En medio del aislamiento obligatorio por la pandemia, los sanatorios de la ciudad se preparan para atravesar una crítica situación económica-financiera: la abrupta caída de atenciones en guardias y consultorios pone en jaque el funcionamiento futuro. Referentes del sector coinciden en que las consultas bajaron entre un 60 y un 70%, pero que fue aún mayor durante los primeros días del confinamiento.
“Ha mermado muchísimo la concurrencia de pacientes a los centros, es muy notable en todos”, afirmó el Dr. Emilio Moreno, director médico del sanatorio Garay, donde la atención en la guardia “cayó un 70 %: si antes veías 10 pacientes, ahora ves 3”. Y aclaró que esta cifra corresponde a la semana pasada, porque “cuando empezó la cuarentena la caída era más marcada, parece que en los últimos días la gente se soltó un poquito más y se anima a ir al sanatorio; es cierto que muchos tienen temor de concurrir por el contagio y también influye que está restringida la circulación”.
En tanto, la atención de pacientes en los consultorios bajó a un 20% y las intervenciones quirúrgicas, a un 25%: “En base a los partes quirúrgicos diarios de reprogramaciones, si antes hacías 30/35 en un día, hoy no llegamos a 10; es muy notoria la caída”, aseguró.
Los motivos son varios, explica otro referente del sector: “Al principio, la gente no sabía si estaban abiertos, además tenía miedo de venir, las obras sociales suspendieron todas las atenciones que no eran urgencias, postergaron todo lo postergable y programable y garantizan solo atenciones de casos agudos y relacionados con coronavirus”. Y agrega que los protocolos que deben aplicar para la atención en consultorios externos “retrasan la atención: no podés tener más de un paciente en sala de espera y tienen que esperar afuera, eso hace que un médico que antes veía entre 10 y 12 pacientes en una mañana, ahora pueda llegar a ver a 5 ó 6”.
“La gente se queda con las dolencias en casa, quizás antes consultaban para cosas más triviales, ahora no están concurriendo por eso”, apunta Moreno.
Lo que sí están funcionando casi a cama llena son las áreas críticas, las afecciones inevitables: las terapias intensivas y unidades de coronaria tienen alta ocupación en los sanatorios privados.
Esta “gigantesca” caída de las atenciones en casi todas las áreas encendió las alertas en los sanatorios locales, que ya advierten que se verán en serias dificultades de funcionamiento a partir del mes próximo.
“Al ser empresas privadas que dependemos de nuestro trabajo, esto nos afecta mucho. Somos partícipes necesarios en esta crisis epidémica que hay en el resto del mundo y que todavía no nos ha llegado, y como empresa no podemos reducir personal o cerrar servicios, tenemos que seguir con todo funcionando, pagando sueldos, impuestos, etc.”, apuntó Moreno.
En coincidencia, el directivo de otro sanatorio de la ciudad expresó: “Esto va a llevar a un problema serio porque las instituciones que no tienen ningún sistema capitado, de pago obligatorio -como pacientes de Pami, por ejemplo- sino que trabajan solo por prestación y son de libre elección, son las más complicadas. Las obras sociales postergaron todo, y se trabaja a 60 días, vamos a cobrar en junio un trabajo magro, o sea lo que se trabajó en marzo y abril que es casi nada. Esto significa que se va a recaudar un 80% o 70% menos. Sabemos que en junio ninguna institución va a poder afrontar los gastos de funcionamiento”.
A esto suman la disparada de los precios de todos los insumos, alcohol, barbijos, guantes, indumentaria, etc: “Lo que se pagan hoy es en algunos casos 10 veces los que se pagaba hace dos meses, y en eso el Estado no ha tenido absolutamente ningún control”, reclamó el director del Garay. Algunos insumos pasaron de costar $ 1,25 a $ 60 u $ 80.
“Para junio, las instituciones privadas van a estar en tremendos problemas económicos y de funcionamiento; y los médicos individualmente, que no están en relación de dependencia con el Estado, antes de junio van a estar más que apremiados porque el trabajo bajó a cero y ahora no llega al 30%”, coinciden los referentes.
“Nos preocupa mucho la continuidad de la fuente laboral, tenemos mucho personal, profesionales trabajando con nosotros y necesitamos el apoyo del Estado que todavía no se ha concretado, salvo con beneficios de aportes patronales”, cerró Moreno.
El Dr. Emilio Moreno aseguró que la gente debe sentirse segura cuando crea que debe concurrir a un centro médico porque “en los sanatorios se han tomado todas las medidas de seguridad y es seguro recurrir a las instituciones”. Si bien aclaró que existen otras medidas antes de asistir a una guardia, como es la consulta con su médico de cabecera, recurrir a un servicio de emergencia a domicilio, advirtió que “ante la mínima duda, debe concurrir”.
Aún los hospitales no derivaron pacientes
Al comienzo de la pandemia, el Ministerio de Salud provincial resolvió -previa consulta a los representantes de sanatorios- que el sector público concentraría la atención de todos los casos de Covid, y que si el sistema colapsaba, derivarían al sector privado el resto de las patologías. De este modo se aseguraba contar con camas, personal e insumos para atender un posible desborde de la pandemia.
Respecto a esto, el director médico del sanatorio Garay aseguró que “todavía el sector público no ha derivado pacientes, no fue necesario aún porque hace más de 25 días que no hay casos, con lo cual no ha requerido nuestras camas”.