PERSONAJE DE CHARLES CHAPLIN
PERSONAJE DE CHARLES CHAPLIN
Charlot ya es centenario
El vagabundo interpretado por el genial actor y director inglés es una de las imágenes más conocidas del cine mudo.

El personaje creado por Chaplin marcó una época. Aquí, imágenes de un filme inédito de 1916 con el famoso Charlot, que fue subastado en Londres años atrás. Foto: EFE
El Litoral - EFE
Charlot nació por casualidad hace un siglo fruto del instinto de su creador, el genio de la comedia Charles Chaplin, cuando le encargaron que se pusiera “cualquier cosa” para un breve papel en una película y éste improvisó un personaje de vagabundo que haría historia.
El británico Chaplin tenía por entonces 24 años, una intensa carrera teatral como profesional de la pantomima a los servicios de la compañía de Fred Karno, y poco interés por el cine como medio de expresión, un espectáculo inmaduro que echaba a andar.
Para el actor, la gran pantalla era más una herramienta generadora de fama que un espacio artístico, pero tras instalarse en 1912 en Estados Unidos decidió darle una oportunidad a ese formato motivado fundamentalmente por una suculenta oferta económica.
La productora Keystone lo puso en nómina en septiembre de 1913 por 150 dólares semanales, el doble de lo que ganaba con Karno, según cuenta Jeffrey Vance en su libro “Chaplin: Genius of the Cinema”, y tras mudarse a Los Ángeles lo pusieron a trabajar de inmediato.
El origen del mito
Su primer papel fue en la comedia “Making a Living”, cortometraje donde encarnó a un hombre maquiavélico que trataba de robarle la chica y el trabajo a un fotógrafo.
La cinta fue un éxito pero horrorizó al actor, poco amigo de las persecuciones que se habían impuesto como elemento clave para hacer reír, y criticó también su edición final.
Chaplin creía en el peso del personaje como vehículo para contar historias, más que en los gags de situación.
Poco después Mack Sennett, el dueño de la productora, le llamó para que apareciera en “Mabel's Strange Predicament” y participara en una escena jocosa a la entrada de un hotel.
“Ponte un maquillaje de comedia, cualquier cosa servirá”, explicó Chaplin en su autobiografía. “No tenía idea de qué ponerme”, reconoció el actor que mientras iba a los camerinos comenzó a pensar en vestirse con algo que llamara la atención.
“Pantalones bombachos, grandes zapatos, un bastón, un bombín. Quería que todo fuera una contradicción: pantalones anchos, el abrigo ajustado, un sombrero pequeño y los zapatos grandes”, contó. Como guinda, se colocó un bigote porque a Sennett le gustaba su caracterización de viejo.
“En el momento que estuve vestido, las ropas y el maquillaje me hicieron sentir cómo era el personaje. Empecé a conocerlo y para cuando llegué al set ya había nacido completamente”, declaró.
Fama
En “Mabel's Strange Predicament” se dio a luz a Charlot, pero la distribución de las cintas de Keystone hizo que “Kid Auto Races at Venice” fuera el debut del personaje en las salas de cine el 7 de febrero de 1914.
Chaplin nutrió a Charlot con la esencia del vodevil británico y las influencias de vagabundos que había conocido en su infancia. El personaje fue creciendo en matices y, a medida que tomó control de la dirección de sus filmes, asombraría no sólo por su capacidad para despertar sonrisas, sino también para conmover.
En aquel año Chaplin estrenó 36 cortometrajes que se grababan en días y sin guión definido, y su Charlot se convirtió en un fenómeno de público, lo que le llevó a pedir aumento de sueldo. Sennett se negó y el actor hizo las maletas.
En 1916, Chaplin firmaba un contrato con Mutual Film Corporation por 670.000 dólares por hacer 12 películas al año, el mayor salario del momento para una estrella del cine.
Charlot estaría casi permanentemente en cartelera los años siguientes con producciones como “A Dog's Life” (1918), “The Kid” (1921), “The Circus” (1928) y “City Lights” (1931), filme que le llevó casi tres años y 200 días de rodaje.
El final de los años ‘20 y el inicio de los ‘30 trajeron dos fenómenos que marcarían el futuro de Charlot: la llegada de las películas habladas y la depresión económica tras el crack de 1929.
Chaplin se resistió cuanto pudo al cambio del mudo al sonoro. Su Charlot se expresaba con los gestos, pero para 1936 ya asumió la nueva realidad. Llegó a desarrollar diálogos para su icónico personaje pero tras varias pruebas se echó atrás.
“Modern Times” (1936), una crítica a la automatización industrial y la crisis, marcó el final de la era Charlot.