Procesos

La Cervecería cuida el ambiente

La planta obtuvo la certificación de la norma ISO 14.001 por el cumplimiento de los más altos estándares en materia de impactos ambientales derivados de su actividad industrial.

A_PA.jpg

“Nos gusta el trabajo bien hecho por el bien de las personas”, señaló Eduardo Cetta, gerente industrial

Foto: PABLO AGUIRRE

De la redacción de El Litoral

economí[email protected]

Luego de meses de preparación y puesta a punto, Cervecería Santa Fe certificó su sistema de gestión ambiental basado en la Norma ISO 14.001. La auditoría estuvo a cargo del ente certificador Bureau Veritas Quality y, según el informe, la compañía cumple con todos los requisitos exigidos por la Norma.

Eduardo Cetta, gerente industrial de la compañía, explicó que “certificar ISO 14.001 implica que estamos comprometidos con la sustentabilidad de nuestra operación y por ello nos ocupamos de la acción que nuestra actividad pueda ejercer sobre el ambiente en el cual nos desarrollamos”.

Refirió que a fines del próximo año, la planta de Santa Fe cumplirá sus primeros 100 años en la ciudad. “Nuestro objetivo es estar por mucho tiempo más. Para ello cuidamos los recursos que utilizamos, ya que es la única manera de contar con ellos en el futuro”.

Un recurso vital

Una de las materias primas fundamentales para la elaboración de cerveza es el agua. La Cervecería extrae este recurso del riacho Santa Fe y lo procesa a través de una planta potabilizadora propia con capacidad para producir 350 mil litros por hora. El abastecimiento autónomo del agua destinada a la elaboración, evita sobrecargar la red de Aguas Santafesinas.

Desde el año 2000 a la fecha, se logró disminuir en un 30% el consumo de agua por litro de cerveza. No obstante, el objetivo empresario es reducir este indicador en un 50% hasta el 2020. Para alcanzar ese nivel, se han invertido U$S 80.000 en la compra de caudalímetros que permitan identificar oportunidades de mejora.

Reducir, reciclar y reutilizar

Cabe consignar que la Cervecería procesa el 100% de los residuos industriales a partir de la aplicación de distintas prácticas que permiten cumplir con la regla de las tres erres: reducir, reciclar y reutilizar.

Como primera medida, la separación selectiva de residuos es norma en todas las áreas de la compañía, tanto industriales como administrativas. Esto mejora los niveles de reutilización y reciclado de los mismos, reduciendo a 2% la cantidad de residuos que llegan efectivamente al relleno sanitario.

Envases y cajones son reutilizados luego de un estricto proceso de lavado realizado en planta. En este sentido, manifiesta Eduardo Cetta, “la industria cervecera permite la reutilización de muchos de sus recursos, lo cual la vuelve una actividad ambientalmente amigable”.

Por su parte, los residuos, debidamente separados, son vendidos como insumos para su reciclado. Este proceso consiste en someter a una materia o un producto ya utilizado a un ciclo de tratamiento total o parcial para obtener una materia prima o un nuevo producto. “Nuestro mayor volumen de residuos sostiene Cetta- está conformado por la hez de malta, la levadura y el vidrio. Las dos primeras se venden a empresas que elaboran alimento balanceado para el ganado, mientras que el vidrio lo compra la misma compañía que nos vende las botellas”.

Efluentes

En materia de efluentes líquidos, el programa seguido tiene dos objetivos: reducir su cantidad y optimizar su calidad, sostuvo Cetta. La reducción de los efluentes de planta, acompaña las acciones vinculadas a mejorar los niveles de consumo de agua.

Los efluentes que no pueden reutilizarse, son tratados a través de un reactor anaeróbico, en el que la acción de las bacterias disminuye su carga orgánica garantizando los niveles exigidos por la legislación. Como subproductos de este tratamiento se obtienen biogás que es utilizado como fuente de combustible natural para el funcionamiento de la planta, y un residuo digerido que es vendido como inóculo a otras plantas de tratamiento que recién comienzan.