46º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

“La palabra necesita del silencio”

Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe

Con la celebración de la Ascensión del Señor concluye el tiempo de Pascua. La Ascensión se ubica entre la Pascua y su plenitud, que es Pentecostés, y tiene para nosotros un profundo sentido como fundamento de la esperanza cristiana. Jesucristo vuelve junto a su Padre, que es nuestro Padre, después de haber cumplido su misión en este mundo. Él, que vino solo al mundo ya no vuelve solo junto a su Padre, sino como cabeza, como principio de un pueblo nuevo que ha conocido en Él el sentido de su vida y destino.

No somos algo más en la naturaleza llamados a morir definitivamente en este mundo, sino hijos personales de Dios con un destino trascendente. El hombre, en cuanto ser espiritual tiene vocación de eternidad; su vida sería un absurdo si se agotara en este mundo, sería como una pregunta sin respuesta. La Ascensión es la respuesta que Dios da en Jesucristo a la esperanza del hombre. Somos peregrinos en este mundo no de una utopía, sino de la verdad más profunda del hombre.

En este contexto de la Fiesta de Ascensión, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Jesucristo, la Palabra de Dios que se hizo hombre, nos continúa hablando de un modo actual y personal. Desde la Ascensión, Jesucristo aparece como el gran comunicador que envía a sus discípulos diciendo: “Vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio” (Mc. 16, 15). Su Palabra sigue siendo actual y ella busca entablar un diálogo con los hombres de toda raza y en todo el mundo. En este sentido, acostumbro decirles a los chicos que hoy puedo “chatear” con Jesucristo. Cuando leo el Evangelio, les digo, con un corazón abierto que es como decir, con la confianza de la fe, que esa palabra que leo la descubro como dirigida a mí, y cuando le respondo se inicia un diálogo único y personal con Él, que concluye, necesariamente, en una oración. “La fe cristiana no es un sentimiento vacío sino una respuesta a una palabra que se hace vida en el encuentro con Jesucristo” (Orientaciones Pastorales, 10). Como vemos, la fe tiene un contenido que es alimento y vida para el hombre.

Silencio, palabra, imágenes y sonidos

Este año el Santo Padre ha elegido como lema para la 46a. Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “Silencio y palabra: camino de evangelización”. Toda comunicación fecunda se teje, nos dice, de palabra y silencio, dos momentos “que deben equilibrarse, alternarse e integrarse para obtener un auténtico diálogo y una profunda cercanía entre las personas. Cuando palabra y silencio se excluyen mutuamente, la comunicación se deteriora”, pasamos del aturdimiento a la frialdad, concluye. El silencio nos permite escuchar al otro y también escucharnos, hay en él algo de contemplación. La palabra necesita del silencio para acercarnos a la verdad, discernir y reconocer nuestras equivocaciones, para que se manifieste como un verdadero servicio. El comunicador es ante todo un testigo, alguien que ha visto.

Puede ser la palabra del docente, del periodista, de la autoridad. Si no nace del silencio y se nutre de esa búsqueda de la verdad nunca va a ser una palabra importante. Por otra parte, cuando el silencio no concluye en una palabra termina siendo un silencio infecundo, pero también, la palabra que no parte del silencio casi siempre es hueca.

El Papa llega a decir que es necesario crear una especie de “ecosistema que sepa equilibrar silencio, palabra, imágenes y sonidos”. No es fácil, pero es un desafío que debemos asumir. Hay una presencia de los medios de comunicación social que es parte cultural de nuestra vida. Por ello, están llamados a enriquecer y elevar con la palabra y el silencio, tanto el nivel ético como estético de la sociedad. Por supuesto, no hay que descargar sólo sobre ellos la responsabilidad que nos corresponde a todos, pero ciertamente son protagonistas privilegiados en un mundo globalizado.

La nota

En pos de celebrar la Solemnidad de la Ascensión del Señor y la Jornada Mundial de las Comunicaciones, el arzobispo de Santa Fe celebró la Santa Misa anoche, en la Catedral Metropolitana. Foto: Amancio Alem