válido a Aldosivi con el partido empatado. A la vuelta, gol de Unión. Hasta acá a Unión lo dirigieron bien en la categoría: ni grandes “favores” ni grandes errores. Entonces, distraer la atención con los árbitros es perder tiempo. Hay que preparar la batalla de Almirante: pensar en cómo reemplazar jugadores titulares e indispensables en la mitad de la cancha.

A favor de Unión

— 1) Le lleva siete puntos de ventaja a San Martín de San Juan cuando quedan 24 por jugar.

— 2) Recibe a San Martín de San Juan, justamente, en Santa Fe dentro de 15 días.

— 3) En las ocho fechas que le quedan, Unión juega cuatro de local y cuatro de visitante.

— 4) San Juan debe jugar dos partidos seguidos de visitante: en la antepenúltima con Almirante y en la penúltima con Patronato.

— 5) Unión termina jugando dos partidos con equipos que no pelearán por nada: la CAI seguramente descendida en el sur y Ferro en Santa Fe.

Entonces, uno no entiende el por qué de tanta locura, como si Unión hubiera pasado de tener diez puntos de ventaja a quedar de golpe a uno después de ayer.

Si en Unión se ponen nerviosos los que habitualmente fueron tranquilos, es posible que la historia se complique más de la cuenta. No se pueden dar ventajas. Lo digo concretamente: Unión necesita a su técnico en el banco, porque es el que inventó este muñeco exitoso, por el que casi nadie daba nada. Ayer, por ejemplo, en medio de la confusión con la expulsión, Unión se termina “guardando” un cambio.

En contra de Unión

— 1) Perdió dos de los últimos tres partidos en el campeonato, con el agravante de perder dos partidos seguidos en condición de local.

— 2) San Martín de San Juan, que es el que acecha, hace seis que no pierde, le vino muy bien el cambio de técnico y ganó cuatro de los últimos cinco partidos.

— 3) Unión llegó al final con jugadores “cargados” de amarillas que se irán cayendo de a poco. Ahora, es el turno de Velázquez y Vidal. Después, le tocará a los otros, porque en estas finales nadie saca la pierna.

— 4) Tiene que jugar partidos “pesados” antes del final aliviado (lo dicho de la CAI y Ferro): Central en Rosario y Belgrano en Córdoba tirarán el resto por llegar a una Promo. Y Rafaela, el puntero, en Santa Fe.

—5) Hoy jugar con San Juan de local no se sabe si es ventaja o desventaja, porque llegará con dos derrotas en el lomo en casa.

Más y menos: equilibrio

El fútbol vive entre optimistas y pesimistas, por eso siempre es bueno el equilibrio. Pararse en un punto medio. La autocrítica de jugadores y cuerpo técnico fue con grandeza. Se quejaron del trato de Delfino, pero nadie dijo: “Perdimos por el árbitro”. Todos reconocieron que se jugó mal.

Kudelka y sus dirigidos tienen la gloria al alcance de la mano. La presión por los ocho años en la “B” llega, ahora, toda junta. Más cerca del final, más ansiedad.

Nadie le regaló nada a Unión para estar dónde está, con una ventaja importante a tan poco del final. Unión está obligado a pensar en Unión y nada más. Y dejarse de joder con la histeria de los nervios que, como reza el dicho, nunca llevan a ningún lado.

De este aliento.... No importaron las Pascuas. Fue realmente impresionante la gente que alentó a Unión ayer, jugándose en Semana Santa y a las dos de la tarde del domingo. Al final, como pasó con los jujeños, Unión se fue ovacionado por la entrega a pesar de perder. Lo mejor de Unión es su pueblo. Foto: Mauricio Garín

 

Al “Loco” y la locura. Fioretto pidiendo calma. Un petardo, varios anillos, algunas piedras y un par de encendedores dejaron el partido al borde de la suspensión con un árbitro de poca paciencia como Delfino. Por eso, Nahuel Fioretto le pide calma a los plateístas. Sólo se perdió un partido.

Foto: Pablo Aguirre

BAJO LA LUPA

LIMIA (5): es cierto que le hicieron tres goles, pero en ninguno pudo hacer nada. Un gol en contra, un remate donde lo fusilaron de sobrepique y lo liquidaron con el tercero.

ZURBRIGGEN (4): descuidó la marca de Matías Díaz en el primer tiempo con un par de remates que se fueron cerca. Nunca le encontró la vuelta a ese mano a mano.

AVENDAÑO (5): sin demasiados problemas por el centro del campo, terminó jugando de “9” y casi empata el partido en una cruzada sobre el final que tapó Perafán.

CORREA (4): en el segundo, se quedó demasiado, corriendo para atrás en lugar de achicar y habilitando a todos. Lo corrió, sin éxito, a Diego García en la escapada del tercero, comiéndose el amague del freno.

MAIDANA (4): más allá del anticipo defensivo en el cual nace el primer gol de Unión no transmitió sensación de firmeza en la marca. No es fácil reemplazar a Cárdenas.

MONTERO (4): bien marcado e infantilmente cayendo de manera sistemática en el offside que tiraba la defensa del rival. Le encontraron la vuelta: saben cómo taparlo y hay que buscarle variantes.

VIDAL (5): quedó más solo que nunca y corrió de un lado para el otro, porque esta vez le quitaron la pelota a Unión. Llegó a la quinta amarilla y no podrá jugar el viernes.

PABLO PÉREZ (4): había arrancado bien, pero después se dedicó mucho más a protestarle a Delfino y a pelearse con los rivales que a jugar. Kudelka lo sacó porque lo iban a expulsar.

VELÁZQUEZ (6): marcó tres goles, dos para Unión y uno en contra. Es importante que se le abra el arco en esta parte decisiva del campeonato. Otro que llegó a cinco amarillas.

PAULO ROSALES (4): bien marcado, mal tratado por Delfino —no le cobró una— y sin capacidad para desequilibrar de tres cuarto en adelante. Unión siente cuando el “10” no juega.

QUIROGA (4): está saliendo y/o lo están sacando demasiado a los costados, cuando su fuerte es el área. Perdió la capacidad de gol en los últimos partidos.

SOTO TORRES (-): entró en un máximo momento de confusión y fue muy poco lo que pudo aportar. Lo que le pasa es que quiere hacer todas las cosas juntas y no es Maradona. Necesita jugar de entrada.

FIORETTO (-): su pegada es importante, por los centros y porque puso una muy buena bocha por abajo. Es el momento para que hablen los más grandes.