DESDE LA GUARDIA HASTA SAN JOSÉ DEL RINCÓN

Las recomendaciones del INA para

reducir el riesgo hídrico en la costa

En una primera etapa, el organismo especializado propone la construcción de los drenajes urbanos, de las defensas interiores o “costillas” para sectorizar ante una emergencia, la adecuada secuenciación de las obras que ampliarán la Ruta 1 y la preservación de espacios para reservorios.

De la Redacción de El Litoral

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Las autoridades regionales del Instituto Nacional del Agua (INA) entregaron en diciembre a las autoridades municipales el informe final que corresponde a la primera etapa del Plan de Ordenamiento Hídrico de la Costa, que alcanza a Colastiné Norte, La Guardia y a los sectores protegidos de San José del Rincón. El documento incluye un diagnóstico de los inconvenientes hídricos que presenta la zona que comprende hasta el kilómetro 8 de la Ruta Provincial Nº 1 y una serie de medidas y recomendaciones para la concreción de obras, que luego serán más precisas en la medida que avance la definición del Plan Director.

El director del Centro Regional Litoral del INA, Carlos Paoli y el responsable del trabajo, Héctor Bianchi brindaron a El Litoral algunas precisiones respecto al informe que les encomendó la Municipalidad de Santa Fe y que les demandó alrededor de 12 meses de trabajo. “En esta primera etapa identificamos y cuantificamos los problemas de esta zona de altísima vulnerabilidad hídrica y generamos un documento que expone algunas obras o acciones para discutir. Y tenemos elementos para hacer recomendaciones”, introdujo Bianchi.

En líneas generales, el trabajo aconseja como obras prioritarias para la zona, la construcción de los drenajes urbanos que conduzcan los excedentes hídricos hasta las zonas de almacenamiento y posterior bombeo y de las costillas o defensas interiores propuestas en Callejón Laborie y Las Casuarinas, que son fundamentales para sectorizar el riesgo de inundaciones. En este sentido, Paoli explicó que esta sugerencia se basa en los conceptos modernos de gestión de riesgos en zonas protegidas de estas características. “La propuesta es que en la Ruta Nº 1 las alcantarillas de cruce puedan tener tener compuertas. Y en el medio de la zona, una costilla de defensa de tal forma de separarla en cuatro sectores”, explicó.

La otra cuestión que plantea el informe es que la ampliación de la Ruta Nº 1 se realice con una correcta secuenciación. Es decir que la construcción de las alcantarillas de cruce propuestas -que vinculan el sector este con el oeste- sean realizadas una vez que estén resueltos los escurrimientos hacia las áreas de almacenamiento de las estaciones de bombeo. Esto es para permitir que el desarrollo de las distintas etapas de esta obra -que se extenderán a lo largo de un año y medio- generen el mínimo impacto hídrico posible y se garantice el adecuado escurrimiento de todas las zonas.

Espacios de almacenamiento

Otro tema central es el de los reservorios. En este sentido se detectaron espacios distribuidos en la cuenca y asociados a cada una de las estaciones de bombeo.

En marcha

Una de las recomendaciones en las que ponía acento el trabajo del INA era la culminación y puesta en operaciones del las dos estaciones de bombeo que la provincia tenía en ejecución en la zona (en Villa California y en el Parque de los Dinosaurios, en el kilómetro 1,8 de la Ruta Provincial Nº 1). La urgencia estaban en que “abarcan zonas con una gran vulnerabilidad hídrica frente a las precipitaciones pluviales”. El pasado martes 20, el gobernador Antonio Bonfatti dejó inauguradas estas obras, además de una alcantarilla de cruce con compuerta sobre Bajada Distéfano.

Previsión

El trabajo que la Municipalidad encomendó al INA fue establecer un diagnóstico de la problemática de los desagües pluviales y un diseño de los mismos en los primeros kilómetros de la Ruta Provincial Nº 1. No obstante, las autoridades regionales del INA no ocultaron su preocupación por el panorama que presenta el corredor desde el kilómetro 8 en adelante (que no entra en el universo del estudio) hasta el Arroyo Leyes inclusive. “Allí hay una ocupación muy grande, sin planificación y por lo tanto urgen medidas tendientes a su ordenamiento hídrico”, manifestó Carlos Paoli, director del Centro Regional Litoral del INA.

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Se trata de terrenos que no están urbanizados y pueden permitir almacenar el agua de lluvia para después bombearla. Pero el problema radica en que -al menos en la zona de Colastiné- sólo uno de estos sitios es un reservorio “formal”, es decir con escritura a nombre de la Municipalidad de Santa Fe.

El resto de los puntos están por su parte en manos privadas y de allí la urgencia. “Son zonas bajas que deben presentar una restricción muy fuerte a la ocupación”, explicó Bianchi. Lejos de minimizar este punto, desde el INA remarcan que el cuadro de situación demanda decisiones en el corto plazo. “Las autoridades municipales son conscientes de que ésa es la prioridad: tratar de preservar los lugares para los reservorios”, aseguró Paoli.

Hay que señalar que para desarrollar este documento -más allá de que se caracterizó el fenómeno inusual que se produjo a principios de 2007, cuando las precipitaciones generaron serios anegamientos en toda la región- y con el fin de cumplir el objetivo primario de resolver los desagües pluviales, el INA trabajó con “una lluvia de proyectos”, correspondiente a 5 años de recurrencia.

Sobre esa base, una de las conclusiones es que, para poder afrontar estas precipitaciones, la mayoría de las estaciones de bombeo “necesitan mayor equipamiento y capacidad de bombeo”. La concreción del proyecto de la EPE de la construcción de una estación transformadora en el Callejón Laborie, permitirá la posibilidad de incrementar la cantidad de equipos de bombeo en la zona.

Legislación acorde

Además de las obras prioritarias, el trabajo elaborado por los ingenieros del organismo nacional aconseja adecuación o generación de ordenanzas sobre la zonificación en la zona para considerar el impacto hídrico que pueda generar en áreas aledañas a esa ocupación y el relleno de los bajos naturales existentes. En este punto la pretensión es que las nuevas ordenanzas contemplen el impacto hídrico nulo de las nuevas urbanizaciones o loteos propuestos.

También apuntan a promover la coordinación eficiente entre la provincia, el municipio y la comuna; la participación de la sociedad civil; la administración de los recursos para resolver problemas comunes en distintas jurisdicciones; la planificación del uso y ocupación del suelo; la visión integral del uso y control del recurso hídrico y la aplicación de criterios de gestión integrada. Una de las alternativas sería la de restablecer el Consejo Consultivo de la Costa.