llegan cartas

Árboles sin protección

Hilda María Dutruel.

DNI 5.598.092.

Señores directores: A sólo unos minutos de Santa Fe ciudad podemos encontrarnos en medio de una naturaleza que se brinda con colores maravillosos, con aromas de azares y jazmines, surcada por calles de arena bordeada por árboles plantados hace más de cincuenta o sesenta años que nos regalan su sombra mientras brindan cobijo a miles de pájaros. Pero últimamente todo el ambiente ruge con la insolencia de las motosierras y cada tanto se escucha el crujido de ramas que caen fatalmente ante la prepotencia destructora.

Entonces es inevitable recordar los versos... “A sus habitantes, señor, ¿qué les pasa? ¿odian el perfume, odian el color?”... El poeta se refería a los sesenta balcones sin ninguna flor. Esa imagen ¿es muy diferente a la del nuevo comprador de un terreno “verde” que sólo aspira cortar todo sin importarle los años de los árboles, su vitalidad, su función, su belleza? ¿Qué nos está pasando que no respetamos la vida de árboles, que no sólo dan belleza sino que además purifican nuestra atmósfera para proteger a los animales, y tantas cosas más?.

En los años 70 los programas de las escuelas secundarias fueron cambiados para incorporar la ecología a los efectos de crear conciencia de que los hombres somos responsables de lo que generamos al modificar nuestro entorno y, a la vez, para incorporar valores de respecto a la vida en todas sus manifestaciones. Como docente de Ciencias Naturales —ya jubilada— no puedo dejar de preguntarme al ver cómo cada vez son más los árboles a los que no se les da la oportunidad de “morir de pie”: ¿Éstos que deciden su destrucción, aprendieron algo? ¿Si son más poderosos otros valores —como el económico, o el capricho personal— que el de respeto a la vida, hubo aprendizaje?

¿La comuna no tiene la obligación de proteger a los árboles que están en la calle? En Villa California hay un ejemplo de lo que menciono en una esquina donde hay (creo que ya debo decir “había”) cinco eucaliptos muy grandes en la calle que justamente se llama Los Eucaliptos. Resultado de esa poda “brutal” murieron dos de los árboles. Ahora, en plena primavera, a los tres restantes les cortaron nuevamente las ramas. Pero no sólo eso, le han hecho una herida alrededor de todo el tronco.

Ante esta impotencia de no poder proteger a los “viejos” árboles de nuestra comunidad: ¿Alguien me sabe decir a quién recurrir? ¿Qué se puede hacer? ¿Están fatalmente condenados a morir por las sierras de los depredadores?