Unión está a un pasito chiquito del ascenso, pero se hace desear

La gloria es un martirio

Hizo lo suyo y le ganó a la CAI sin jugar bien, pero San Martín postergó el festejo por una semana más. Si gana o empata ante Ferro en Santa Fe, ascenderá por sexta vez a Primera. Y si pierde pero San Juan no gana, también. Está casi todo dado.

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Sebastián Vidal fue la figura de un Unión que comenzó muy bien pero luego sufrió en muchos pasajes del partido. El mediocampista cortó el juego del rival y le dio respiro al tatengue. Foto: gentileza diario crónica de chubut

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Comodoro Rivadavia)

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Se le hace estresante este final a Unión. Se nota. Se percibe en el rendimiento del equipo, en los movimientos nerviosos adentro de la cancha del técnico (hago la aclaración que es adentro de la cancha, porque afuera Kudelka transmite mucha serenidad), en las dificultades para cerrar los partidos y hasta para aprovechar situaciones muy favorables, como la de jugar con un jugador más durante casi todo un tiempo.

Este Unión, el del cierre de esta temporada, no es el Unión que arrasaba en el inicio de la segunda rueda. Hay ansiedades, apuros, torpezas, ataduras, miedos lógicos a sufrir lo impensado. No es el equipo seguro, afirmado, agresivo a la hora de aprovechar circunstancias y transformarlas en goles y triunfos. El plantel de Unión es el primero en desear que todo esto se termine de una buena vez para poder festejar. Pero se le hizo largo. Demasiado largo. Y ahora lo sufre y ése es el único motivo por el cual un equipo que está descendido le puede “hacer partido” jugando con un hombre menos y hasta poniendo en riesgo, bajo esas circunstancias adversas, la posibilidad de la victoria.

No queda mucho por hacer. Unión tenía que ganar y lo logró. Pero San Martín de San Juan no lo dejó festejar y otra vez a esperar. Cada vez falta menos y el grito de desahogo no sólo parece explotar en los corazones de los hinchas, sino también en el de estos extenuados jugadores y de este laburante llamado Darío Kudelka, hacedor de un plantel que llegó mucho más alto de lo que hasta los más optimistas pensaban.

Unión es lo que se ve. Es un equipo que aprovecha una situación, la convierte en gol (córner olímpico de Soto Torres con la ayuda del viento) y a partir de allí le cuesta seguir demostrando que es más equipo y que por algo llegó adónde llegó y enfrente tiene a otro que ya está en el Argentino A. Por eso, desde los diez minutos, Unión le regaló la pelota y el terreno a la CAI, dejó de atacarlo o lo hizo de a ratos, permitiendo que Asencio y Malcorra complicaran por los laterales, donde Zurbriggen y Maidana tuvieron problemas para clausurarlos.

Mientras el viento sopló a favor de Unión, Limia tuvo dos o tres atajadas vitales para mantener el cero en su arco. Pero no aparecían los volantes, sector en el que hasta por una cuestión numérica debía ser más que el rival. Y entonces la pelota era de Gil, de Malcorra, de Luis Vidal (el de la CAI) o de Asencio, pero no de Montero, Soto Torres, Pablo Pérez o Velázquez, ausentes en el partido o peleados con la pelota.

Quizás no sorprenda demasiado lo que estratégicamente hizo Unión desde el momento en que se puso 1 a 0, pues no fueron pocas las oportunidades en las cuales se replegó y terminó jugando de contragolpe. Pero entre este Unión que tiene un acentuado estrés futbolero y aquél de partidos inteligentes como fue el de Paraná o tantos otros, hay una diferencia enorme. Ayer, el repliegue de Unión fue peligroso, porque ya este equipo no brinda la misma imagen de seguridad que antes.

Por eso, el segundo tiempo planteaba el gran interrogante: ¿cómo iba a hacer Unión para jugarle al rival y al viento?, porque en el complemento, ese viento favorable del primer tiempo se transformó en perjudicial. Y así lo aprovechó Ponce, ya con la CAI jugando con un jugador menos, metiendo un centro-shot que se le coló por encima a Limia y puso el empate parcial que provocaba el retorno de los miedos, los fantasmas y las incertidumbres que están rodeando la actualidad de este equipo. No por incapacidad, menos por falta de atributos, sino porque Unión no ve la hora de que esto se termine de una buena vez. Y sabía que hoy no le quedaba otra que ganar para no complicar más todavía la chance del ascenso, que ya es casi ideal.

Pero fue así. Empató la CAI y Kudelka empezó a pensar de qué manera arriesgaba más sin complicarse, cómo podía meter más gente arriba sin desnudarse en el fondo, donde un pelotazo largo -con el viento como aliado- podía complicar la estructura de una defensa que no brindaba totales garantías.

Demoró casi 20 minutos el técnico en meter mano en el equipo. Y es entendible. Kudelka no quería sacar a ninguno de los defensores porque el viento no permitía actitudes “suicidas”. Esperaba una reacción del equipo con lo que había. Que alguien tomara las banderas del fútbol y las enarbolara sin arriarlas. Porque eso era -es, mejor dicho- lo que le está haciendo falta a este equipo. Recuperar un impulso que parece perderse a partir de la ansiedad porque todo llegue a su fin.

