Desde la aún gestacional Asociación Argentina de Agentes de Prensa del Arte y la Cultura consideran “acertadas las medidas tomadas en nuestro país para evitar la propagación del Coronavirus (Covid-19)”, pero resaltan que “dado el cese de eventos en vivo como festivales, recitales, obras de teatro y demás presentaciones artísticas convocantes de público, nos encontramos en estado de emergencia y la gran mayoría de trabajadoras y trabajadores no contamos con ingresos para afrontar los gastos mas elementales”. Explican: “Las y los Agentes de prensa del Arte y la Cultura somos quienes vinculamos al artista con los medios de comunicación especializados, siendo un importante eslabón dentro de la industria cultural; en este contexto, nuestra labor también se ha detenido y hoy estamos sin trabajo” .
Para reflexionar sobre estos temas, El Litoral dialogó con Danny Contreras, vocera de la asociación en nuestra provincia.
—¿Qué diagnóstico están haciendo de la situación en general y del sector de ustedes?
—El diagnóstico, como en otros sectores que están muy afectados, es grave. No solamente los agentes de prensa, porque somos una parte de una gran industria, que tiene distintos rubros de todo lo que la movida artística y cultural. Somos los que estamos más afectados; hay muchos compañeros de otros sectores que les está sucediendo lo mismo, como son los stages, los técnicos, los iluminadores, los managers; los artistas por supuesto.
Porque fuimos los primeros en parar, lo primero que se empezó a bajar fueron los espectáculos; y como están las cosas sabemos que somos los últimos que vamos a poder reanudar nuestras actividades, y que tampoco lo vamos a volver a hacer como veníamos. Va a ser algo paulatino, como todo: como en otros lados están flexibilizando algunas cuestiones, bueno, con nuestra parte también va a suceder lo mismo: no es que de un día para el otro vamos a poder llenar un estadio, tocar en un bar, estrenar una película. Lo más probable es que haya protocolos a seguir, medidas hasta que poco a poco se pueda ir volviendo a la normalidad.
El panorama es bastante duro: estamos hablando de un 90 % de agentes de prensa que están prácticamente sin trabajo. Son muy pocos los que están trabajando bajo una relación de dependencia; la mayoría son autónomos, monotributistas, y trabajamos con artistas independientes, con productoras o productores que nos contratan. Entonces la mayor parte de nuestros colegas están hoy desempleados.
—Por ahí quedan algunos trabajos residuales, porque quedaron cosas por presentar, materiales de algún artista que se están difundiendo. Pero también se termina eso.
—Claro. Bueno, aquellos que trabajen con productoras o sellos discográficos, que están haciendo lanzamientos; o que haya un artista independiente que haga un lanzamiento y pueda contratarlos. Pero tampoco estaríamos hablando de todas las artes. Por ahí la música es la que más tiene herramientas virtuales para poder seguir trabajando, porque uno puede lanzar un single a través de las plataformas virtuales. Pero ¿cómo hacemos con una obra de teatro?
—No, en el teatro el parate es total.
—Está re complejo. En cuanto al cine se le está buscando esto de estrenar a través de las plataformas virtuales, que es otra posibilidad. Después hay otras artes que se ven imposibilitadas. Por supuesto que uno intenta ser creativo y buscarle la vuelta; tampoco es favorable que todos los productos se estén regalando, porque al tener a la gente encerrada en la casa lo primero que te estimula, te divierte y te contiene es el arte. Entonces cumplimos una función fundamental los trabajadores del arte.
La realidad es que son muy poquitos los que tienen esa posibilidad de trabajar con algún músico que esté haciendo algún lanzamiento, o con algún sello discográfico que esté editando cosas. Y así y todo no son diez lanzamientos, estamos hablando de una agenda más pequeña. Pero por supuesto, peor es nada.
—¿Tienen censado cuánta gente quedaría afectada en su sector?
—Estamos haciendo un censo, está diariamente incorporando más colegas. Hasta el momento hay más de 300 colegas que están siendo parte de la Asociación, que se empezó a formar en el 2016; tuvo un período en que estuvo en stand by, y con este tema del coronavirus (como uno se ve mucho más expuesto y es más consciente en su precarización) casi que surgió la urgencia de retomar esto para decir: “Esto no nos puede seguir pasando; acá hay baches, hay fallas”. Eso hizo que muchísimos colegas de norte a sur y este a oeste de país se unieran, se convocaran en la Asociación.
Todavía estamos convocando, todavía estamos censando, porque sabemos que hay muchísimos más a los que todavía no estamos llegando, o que no se han censado. También la idea de hablar con ustedes, con los medios con los que siempre hablamos para comentarles los eventos que tenemos (risas), esta vez nos toca hablarles de nosotros para visibilizar la situación y poder llegar a aquellos y aquellas colegas para que se sumen. Porque sabemos que la unión hace la fuerza, queremos conocer las problemáticas de todos y todas, y buscar soluciones.
