El Litoral
El árbitro Germán Delfino admitió que se marcha “muy mal” del José Amalfitani, donde revirtió la decisión de sancionar penal en favor de Vélez Sarsfield y expulsar en primera instancia al jugador de Arsenal, Daniel Rosero Valencia, algo que “no puede pasar”.
“Traté de tomarme el tiempo necesario hasta que hubo un minuto de paz y tomé la decisión. Son cosas que no me pueden pasar. Me voy muy mal. Nunca me pasó, pero hay que ser fuerte y seguir. Admito que fue una desprolijidad”‘, expresó el árbitro al término del partido que concluyyó 2-1 en favor de los de Liniers.
El árbitro reconoció que “fue un error bastante grave” en el contexto del fútbol argentino, pero resaltó que el arbitraje se hace “en equipo”, en alusión a que sus compañeros lo ayudaron a cambiar su decisión original.
“Cambié el fallo por un aporte de mis asistentes. Me dijeron que el que había puesto la mano había sido (el delantero de Vélez, Mariano) Pavone”, argumentó. Las protestas se tornaron masivas y de ambos bandos, a partir del momento en que al cuerpo técnico de Arsenal le avisaron por teléfono celular que en la imagen de la televisión se apreciaba que la mano intencional era de Mariano Pavone y no del futbolista del Viaducto, de acuerdo a lo que el propio Palermo dejó entrever.
Si bien “hasta que no se reanuda el juego hay tiempo de cambiar, hubo desprolijidad, y no resolverlo rápido genera confusión. El procedimiento fue horrible. Son cosas que no me pueden pasar. Me voy muy mal, pero hay que ser fuerte, hacer borrón y cuenta nueva, y seguir dirigendo cada partido como si fuera la final del mundo. Espero haber hecho justicia”, enfatizó el árbitro.
Delfino halló las causas de la demora en las “protestas y reclamos de todo el mundo”, aunque entendió que las reacciones eran “lógicas” teniendo en cuenta lo que había ocurrido.
Al final, al partido lo ganó Vélez y Arsenal terminó el encuentro con nueve jugadores, ya que en el segundo período fueron expulsados Ramiro Carrera y el colombiano Dany Rosero Valencia, a los 39 y a los 51 minutos.
Los dirigidos por Miguel Angel Russo retomaron así la senda de la victoria, de la que se habían alejado luego de la segunda fecha, mientras que el equipo de Martín Palermo todavía no sumó de a tres. El pasaje controversial del cotejo empezó a los 14 minutos de la etapa, porque una jugada aérea y confusa deparó en la sanción de la pena máxima por mano y la expulsión de Valencia, decisiones que minutos después revertió el árbitro Germán Delfino. Hubo protestas de ambos bandos, intervenciones de los árbitros asistentes para indicar que quien había tocado el balón con la mano había sido Pavone y, finalmente, la indicación para que el cafetero reingresara a la cancha. Vélez prosiguió enfurecido en un clima caliente, con el respaldo de su hinchada, y a los 33 el chileno Matías Campos Toro le cometió infracción dentro del área al propio Pavone. Caraglio ejecutó el tiro castigo y lo cambió por el gol definitivo a los 35, tirando mansamente al ángulo inferior derecho al tiempo que el arquero se volcaba hacia el otro lado.
La jugada de la polémica