Lo metió a Magnín y enseguida vino el gol de la Chancha Zárate. Ahí se le simplificaron las cosas a Kudelka. Echó mano a Bruna para que se pare al lado de Bruna y ocupe el sector que había dejado libre Pablo Pérez, el jugador “sacrificado” por el técnico para meter a un delantero más. Y después se aguantó hasta el final. Asunto terminado: Unión ganó y cumplió con su dosis. Falta una semana. Siete días o seis, según cuándo se juegue. Hay que aguantar. Es un pasito más.

Unión tiene 104 años de historia. Nunca ganó algo importante en Primera. Sus días de gloria se dieron en el ascenso. Hubo cinco mojones a través del tiempo. Algunos más importantes que otros. El de 1989, por el valor sentimental de ganarle al clásico rival de todos los tiempos, quizás haya sido el inolvidable. Pero todos los ascensos tuvieron un sabor especial. Y estos jugadores, este técnico y sus colaboradores más los dirigentes, saben que están a punto de entrar en la historia. De lograrse, será el sexto día de gloria en 104 años. Y en esto, deberán pensar el fin de semana, cuando en sus manos (o en sus pies, para mejor decir), tengan la posibilidad de hacer estallar los corazones tatengues.


/// SÍNTESIS

CAI 1

UNIÓN 2

Cancha: Estadio Municipal de Comodoro Rivadavia.

Árbitro: Mauro Vigliano.

Comisión de Actividades Infantiles: Alcain; Ponce, Manchot, Rosso y Morales; Luis Vidal, Gil y Malcorra; Castro, Romero y Asencio. A.S.: Ciacaglia. Estuvieron en el banco: Crespín, Dedín, Vázquez, Cabral y Rubilar. D.T.: José Rossi.

Unión: Limia; Zurbriggen, Avendaño, Correa y Maidana; Montero, Sebastián Vidal, Pablo Pérez y Velázquez; Soto Torres; Zárate. A.S.: Arce. Estuvieron en el banco: Gaitán, Barisone y Mannara. D.T.: Darío Kudelka.

Goles: en el primer tiempo, a los 10 min Soto Torres (U). En el segundo tiempo, a los 3 min Ponce (CAI) y a los 36 min Zárate (U).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 31 min Magnín (U) por Pérez; a los 38 min Bruna (U) por Soto Torres; a los 39 min Bustamante (CAI) por Rosso y a los 45 min Fioretto (U) por Zárate.

Incidencias: en el segundo tiempo, a los 5 min fue expulsado Asencio (CAI) por fuerte pisotón en perjuicio de Vidal.

Amonestados: en Unión, Avendaño, Vidal.

La gloria es un martirio

Gol olímpico. El tiro de esquina de Matías Soto Torres no pudo ser conectado por Avendaño pero tampoco despejado por el arquero Alcain. El volante de Unión aprovechó su conocimiento del viento patagónico para marcar la diferencia. Foto: gentileza diario crónica de chubut

BAJO LA LUPA

LIMIA (6).- El viento le jugó una mala pasada en el gol de Ponce. En el primer tiempo, tapó dos o tres pelotas de gol y fue clave para que el empate de la CAI no llegara antes.

ZURBRIGGEN (4).- No anduvo bien, se complicó con Malcorra en el primer tiempo y fue uno de los que pareció pesarle el partido.

AVENDAÑO (6).- Firme, seguro, cruzando bien a espaldas de Zurbriggen y apretando arriba. Fue importante también en el juego aéreo

CORREA (5).- Trató de imponer su temperamento, el objetivo fue el de no complicarse nunca y no dejarse traicionar por el viento.

MAIDANA (4).- En el primer tiempo, tuvo algunos problemas con Asencio, que se tiró por su costado. Con la expulsión del delantero de la CAI, el trabajo se le simplificó.

MONTERO (5).- No fue un partido ideal para un jugador de sus características. Arrancó bien y luego entró en algunas intermitencias.

VIDAL (7).- Fue la figura de Unión. En el segundo tiempo, fue muy importante para romper el juego de su ex equipo en el mediocampo.

PABLO PÉREZ (5).- No jugó un buen partido, su falta de gravitación le quitó posibilidades de juego al equipo. A la hora de la predisposición para el despliegue y la lucha, no falló. Pero sí para el juego.

VELÁZQUEZ (5).- En el primer tiempo, poco y nada. En el complemento entró un poco más en juego y estuvo cerca de convertir el tercero.

SOTO TORRES (6).- Le pegó muy bien en el gol olímpico. Al igual que Vidal, es otro conocedor de la zona por haber nacido futbolísticamente en la CAI. Fue intermitente su trabajo.

ZÁRATE (6).- El fútbol y el destino le cambiaron la cara. Estuvo en duda hasta su continuidad en el club, cuando se ausentó sin aviso de los entrenamientos durante casi una semana. Ayer marcó un gol clave en la historia de Unión.

MAGNÍN.- Kudelka demoró bastante su ingreso. No quería arriesgarse a sacar un defensor porque el viento podía meter a Unión contra su propio arco. Se decidió por Pablo Pérez.

BRUNA.- Cuando Zárate metió el gol, Kudelka decidió su ingreso para que Vidal tenga ayuda en la contención. Había quedado muy solo con la salida de Pérez.

FIORETTO.- Su ingreso se dio en el final del partido, ya casi en el descuento.