—Lo bueno (si es que se le puede encontrar algo bueno al contexto) es esta reactivación de la Asociación. Porque los productores con sus cámaras, los artistas, los managers, venían más asociados.
—Lo que pasa es que en nuestro ritmo de trabajo en el arte y la cultura uno está full time, esa esa la realidad. Y a veces la vorágine del trabajo hace que uno se olvide de estas cuestiones que son súper importantes. Nosotros no estamos considerados en las políticas que se han tomado desde el Estado hacia el arte y la cultura: cuando nos llegan esos links donde uno se puede registrar para conocer la realidad de los trabajadores del arte y la cultura no figuramos como agentes de prensa; no tenemos una representación legal de nuestro rol, hay muchísimo en lo que trabajar desde nuestro lugar.
Por eso es que le queremos empezar a dar entidad: si existimos hace un montón, hay mucha gente que no sabe qué somos, qué hacemos, se confunde con otros roles, de hecho. Esa es la realidad que por ahí nos separa de otras asociaciones que están más formadas, más marcadas, que ya vienen trabajando.
Pero me parece que esto vino a mostrar que hay muchos cabos sueltos, muchos baches, y que nos tenemos que poner las pilas. Porque a lo mejor no vayamos a pasar esta situación en 50 años, pero te hace recapacitar en el lugar en el que estás, y en lo mejor que podrías estar si realmente nos empezaran a considerar, a mirar, y nos tomáramos las cosas desde otro lugar.
—¿Cómo podría ayudarlos el Estado?
—Algunos compañeros y compañeras pudieron acceder al IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), por ser monotributistas, según su categoría; conozco casos en los que no pudieron. Estamos viendo dentro también dentro de lo que se está brindando para determinados trabajadores de la cultura y el arte en qué sector entraríamos. También pensando un plan de salvataje para presentar y decir “acá estamos, veamos cómo podemos atravesar esta situación”.
—¿Qué tendría que cambiar para modificar esta fragilidad o informalidad en la mayoría de estos rubros laborales?
—En el caso nuestro una formalización, una representación legal. Creo que el hecho de que la Asociación exista nos va a dar otra entidad, que se empiece a reconocer que somos parte de ese todo, que nuestra profesión existe, con sustento legal. Eso ya cambiaría un montón de cosas. Internamente estamos trabajando en proyectos para subsanar cosas que nos suceden, porque también las realidades son muy distintas: las realidades no son las mismas en Capital y Gran Buenos Aires que en otras provincias.
Entonces es un escaneo importante el que hay que hacer, para ir creando proyectos que vayan subsanando estas cosas, tanto desde adentro como hacia afuera. Está bueno que empecemos a conocer lo que le pasa al otro, a la otra, para decir: “Ok, no estamos solos, no estamos solas, vamos a crear propuestas en las que nos respaldemos los unos con los otros”.
—¿Cómo ves el futuro cercano, y el día después de la apertura? No sólo por una cuestión sanitaria, sino será paulatino que la gente vuelva a querer juntarse en lugares públicos.
—Veo dos cuestiones, quizás un poco encontrada. Por un lado la necesidad económica de estabilizarse: sabemos que lo primero que hay que hacer es ponerse al día, estabilizar el bolsillo; y eso va a ser la prioridad cuando retomemos nuestros trabajos o salgamos a buscarlos (y ahora no hablo del lugar de agente de prensa sino a nivel sociedad, aunque también nos va a pasar). Y a su vez la necesidad de cualquier ser humano de sociabilizar, de escuchar al músico que te gusta, ir a ver una peli con tu pareja, con tu madre, con tu hijo. Porque esa necesidad también está. Este tema del encierro, del aislamiento, nos va a hacer querer vivir más intensamente (no descontroladamente) el encuentro con el otro, vivir situaciones que te van a parecer lejanas: cuando vayas a un show vas a decir: “Era en otra vida que vi este concierto” (risas).
Creo que van a suceder esas cosas contrapuestas. Sí creo que, más allá de las ansias que tengan las personas de ver un peli, una obra de teatro, un concierto, un museo, cualquier actividad artística, primero va a priorizar tener su bolsillo estabilizado. Entonces desde todos los lugares desde donde miremos sabemos que vamos a ser los últimos de la fila. Pero no pierdo la esperanza, porque creo que la gente va a querer reactivar su vida social; seguramente no igual que antes, porque vamos a tener estos protocolos de cuidado incorporados, y nada de lo que retomemos va a ser como antes. Y habrá que tener paciencia.
Aquellas personas que se quieran sumar a la Asociación Argentina de Agentes de Prensa del Arte y de la Cultura pueden escribir a [email protected]; también pueden buscar en Facebook, Twitter e Instagram como @agentesdeprensaarg, o el hashtag #SomosAgentesDePrensa.