Al margen de la crónica

Exportación de prácticas aberrantes

Los movimientos inmigratorios han sido motores de civilización en la historia del mundo, generando mezclas de razas, trasladando de un lugar a otro costumbres, religiones, formas de vida y de organización política. Las grandes corrientes inmigratorias han sido por lo general portadoras de civilización o han llevado a la civilización a pueblos postergados por el hambre y condiciones inhumanas.

La globalización es un proceso que ha tornado visible al mundo completo. Hoy, en un abrir de pestañas accedemos a textos, imágenes y sonidos de cualquier lugar del planeta que se nos ocurra (y de otros planetas también). Pero sucede que en este mundo globalizado, aún persisten prácticas ancestrales aberrantes. Tal es el caso de la mutilación genital femenina.

Mañana, 6 de febrero, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Tolerancia Cero a la Ablación, una práctica reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 5 millones de niñas sufre la extirpación parcial de sus genitales externos. Se trata de una práctica ancestral, un ritual de iniciación que llevan a cabo algunos pueblos de África y Oriente Medio.

Con la inmigración proveniente de los países africanos se ha importado la práctica a España y hoy es un problema que deben resolver las autoridades del país europeo. Se trata de hijas de inmigrantes senegaleses, malienses o nigerianos, entre otros, a quienes la tradición manda extirpar el clítoris y los labios vaginales como parte de su transición a la edad adulta, para mantenerse limpias, castas y apetecibles para los varones, según sus creencias.

En España no existen datos oficiales, pero expertos de la Universidad Autónoma de Barcelona calculan que hay 10.000 niñas en riesgo de sufrir una ablación, todas ellas procedentes de alguno de los 27 países del mundo -la mayoría de la franja subsahariana- en los que esta práctica está muy extendida.

“Cuando ves una mutilación genital por primera vez te quedas en estado de shock”, asegura la subinspectora de la policía regional catalana Rosa Negre, que encabeza la operación para erradicar esta práctica en Cataluña (noreste).

“Todos estamos pendientes de las niñas y atentos a su evolución: médicos, enfermeras, maestros; en cuanto sospechamos un cambio actuamos”, explica sobre el funcionamiento de este programa por el que, el año pasado, se abrieron diligencias a 25 familias en Gerona impidiendo así la posibilidad de ablación de 36 niñas.